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Plaza Victoria



La Plaza Victoria, también llamada Plaza de la Victoria,[1]​ es una plaza ubicada en el sector El Almendral del plan de la ciudad de Valparaíso, Chile, de importancia patrimonial, que incluye valiosas estatuas y especies vegetales.[2]

La plaza se creó como tal en la primera mitad del siglo XIX, tomando previamente los nombres de Plaza Nueva y Plaza de Orrego. Si bien desde sus inicios tuvo relevancia histórica, no fue sino a partir de fines de los años 1860 cuando comenzó a cobrar mayor importancia y se convirtió en uno de los principales centros sociales de la ciudad.[3]​ La plaza toma su nombre actual en honor del triunfo chileno en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana.[2]

Ubicada frente a la Plaza Simón Bolívar, entre ambas conforman un importante núcleo urbano de la ciudad, con una gran afluencia de público e importantes edificios relevantes que las rodean, tales como la Biblioteca Santiago Severín, la Catedral de Valparaíso[1]​ o el edificio del Club Naval de Valparaíso.[4]​ La Plaza Victoria es además uno de los lugares recurrentes para la realización de eventos culturales[5]​ y manifestaciones sociales.[6]

Durante la época del Chile colonial y hasta fines del siglo XVIII,[1]​ antes de la ampliación de los terrenos del plan de Valparaíso, el lugar donde actualmente se sitúa la plaza era una playa, cuya explanada servía como paradero de las carretas de verduras que iban desde y hacia la localidad de Quillota y la capital, Santiago.[2]​ En 1819, el alcalde Diego de Almeyda expropió el lugar y mandó a rellenar una porción de la playa, para crear en ella una plaza que inicialmente se llamaría Plaza O'Higgins, pero que finalmente se bautizó como Plaza Nueva.[3]

El espacio se habilitó como plaza de toros, durante una época en que las corridas estaban entre los espectáculos más populares de la población, hasta que dicha actividad fue prohibida en septiembre de 1823, gracias a una ley del Congreso Nacional.[1]​ Ese mismo año naufragó junto a la plaza y en la orilla de la playa, en lo que actualmente es la calle Chacabuco, el barco de la Dolores, evento que se repitió más adelante con otros barcos.[3]

Con el cierre de la plaza de toros, el sector se habilitó como espacio público, denominándose Plaza de Orrego,[2]​ debido a la casa del sacerdote Vicente Orrego que se ubicaba en uno de los costados de la plaza,[3]​ en los terrenos de la actual Catedral de Valparaíso. En 1825 se construyó la calle Nueva (actual calle Independencia),[3]​ que atravesaba las chacras de El Almendral en línea recta, hasta encontrarse con el estero de Las Delicias, donde actualmente se encuentra la Avenida Argentina. Por esos años la plaza estaba rodeada por una Casa de Recreo y algunas chinganas. La gente se reunía en estas últimas cada 18 de septiembre, para ver los fuegos artificiales y las retretas durante las Fiestas Patrias. En 1827, Nathaniel Bogardus[nota 1]​ instaló cerca de la plaza el primer circo en llegar al país. Su éxito fue tal que la antigua calle de los Cachos (actual calle Edwards) fue rebautizada como Calle del Circo.[3]

En 1833 se inauguró en un costado de la plaza un reñidero de gallos, que además contenía un teatro ligero.[3]​ Por esos años la plaza también se utilizó como patíbulo, y en la plaza fueron fusilados en 1837 el coronel José Antonio Vidaurre, el capitán Santiago Florín y otros participantes del asesinato de Diego Portales.[1]

A la plaza se le comenzó a llamar informalmente Plaza Victoria poco después de la celebración por el triunfo en la batalla de Yungay del 20 de enero de 1839.[3]​ El nombre se oficializó definitivamente el 5 de febrero de 1841,[7]​ durante una función de gala en celebración de dicha victoria, que se realizó en el teatro ligero junto a la plaza, con la presencia del presidente de la República, José Joaquín Prieto.[3]

