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Premio de Roma



El Premio de Roma es una beca escolar que el Gobierno francés concede a estudiantes de arte.

Se creó en 1663, bajo el reinado de Luis XIV como premio anual que se concedía a jóvenes pintores, escultores y arquitectos que debían demostrar sus habilidades en un duro concurso por eliminatorias con sus compañeros. El premio consistía en una estancia de cuatro años, con cargo al rey, en la Academia Francesa en Roma, fundada por Colbert y Lebrun en 1666 y que estaba en el Palais Mancini; la estancia podía ser prolongada si el director de la institución lo juzgaba útil. Durante la estancia en Roma, los ganadores al premio estudiaban la cultura clásica y el Renacimiento, y se les exigía permanecer solteros hasta que concluyesen sus estudios.[1]​ En 1803, Napoleón Bonaparte, trasladará la Academia a la Villa Médici, entonces en estado de abandono, que debió de restaurarse para acoger a los premiados.

A las competiciones iniciales de pintura, escultura, arquitectura y grabado en 1803 se unió la de composición musical. Hasta 1968 la «Académie des Beaux-Arts», componente del «Institut de France» otorgaba los «Prix de Rome».

Los estudiantes competían a veces durante varios años consecutivos, sufriendo grandes depresiones si no ganaban. Alguno, como Jacques-Louis David, intentó suicidarse, tras varios años intentando ganar. Importantes pintores como Eugène Delacroix, Édouard Manet, y Edgar Degas participaron y no lo lograron, al igual que los compositores Camille Saint-Saëns (1852 y 1864) y Maurice Ravel (varios años).

Durante 300 años, el Premio de Roma fue el máximo galardón que un artista de cualquier país podía recibir, atrayendo la atención de los medios de comunicación y catapultando a los ganadores a la fama.

Tras muchas críticas sobre el fallo del concurso, y quizás debido al espíritu igualitario de mayo de 1968, la competición del concurso fue suprimida en la forma que había tenido hasta entonces. Desde 1971, una comisión designa los «pensionados» que son premiados con una estancia en la Villa Médici. Además pueden ser artistas o especialistas destacados de más materias, como historia del arte, arqueología, literatura, escenografía, fotografía, cine, vídeo e incluso cocina.

La Academia de Francia en Roma es hoy día un establecimiento público nacional de carácter administrativo dotado de personalidad civil y autonomía financiera, bajo la tutela, no de la Academia de Bellas Artes, sino del ministro de asuntos culturales. Desde el punto de vista jurídico, tiene su sede en la Villa Médicis.

Algunos países ofrecen Premios de Roma paralelos. Tal es el caso de Bélgica, Canadá, Holanda, España y los Estados Unidos.

En composición musical los candidatos, que debían de tener menos de treinta años, se presentaban a las siguientes pruebas:

Desde principios del siglo XX (a partir de 1903), las pruebas del concurso de Roma se hacían en el Château de Compiègne. Más adelante, se desarrollaron en el Château de Fontainebleau.

En la primera época del concurso, el Primer Gran Premio de Roma consistía en una estancia de hasta cinco años en Roma. Se esperaba la composición de una obra de importancia por año. Desde comienzos del siglo XX, el primer laureado solo residía dos o tres años en la Villa Médici. Dependiendo de los años, un segundo o más de un Segundo Premio eran concedidos, beneficiándose el «primer Segundo Premio» de una estancia de menor duración en Roma.

Hector Berlioz, que obtuvo en 1830, no sin esfuerzos, un Primer Gran Premio, fue el primero en criticar seriamente el Premio de Roma, principalmente denunciando la competencia del jurado: de un total de 40 miembros ¡solamente 5 músicos! Sobre ello se extiende largamente en sus memorias. Y en un pasado más reciente, se recuerda que «Maurice Ravel no consiguió nunca el Premio de Roma». Es una media verdad que contribuye incluso hoy a desprestigiar el premio, con la idea de que las pruebas intelectuales o los concursos conducen muchas veces a recompensas injustas, o que simplemente son insanos por naturaleza (salvo en el deporte, naturalmente).

De hecho, tras varias tentativas, Ravel obtuvo un «segundo Segundo Premio». Sabiendo quienes son los jurados, incluso aunque no fueran académicos, indignarse por este tercer puesto de Ravel es como indignarse hoy del segundo premio concedido en Polonia a David Óistraj en el «Concurso internacional Wieniawsky». Lo ganó la joven y talentosa Ginette Neveu, pero perdió la vida poco después en un accidente de avión, y nadie puede saber que consideración tendría hoy día. Lo que importa recordar, es que todos los Premios de Roma fueron músicos que demostraron una gran maestría en su oficio. Que hayan tenido o no luego una carrera fulgurante como compositores, es otra cuestión.

El orden de distinciones era el siguiente: «primer Primer Gran Premio», «segundo Primer Gran Premio», «primer Segundo Gran Premio», «segundo Segundo Gran Premio» y «Mención». El uso ha sustituido estas fórmulas un poco pesadas por, simplemente: «Gran Premio» (o Primer Gran Premio) y «segundo Gran Premio»... Además, a partir de los años cuarenta, se acostumbró a no conceder el segundo Primer Gran Premio y no hablar más de «Gran Premio», «primer Segundo Gran Premio» y «segundo Segundo Gran Premio». Desde 1960 la tradicional "cantata" fue remplazada por un "poema lírico".

La Académie de France en Roma ha sido siempre dirigida por artistas prestigiosos:

+ 1834: Henri Labrouste

Los ganadores del premio de Roma en escultura franceses del siglo XX son:[4]

Los premios de grabado en talla dulce fueron creados en 1804 y suprimidos en 1968 por decisión de André Malraux, ministro de Cultura.

(Ver Prix de Rome américain de la Wikipedia en francés)

(Ver Prix de Rome canadien de la Wikipedia en francés)

(Ver Prix de Rome néerlandais de la Wikipedia en francés)

En español:

En francés:



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