Un podracer (abreviado en ocasiones como pod y traducido como vaina de carreras) es un vehículo de carreras ficticio del universo de Star Wars. El término es también usado para referirse a los pilotos que los conducen.
Un podracer está compuesto esencialmente por una cabina, desde donde el piloto controla los mandos, unida a dos motores de propulsión antigravitacionales por unos cables de control fabricados en exclusiva por la compañía Steelton. Entre cada motor se generaba un rayo de energía que podía dejar paralizado a alguien si recibía una descarga. Un podracer puede alcanzar velocidades superiores a 800 km/h, por lo que es necesario que los pilotos tengan unos reflejos muy buenos y por esta razón, la mayoría de los pilotos son de especies alienígenas que cuentan con más extremidades, cuerpos más resistentes u otras ventajas de las que carece la raza humana.
Anakin Skywalker es el único piloto de podracer humano conocido. El mismo construyó su podracer, cuando era tan solo un niño de menos de diez años, a partir de piezas que encontraba abandonadas en ciudad de Mos Espa (Tatooine) y algunas otras que robaba en la chatarrería de su dueño, el toydariano Watto.
La cabina desde donde conducía Skywalker tenía una longitud de poco más de tres metros y no estaba cubierta, tan solo llevaba un pequeño parabrisas. Era de color plateado, pero el droide astromecánico R2-D2 le añadió, a petición del robot C-3PO, algunas líneas verticales azules en la parte trasera y una especie de X, también azul, en la parte frontal. Los dos motores de propulsión Radon-Ulzer 620C, de siete metros de longitud, habían sido modificados por Skywalker y permitían alcanzar una velocidad de 947 km/h. Cada motor llevaba un cono trasero que estabilizaba el impulso y tres palas de aire amarillas en la parte delantera que mejoraban la maniobrabilidad.
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