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Portulano



Los portulanos, también conocidos como cartas portulanas, eran manuales, generalmente con forma de libro, que se usaban en la navegación medieval y en los que aparecían listas sistemáticas de puertos (de ahí su nombre), las distancias entre ellos y las direcciones para dirigirse de uno a otro. Describían sobre todo la costa mediterránea, aunque también hubo algunos de costas atlánticas.[1][2]​ Aparecieron en el siglo XIII d. C. y continuaron elaborándose en varias centurias, incluso muy avanzada la Edad Moderna, aunque son productos típicos de los siglos XIV y XV principalmente. Contenían información sobre distancias, vías para acceder a los puertos, peligros, bancos de arena, arrecifes y anclajes.[1]​ Se caracterizan por tres circunstancias:

Por razón de su procedencia, Catow distingue tres grupos de cartas portulanas:[3][1]

La copiosa serie de cartas portulanas italianas se inicia a mediados del siglo XIII d. C., con la llamada Carta Pisana, que se conserva en la Biblioteca Nacional de París. Al siglo siguiente pertenecen la Carta de Carignano, desaparecida del Archivo Nacional de Florencia donde se conservó mucho tiempo; la obra cartográfica del genovés Pietro Vesconte, el ilustrador de la obra de Marino Sanudo; la de Francisco Pizigano (1373), con influencia de la estilística mallorquina; y las de Beccario, Canepa y de los hermanos Benincasa, naturales de Ancona.

La novedad de la cartografía mallorquina son las cartas náutico-geográficas, todas con estilística común en la representación de ciertos accidentes y zonas geográficas. La obra cumbre de las cartas portulanas aragonesas es el mapamundi de Cresques Abraham, de 1375, conservado en la Biblioteca Nacional de París.

Cresques Abraham era un judío mallorquín que trabajó al servicio de Pedro IV de Aragón. En su taller de buxoler (fabricante de brújulas) le ayudaba su hijo Jafuda. El título del atlas es Mapamundi, o sea, mapa del mundo y de las regiones de la Tierra con los varios pueblos que la habitan. La obra se hizo a petición del infante Don Juan, hijo de Pedro IV, deseoso de una fiel representación de oeste a este del mundo. Forman el Mapamundi 12 hojas sobre tablas, unidas unas a otras por pergamino, y en disposición de biombo. Cada tabla es de 69 por 49 cm. Las cuatro primeras se llenan con textos geográficos, tablas geográficas y astronómicas y calendarios. Lo más novedoso del Mapamundi de Cresques es la representación de Asia, desde el mar Caspio hasta Catay (China), en la que se tiene en cuenta la información de Marco Polo, Jordanus y otros.

Las cartas portulanas portuguesas, de raigambre mallorquina, tienen como singularidad el sobreponer a la «araña» las líneas astronómicas del ecuador y los trópicos. Por último, la ampliación del horizonte geográfico por los portugueses y españoles demandó necesidades que no cumplían las cartas portulanas, pero aun así continuaron elaborándose en los s. XVI d. C. y XVII.

Se conservan tres cartas portulanas medievales escritas en árabe:[4]​ el mapa de Ahmed ibn Suleiman al-Tangi de 1413-14, el de Ibrahim al-Tabib al-Mursi de 1461 y un mapa de Europa occidental, anónimo y sin fecha, conservado en la Biblioteca Ambrosiana y que se estima data de principios del siglo XIV d. C.[5]​ o del XV.

Además se encuentra una descripción detallada de un mapa náutico árabe del Mediterráneo en la enciclopedia del egipcio Ibn Fadl Allah al-'Umari, escrita entre 1330 y 1348.[4]​ En una obra de Ibn Sa'id al Magribi (siglo XIII d. C.) e incluso en otra de al-Idrisi (siglo XII d. C.)[5]​ se encuentran descripciones anteriores, limitadas a regiones geográficas más pequeñas,

La cuestión del origen de las cartas portulanas sigue abierta. Entre las hipótesis avanzadas por los investigadores, se pueden citar las siguientes:[6]



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