Por aquellos años se acabó por cerrar su perímetro, quedando separada del mar. Alrededor de 1844 se construyó la calle Chacabuco, ganándole terreno a la playa, y ese mismo año se inauguró en uno de sus costados el Teatro de la Victoria.[3]

En 1849 la plaza fue adornada con naranjos, lo que constituyó su primera obra de paisajismo. Unos años después, en 1852, el empresario estadounidense Guillermo Wheelwright hizo instalar allí un pilón de mármol que se utilizó como surtidor de agua.[3]​ Pese a estas primeras obras de hermoseamiento, la plaza todavía se seguía utilizando como patíbulo, y ese mismo año fueron fusilados allí el teniente Miguel José Cambiaso Tapia y cinco de sus cómplices en el sangriento motín desarrollado en Punta Arenas a fines de 1851.[1]

En 1865, José Ramón Lira Calvo asumió como intendente de Valparaíso.[8]​ Durante su administración se continuaron plantando nuevas hileras de árboles,[3]​ hacia 1867 el empresario porteño Santiago Dimalow gestionó las primeras obras para la iluminación de la plaza,[9]​ y en 1868, gracias al financiamiento conseguido por los vecinos del sector,[3]​ el intendente compró por catálogo, a la fundición francesa Du Vall D'Osne de París, la actual fuente de hierro fundido de la plaza.[10]​ Junto con la fuente, Lira Calvo mandó a construir además, a la misma fundición, cuatro estatuas blancas para representar La Agricultura, La Marina, La Industria y El Comercio.[3]​ Una vez llegaron los pedidos,[nota 2]​ las estatuas se ubicaron en los cuatro costados de la plaza, y la anterior fuente de Wheelwright fue retirada[nota 3]​ para ser reemplazada por la nueva.[3]

El embellecimiento de la plaza, ya iniciado por Lira Calvo, alcanzó su clímax a partir de 1870, bajo la administración del intendente Francisco Echaurren Huidobro, que se preocupó del ornato de la plaza[2]​ y creó en ella jardines enrejados junto a los árboles, que transformaron a la plaza en una «plaza parque», dejando definitivamente su condición de «plaza dura», como había sido su realidad treinta años antes. Entre 1875[1]​ y 1876, las cuatro estatuas originales fueron trasladadas al Jardín de la Bolsa,[nota 4]​ para ser reemplazadas por las estatuas actuales que representan las cuatro estaciones del año,[3]​ y que fueron encargadas a la misma fundición parisina Du Vall D'Osne, pero esta vez por encargo de Echaurren Huidobro.[10]​ Adicionalmente, durante esta misma época se construyó en la plaza un quiosco o glorieta a techo descubierto, para que la orquesta realizara eventos musicales.[3]

En 1885 se volvieron a plantar nuevos árboles, los cuales crecerían rápidamente, y en menos de diez años alcanzarían una gran frondosidad. Entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se discutió acerca del nivel que debería tener la plaza, debido en parte al forraje de los árboles, y a las constantes inundaciones ocurridas durante los inviernos, debido a que la nueva avenida Brasil había sido construida por sobre el nivel de gran parte del resto del plan de Valparaíso.[3]

En 1903, la Plaza Victoria inició un proceso de remodelación que la dejó con un aspecto muy similar al actual. Como las obras inicialmente no avanzaron según lo esperado, debieron ser terminadas por el alcalde Arturo Benavides Santos, quien también emprendió obras de ornato en otros sectores de la ciudad. Esta remodelación incluyó una primera nivelación del terreno para corregir el problema de las inundaciones invernales, el aumento de jardines, un recambio de prácticamente todos los frondosos árboles por otros más jóvenes, la construcción de un pequeño estanque, la instalación de dos leones de cemento, y la disposición de una cubierta para el quiosco de la orquesta. La plaza rediseñada fue inaugurada mediante un acto público, en el cual 80 niños apadrinaron una encina recién plantada, que sería cortada muchos años más de un siglo después, el año 2013.[3]

