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Proceso de admisión a las universidades chilenas



El proceso de admisión a las universidades chilenas es un sistema de selección y admisión de estudiantes a la educación universitaria, aplicado anualmente.

El Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) es responsable del establecimiento de un sistema de selección y admisión de estudiantes a las universidades que lo conforman. Desde 2003, como el eje del proceso, se utiliza un test estandarizado denominado Prueba de Selección Universitaria (PSU), la cual reemplazó a la Prueba de Aptitud Académica (PAA), que se había instaurado en 1966;[1]​ la Universidad de Chile a través del DEMRE es la encargada de la administración de la PSU.[2]

Desde 2012, esencialmente, el ingreso a una carrera en el sistema universitario chileno depende de una ponderación realizada entre las notas de Enseñanza Media (NEM), el Ranking de Notas y los resultados obtenidos en la PSU; sin embargo, algunas carreras piden, además, pruebas especiales, como por ejemplo psicología, arquitectura y teatro.

En 2013, el CRUCH creó el Sistema Único de Admisión (SUA) en el que participan las veintisiete universidades del Consejo de Rectores, además de nueve universidades privadas adscritas.[3]​ El SUA declara utilizar "un sistema de selección de estudiantes de carácter estandarizado, común y simultáneo, cuyo objetivo es medir e identificar a aquellos candidatos con las mayores posibilidades de cumplir exitosamente las tareas exigidas por la educación superior".[3]

A través de la historia se han sucedido diversos métodos de selección y pruebas, centrales en el proceso de admisión de las universidades chilenas.

La admisión a las universidades chilenas tienen su origen en los métodos de admisión de la Universidad de Chile. A partir de 1850 adopta el Bachillerato como método de admisión. En el transcurso de los siglos XIX y XX, el examen de Bachillerato mantuvo una base de materias, salvo pequeñas variaciones como el ingreso y salida del idioma latín. Los aspirantes debían rendir y aprobar exámenes de lengua materna, de una lengua extranjera y de Historia y Geografía de Chile, más aquellas pruebas específicas que correspondieran a la mención que postulaban. El bachillerato perduró como prueba de admisión hasta la aplicación de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) en 1967.

Sin embargo, durante la primera presidencia de Carlos Ibáñez del Campo, a causa de sus políticas, se produjo una crisis educacional. Durante su gobierno (1927-1931) se sucedieron cuatro rectores en la Universidad de Chile, y, lo más relevante, se dictaminó que para ingresar a la educación superior el único requisito era el egreso de la enseñanza media. Finalmente volvería a utilizarse el Bachillerato como forma de selección posterior a la salida de Ibáñez del Campo.[4]

Posterior al Bachillerato, en 1967 se modifica el sistema de admisión de Bachillerato por el de la Prueba de Aptitud Académica, la cual operó hasta el año 2002. Contaba con módulos de preguntas de temas matemáticas, verbal e historia de Chile. Esta prueba medía los conocimientos del contenido curricular hasta segundo medio. Además, había módulos optativos como Química, Física, Matemáticas Específicas y Biología Específica. Estos módulos medían conocimientos específicos de cada materia. Cada universidad definía para cada carrera las pruebas requisito y su ponderación para calcular el puntaje final de cada estudiante.

Esta evaluación se iba a aplicar durante el año 2003, pero debido a las críticas que tuvo no se aplicó y fue reemplazada por la Prueba de Selección Universitaria.

Debido a la preponderancia que le asignan los estudiantes a la prueba se tiende a denominar a todo el proceso como "la PSU", sin embargo, las autoridades tanto del Ministerio de Educación como de las universidades, distinguen la rendición de dicho test estandarizado, del sistema de selección y admisión, llamado Proceso de Admisión a las Universidades Chilenas o simplemente "Proceso de Admisión".

El Proceso de Admisión consta de cinco etapas: inscripción a la PSU, aplicación de las pruebas, postulación, selección y matrícula.[5]​ El proceso se inicia con la inscripción a las pruebas que se quieren rendir durante los meses de mayo a agosto, la publicación de las carreras y sus requisitos, la publicación de los puntajes de entrada de los años anteriores (a modo referencial); luego, continúa con la aplicación de las pruebas, comenzando con el reconocimiento de salas en que aplican, la rendición de las pruebas en sí, y la publicación de los resultados de las pruebas; la postulación a las carreras y universidades; la selección, con la publicación de los resultados de las postulaciones; una primera ronda de matrículas, una nueva ronda de postulaciones para los cupos no ocupados en la primera ronda de matrículas y concluye con la segunda ronda de matrículas.

El proceso se ha automatizado de gran manera, ya que solo se aceptan inscripciones y postulaciones por Internet y los resultados se dan a conocer directamente por ese medio también, lo que ha acortado bastante los plazos de antaño.

Como la mayoría de los procesos de esta índole y dada la importancia que le dan los alumnos a quedar en la carrera que ellos quieren y en la universidad que desean, lo que le da un sentido de proyección al futuro que no es tan decisivo, el proceso de selección en total causa bastante preocupación y en algunos casos problemas más críticos como estrés durante el proceso o depresión y suicidios al finalizar este si no se han conseguido los resultados esperados.[6]

Hasta el 2011, el proceso de admisión, anual, simultáneo y centralizado, sobre la base de la PSU, únicamente se aplicaba a las universidades integrantes del CRUCH. En dicho año, el CRUCH invitó a las universidades privadas a sumarse al sistema centralizado si así lo deseaban, exigiendo "conocimiento previo de los cupos, puntaje de corte y que se respete el orden estrictamente meritocrático en la inscripción de los alumnos".[7]​ De las invitadas, 7 universidades aceptaron y luego de extender el plazo 3 universidades adicionales aceptaron.[8]​ De estas, la Católica Silva Henríquez finalmente no fue aceptada[9]​ y la del Mar vio revocado su reconocimiento oficial en 2012.[10]

El CRUCH, en junio de 2012, incorporó el Ranking de Notas como un nuevo factor en el proceso de admisión, sumándolo a los ya existentes: Notas de Enseñanza Media (NEM) y resultados de la PSU.[11]

En junio de 2013, el CRUCH creó el Sistema Único de Admisión (SUA), el que declara utilizar "un sistema de selección de estudiantes de carácter estandarizado, común y simultáneo, cuyo objetivo es medir e identificar a aquellos candidatos con las mayores posibilidades de cumplir exitosamente las tareas exigidas por la educación superior", en el cual participan las 27 universidades del CRUCH (25 hasta el año 2016) y 9 universidades privadas adscritas (8 a partir del proceso de admisión del año 2012 y 9 desde el proceso de admisión del año 2017), es decir, 36 universidades chilenas.[3]​ A partir de 2018 serán 38, después que se acpetara la incorporación al SUA de las universidades Autónoma y San Sebastián.[12]



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