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Podofilia



El fetichismo de pies (foot fetish, en inglés), llamado podofilia, es un pronunciado interés fetichista (véase parafilia) en los pies humanos.[1][2]​ Es uno de los fetichismos más comunes en los varones. El fetichismo del pie en mujeres es un comportamiento sexual apenas estudiado.

Conviene aclarar que, si bien usualmente se utiliza el término fetichismo para referirse a esta parafilia, muchos autores prefieren emplear el más apropiado de parcialismo. Esto es así porque la palabra fetichismo hace referencia a fijaciones sobre objetos y/o materiales (como el fetiche por el calzado o el fetiche por el cuero), es decir, sobre cosas no vivas. En cambio, cuando la fijación erótica se proyecta sobre partes del cuerpo humano se trata de parcialismo, ya que el placer sexual se obtiene por la reducción de todo el cuerpo a una de sus partes (a diferencia de lo que ocurre con el fetichismo, donde el placer se obtiene fuera del cuerpo). De acuerdo con esta definición, entonces, fetichismo y parcialismo son dos clases diferentes de parafilia, y deben recibir un tratamiento diferenciado por parte de la psicología y la sexología.[3]

Un fetichista del pie se puede excitar sexualmente al ver, tocar, acariciar, chupar, cosquillear, lamer, masajear, besar u oler los pies de otros. Existen también fetichistas que disfrutan castigando los pies de otras personas, pero éstos representan más que todo una variante de BDSM, sin relación con el fetichismo de pies convencional.

La respuesta del fetichista es la misma o muy similar a la respuesta de excitación sexual frente a los genitales u otros rasgos específicos de cada sexo. Además, algunos fetichistas de pies disfrutan practicando con sus parejas la técnica footjob, la cual consiste en un masaje erótico practicado con los pies.

Aunque el fetichismo de pies no debe ser confundido con el fetiche por el calzado, existe una relación íntima entre ambos, ya que gran parte de los fetichistas de pies perciben de manera erótica el calzado abierto o sin calcetines. De la misma manera que la indumentaria y la lencería erótica (tangas, cola-less, bragas, micro-bikinis, escotes, minifaldas, etcétera) resaltan los atributos del cuerpo de la mujer convencionalmente aceptados por la sociedad como sexuales, para un fetichista de pies el uso de sandalias así como otros elementos (anillos podales, tatuajes, collares en los tobillos, etcétera) resultan muy estimulantes desde el punto de vista erótico. Muchos fetichistas de pies prefieren ver a una persona caminando descalza en la calle, en lugares públicos, entre otros, y sobre distintas superficies y texturas. Otro ejemplo del fetiche es la atracción de estrechar el pie del individuo con los de otra persona. Esta variante se lo denomina como aretifismo.[cita requerida]

Una hipótesis freudiana es que, en muchas culturas, la experiencia del infante con su madre puede involucrar adoración por su pie. Si esto deja una huella en la conducta sexual durante este período puede llegar a transformar el pie en el primer objeto de excitación sexual.[4]​ Sin ser consciente de las diferencias sexuales de hombres y mujeres, y la primera parte del cuerpo al que mira a partir de ahora es el objeto por el cual empezará a desarrollar fetichismo. En el ejemplo del fetichismo del pie, Freud teorizó que el chico miraba introvertidamente a la gente y lo primero que se encuentra es el pie. El cerebro de algún modo atribuye al pie propiedades sexuales una vez que lo dicho en el ejemplo ha ocurrido. Freud consideraba al acto de vendar los pies en China como un acto de fetichismo.

Una explicación del neurólogo Vilayanur S. Ramachandran enfatiza el hecho de que el pie y los genitales ocupan áreas contiguas en él córtex somático-sensorial, y que posiblemente hay enlaces entre los dos.[5]​ Otra teoría defiende que la forma del pie es visualmente similar a las curvas encontradas en el cuerpo humano, particularmente a las caderas femeninas (lo que, de nuevo, explica la tendencia de que los fetichistas de pie sean principalmente varones, pero no en varones homosexuales). También se postula que, visualmente, los genitales y el pie ocupan el mismo espacio dentro del campo visual del sexo que uno ve de una persona, cuando las piernas son alzadas para el sexo, y que algunos hombres están cerebralmente influenciados por esa impronta de los ancestros a encontrar esa parte del cuerpo erótica. Se ha propuesto también que tras el fetichismo del pie podría subyacer la idea de que estos están normalmente escondidos, al igual que los genitales masculinos o los senos femeninos. La exposición de los pies podría hipotéticamente producir un sentimiento de placer (del mismo modo que podrían hacerlo los senos).[6][7]

El fetichismo de pies hace presencia en el catálogo de las productoras de material erótico y pornográfico, destinado principalmente a varones heterosexuales y homosexuales.

Hay páginas web que muestran a mujeres descalzas caminando en superficies incómodas como cuando el suelo quema, pies pisando la cara de hombres, pies metidos en comida o barro, tortura del pie (por ejemplo castigando las plantas de los pies con azotes, cera caliente, quemadas con cigarrillos, bastinado, falaka y los pies atados mientras les hacen cosquillas).

En el BDSM, una de las prácticas es la adoración de los pies de la persona dominante, por parte de la dominada.



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