Existe abundante documentación sobre este rediseño de la Plaza Victoria, entre otras cosas por las diversas fotografías de ella que fueron utilizadas en tarjetas postales.[3]​ Sin embargo, las obras solo pudieron ser aprovechadas durante tres años, pues el 16 de agosto de 1906 un catastrófico terremoto asoló a toda la ciudad Valparaíso, destruyendo gran parte del barrio El Almendral.[2]

Como consecuencia del terremoto, tanto la Plaza Victoria como las demás plazas de la ciudad fueron utilizadas como campamentos para damnificados.[2]​ En esta plaza, además, se instalaron las oficinas públicas provisorias, y desde allí el jefe de plaza Luis Gómez ordenó el desorden generalizado. La mayor parte de los edificios aledaños sufrieron daños estructurales y debieron ser demolidos. El espacio que ocupaban el segundo Teatro Victoria y la antigua prefectura quedaron eriazos durante varios años, siendo utilizados como cancha de baloncesto y estacionamiento del servicio de aseo. Los años siguientes se plantearon algunos proyectos para la construcción en los mismos terrenos de otro teatro y de la casa consistorial, pero todos fueron rechazados.[3]

Dentro del plan de reconstrucción de El Almendral se decidió reubicar todas las instalaciones y mobiliario urbano (incluyendo cauces de aguas lluvias, sistemas de alcantarillado, gas y agua potable, postes de alumbrado público, ductos eléctricos, líneas de tranvías, estatuas, bancas, árboles y pavimento) sin paralizar su funcionamiento. Además hubo que fijar una altura definitiva para los edificios nuevos, y nivelar en función de esta altura la de los edificios antiguos. En 1910, como parte de este plan de reconstrucción, se comenzó la nivelación definitiva de la plaza, elevándola casi 1.5 metros. Las obras finalizaron el año siguiente, con la pavimentación de las calles adyacentes, aunque no con la calidad esperada, debido a la dificultad de trabajar en medio de los escombros y el barro, que permanecieron en el sector durante largo tiempo.[3]

En 1915, se decidió utilizar el sitio eriazo donde se había emplazado el Teatro Victoria para construir nuevos jardines y ayudar a renovar así la vegetación de la plaza.[3]​ Esta nueva área verde daría origen a la Plaza Simón Bolívar, frente a la cual se inauguraría cuatro años más tarde el edificio actual de la Biblioteca Santiago Severín.[11]

En 1928, dentro de las numerosas transformaciones que experimentó la ciudad durante la alcaldía de Lautaro Rosas, se instalaron nuevos faroles en la plaza, que mejoraron su iluminación nocturna.[3]

Durante los años 1960 se inició una nueva remodelación de la plaza, en la que volvieron a reemplazarse los faroles y se cambiaron las baldosas por las actuales, esta vez con formas sinusoidales, mandadas a hacer a la fábrica El Sol. Además se construyó un quiosco moderno, que fue destruido por el terremoto de 1965 y reemplazado rápidamente por el actual. El terremoto de 1971, por su parte, derribó la estatua de Invierno, quedando un tiempo botada y con su base quebrada en los arsenales de Asmar. Veinte años más tarde, el terremoto de 1985 descabezó y dejó en el suelo la estatua de Verano, que más tarde fue reparada, y con ello los pedestales fueron rebajados, para evitar nuevas caídas de mayor altura.[3]

Si bien para inicios del siglo XXI la plaza se encontraba en buenas condiciones, en 2007, durante la alcaldía de Aldo Cornejo, se inició un nuevo proceso de mejoramiento para resaltar su carácter patrimonial.[2]

