El Preste Juan o Pastor Juan era el nombre de un supuesto gobernante cristiano del Lejano Oriente según los relatos europeos de la Edad Media. Fue un personaje muy conocido entre los siglos XII y XVII.
Era, a la vez, gobernante y sacerdote, incluso patriarca según algunas fuentes, de ahí su título de «preste» (apócope de presbítero), de una nación cristiana aislada entre musulmanes y paganos en algún lugar de Oriente. Según los relatos medievales, descendía de los tres Reyes Magos, y tanto era un mandatario generoso como un hombre virtuoso, que regía un territorio lleno de riquezas y extraños tesoros, donde se encontraba el patriarcado de Santo Tomás. Su reino contenía maravillas, como un espejo a través del cual podía ver todas sus provincias, de cuya fábula original derivó la «literatura especular» de la Baja Edad Media y el Renacimiento. En ella, los reinos de cada príncipe eran censados y sus deberes fijados.
La primera vez que se menciona a este personaje es en la crónica del obispo alemán Otón de Frisinga. Inicialmente, se creía que el reino del Preste Juan se hallaba en la India. Corría por entonces la creencia muy divulgada de que los cristianos nestorianos habían tenido éxito en evangelizar esas tierras, y estaban regidos por un sacerdote-rey llamado Juan. Probablemente, los viajes de Tomás el Apóstol, documentados en obras como los Hechos de Tomás sirvieron de germen para la leyenda. Tras la llegada de los mongoles al mundo occidental, se situó al rey en Asia Central. Finalmente, exploradores portugueses se convencieron de que lo habían encontrado en Etiopía. El emperador de Bizancio y el papa habían recibido varios mensajes de esta figura misteriosa, en los que él mismo describía la grandeza y la riqueza de sus feudos.
El reino del Preste Juan fue objetivo de una búsqueda, que disparó la imaginación de generaciones de aventureros, pero permanecía fuera de su alcance. Representaba un símbolo de la universalidad de la Iglesia para los cristianos europeos, que trascendía la cultura y la geografía para abarcar a toda la humanidad, en tiempos en que la tensión étnica e interreligiosa convertían esa visión en un hecho muy improbable. Según ciertas tradiciones cristianas, los Reyes Magos, que en el Evangelio aparecen como «magos de Oriente», procedían del mismo reino del Preste Juan y en este remoto país asiático se encontraba el Santo Grial.
En 1218, Gengis Kan derrota a Kuchlug, un kan (jan) cristiano nestoriano de la tribu naiman de Mongolia occidental, que gobernaba el Kanato de Kara-Kitai. Sin embargo, tal como lo observó el viajero italiano Giovanni da Pian del Carpine, ya en el siglo XIII apenas existía tolerancia para los cristianos, y los nestorianos estaban ya en decadencia precisamente por el ascenso de Gengis Kan, quien tuvo que contender con rivales que practicaban una síncresis de cristianismo nestoriano y chamanismo.
La leyenda del Preste Juan influyó en los viajes de exploración de la Baja Edad Media. Cuando en el siglo XV los portugueses entraron en contacto con el reino cristiano de Etiopía, en África, pensaron que habían encontrado este reino, considerando al negus o negus negusti (rey de reyes) etíope como el mítico Preste Juan. Otras leyendas identifican al Preste Juan con Juan el Apóstol, ya que, basándose en el capítulo 21 del Evangelio de Juan, asumen que Juan el Apóstol nunca murió y que seguía vivo en la Edad Media. El preste Juan podría haber sido alguno de los monarcas de la Etiopía cristiana.
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