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Príncipe de los creyentes



Príncipe de los creyentes, en árabe, أمير المؤمنين‎, romanizadoʾamīr al-muʾminīn, también traducido como emir o comendador de los creyentes es un título islámico tradicionalmente asociado al de califa, que indica que su portador es la máxima autoridad religiosa entre los musulmanes[aclaración requerida]. La forma castellanizada es miramamolín, aunque según el DRAE se usa "casi exclusivamente para designar a los califas almohades".[1]

Los chiíes, rama minoritaria del islam, se refieren con este título a su primer iman, Ali Ibn Abi Talib.

Durante la Edad Media este título se castellanizó bajo la forma de Miramamolín, que por antonomasia fue, en las crónicas, Muhammad an-Nasir, el caudillo almohade en la batalla de Las Navas de Tolosa.

Fue utilizado también por los sultanes almorávides, que sin embargo no usaban el de califa, y más tarde por el sultán, ahora rey de Marruecos. La autoridad religiosa de los sultanes marroquíes como príncipes de los creyentes era reconocida por aquellos sectores del país que no reconocían sin embargo su autoridad política. También trascendía las fronteras del reino, pues era reconocida igualmente más hacia el sur, entre las tribus del Sáhara, siendo este uno de los argumentos esgrimidos por el nacionalismo marroquí para reclamar la soberanía sobre el Sáhara Occidental y Mauritania (aunque en este último caso ya no existe tal reivindicación).

Algunos líderes de grupos sectarios y extremistas del islam han utilizado el título de príncipe de los creyentes. Uno de los casos más célebres es el de Mohammad Omar, fundador del movimiento talibán en Afganistán. Otro caso es el de Cemaleddin Kaplan, líder del movimiento Estado Califal, una organización política islamista formada por emigrados turcos en Alemania, que acabó convertida en secta y su líder en califa y príncipe de los creyentes.




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