Pese a lo anterior, entre 2011 y 2016, durante la alcaldía de Jorge Castro, la plaza comenzó a sufrir un fuerte deterioro en sus árboles, áreas verdes y mobiliario. Se descuidó el riego, las podas y la limpieza,[3]​ y en 2012 se licitó para construir en el subsuelo una zona de estacionamientos, un teatro municipal y locales comerciales subterráneos, lo que generó fuertes polémicas durante el año siguiente,[12]​ argumentándose que el proyecto eliminaría casi toda la vegetación baja y gran parte de los árboles.[3]​ Finalmente, el proyecto no se llevó a cabo. En 2014 se licitó para restaurar la fuente de la plaza, así como para renovar su sistema de iluminación y reponer sus flores y plantas.[10]​ En diciembre de 2016, el recientemente elegido alcalde Jorge Sharp optó por terminar con las millonarias licitaciones usadas los años anteriores para iluminar la plaza durante Navidad.[13]

La plaza actualmente posee variados y valiosos ejemplares de árboles, la mayoría de ellos plantados durante la remodelación de la plaza en 1903. Entre estos árboles destacan las palmeras Washingtonia, que hacia 1903 ya tenían unos 5 metros de altura, y las Phoenix canariensis, plantadas en dos etapas, entre 1906 y 1920. Desde la Plaza Victoria puede verse además un gomero gigante, especie nativa de la costa este de Australia, plantado en la Plaza Simón Bolívar entre los años 1910[14]​ y fines de 1920.[3]

El suelo está adornado por baldosas que forman caminos sinusoidales.[2]​ Además, en su interior se ubican diversas estatuas de relevancia artística y patrimonial:

Actualmente en ella hay comercio local relacionado con la artesanía, venta de golosinas, juegos para niños, entre otros.

La Plaza Victoria está emplazada en una manzana del Plan de Valparaíso de forma romboidal, casi un rombo, que está delimitado por las calles Arturo Edwards (antigua calle de los Cachos y luego calle del Circo), Chacabuco, Molina (antigua San Agustín) y Plaza Victoria, esta última una sola cuadra, que es la continuación de una misma calle que hacia el oeste (en dirección a Playa Ancha) se denomina Condell (antigua San Juan de Dios) y hacia el este (en dirección a Viña del Mar), Independencia (antigua calle Nueva). Desde la Plaza Victoria se accede además a la pequeña calle peatonal Lira. Las calles Chacabuco y Plaza Victoria son paralelas a la costa. La calle Edwards, perpendicular a las dos anteriores, se interseca en la plaza con el inicio de la Avenida Pedro Montt (antigua calle Victoria). La calle Chacabuco, a partir de la esquina con Molina, cambia su nombre por el de Salvador Donoso. De este modo, la plaza funciona como un espacio de descanso entre dos importantes calles comerciales, como son Condell y Pedro Montt.[3]

Desde sus inicios, la plaza ha estado rodeada no solo por viviendas, sino también por clubes sociales, templos, teatros, cafés, restaurantes, edificios corporativos, cívicos y comerciales. Dentro de su perímetro todos los edificios pertenecen a los siglos XX y XXI.[3]​ Entre los edificios más relevantes destacan los siguientes:

En la calle Edwards, entre Pedro Montt y Chacabuco, está la Catedral de Valparaíso, y en la misma esquina, cruzando la calle Chacabuco, un edificio histórico que actualmente pertenece al obispado de Valparaíso, pero que anteriormente fue la sede del desaparecido periódico La Unión. La calle Chacabuco divide a la Plaza Victoria con la Plaza Simón Bolívar, frente a la cual se sitúa a su vez la Biblioteca Santiago Severín, en la calle Yungay, paralela a Chacabuco. Detrás de dicha biblioteca se emplaza a su vez el Arco Británico.

Esta plaza aparece mencionada en un popular vals de 1941 titulado «La joya del Pacífico», donde se describe como un «centro social»:[12]



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