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Profecías de los papas



¿Qué día cumple años Profecías de los papas?

Profecías de los papas cumple los años el 10 de abril.


¿Qué día nació Profecías de los papas?

Profecías de los papas nació el día 10 de abril de 148.


¿Cuántos años tiene Profecías de los papas?

La edad actual es 1876 años. Profecías de los papas cumplió 1876 años el 10 de abril de este año.


¿De qué signo es Profecías de los papas?

Profecías de los papas es del signo de Aries.


La Profecía de los papas conocida comúnmente como Profecía de Malaquías o Profecía de San Malaquías,[1][2]​ es una de las dos profecías de San Malaquías, que fue publicada en 1595, y se atribuye al obispo católico Malaquías de Armagh (1094-1148). Es conocida comúnmente como la profecía de San Malaquías y se dio a conocer siglos después de la muerte del Santo.

La «Profecía de los papas» de San Malaquías apareció en el Lignum vitæ[3]​ (en 1595), publicado en Venecia por el monje benedictino francés Arnold de Wyon (quien era erudito en la historia de su orden). Wyon dedicó este libro al rey de España Felipe II. El origen de la profecía se atribuye a mediados del siglo XII, en la época de las aprobaciones pontificias a los templarios.

El Lignum vitae es una biografía colectiva de los benedictinos que llegaron a convertirse en obispos. Tras unos párrafos sobre la figura de san Malaquías de Armagh, termina diciendo el autor: «Malaquías escribió varios opúsculos».

Sigue una serie de 111 pequeños lemas o frases en latín sin numerar haciendo alusión alegórica a los siguientes 111 Papas que han gobernado a la santa Iglesia Católica, desde Celestino II (1143-1144) hasta Benedicto XVI (Gloria Olivae) cuyo símbolo es justamente una rama de Olivo. Posterior a esto, San Malaquías nombra a Pedro el Romano como último Papa gobernante.

Debemos recordar que, ningún Papa de la Iglesia católica tomó el nombre de Pedro como nombre de su Pontificado, por respeto al primer Papa (Pedro) nombrado directamente por Jesús.

Adicional a esto, cabe agregar que los 111 Papas son referidos, en cada lema, por palabras símbólicas, pero no por nombres propios o nombres de pila. Sí se pueden encontrar en los lemas, con frecuencia, referencias al lugar de origen de los papas, a sus escudos familiares, y en ocasiones a circunstancias históricas, lo que permite en base al orden de los lemas asignarles una cierta cronología, que se correspondería al periodo de un papado concreto. En todos los casos el significado de los lemas está escondido u oculto, por lo que es posible varias interpretaciones.

Es dificil saber si cada lema corresponde a un papa, (y sobre todo a cuál papa), en particular en periodos de papados muy breves (a veces sin que llegaran a ser consagrados como tales) o en periodos donde existía una disputa entre dos o más postulantes por ser el auténtico papa (a los no reconocidos en los listados oficiales de la Iglesia católica se los denomina antipapas).

El único nombre que se menciona en la lista de san Malaquías es el del supuesto último Papa: Petrus Romanus. Esto podría significar que después de un listado de lemas en latín (con términos que en muchos casos hacen referencia directa a la Biblia vulgata), el párrafo final con el término "Petrus Romanus" es una referencia genérica a los papas de la Iglesia (cargo que va unido al obispo de Roma), y la que explica y da el sentido general atribuído comúnmente a esta profecía (ser un listado de los sumos pontífices).

El término "Romanus" es utilizado -de acuerdo a la traducción en latín del Nuevo Testamento-, expresamente por San Pablo para defender su condición frente al centurión (Hechos 22, 23-29). La divulgación de esta profecía mediante la imprenta coincide con la revisión que se hizo de la Biblia Vulgata hacia 1590.

Al no haberse hallado aún el manuscrito original (de origen hacia el año 1140), su divulgación en una publicación avalada por la Iglesia y dirigida a los católicos (Venecia 1595), que recoge muchos documentos antiguos ya conocidos pero nunca publicados, permite suponer que el monje Arnaldo Wion (con el aval de la autoridad eclesiástica y por su condición de religioso) obró de buena fe, y no tuvo otra finalidad sino la de divulgar un documento que tuvo ante él y que por tradición ya era conocido, como él mismo atestigua.

El Papa Pio XII (como ya lo habían hecho otros papas anteriores) utilizó expresamente el lema que se le atribuía de acuerdo a la cronología tradicional de esta profecía. [4]

Después de la palabra «Finis.», en el texto se aclara que la asignación de cada lema al nombre de un papa no fue hecha por el propio Malaquías, sino por R.P.F. Alphonsi Giaconis («Quae ad Pontifices adiecta, non sunt ipsius Malachiae, sed R.P.F. Alphonsi Giaconis, Ord. Praedicatoru, huius Prophetiae interpretis.» dice textualmente).

Algunos ven en la interpretación de R.P.F. Alphonsi Giaconis de las divisas correspondientes a los papas anteriores a 1595 -desde Celestino II (1143-1144) hasta Clemente VIII (1592-1605)-, una mayor similitud que en las siguientes.

Resulta evidente que la publicada en 1595 es una de las interpretaciones posibles en dicho contexto histórico, pero el lector puede juzgar por sí mismo.

Por ejemplo, el lema «Leo Florentius» («El león de Florencia»), parece ajustarse más que a ningún otro al papa León X, hijo de Lorenzo de Médici, Príncipe de Florencia, y primer papa nacido en esa ciudad.

De la misma manera el lema «Hyacinthus medicorum» menciona expresamente el apellido del segundo papa de la familia Médici (médico en latín), que fue Clemente VII. Por ejemplo el lema «Ex antiquitate Urbis» también puede admitir una interpretación más directa, al señalar el nombre del papa Urbano VII.

Admitir esta secuencia hubiera implicado atribuirle un lema poco favorable -si se quiere-, al papa de origen florentino que autorizó la publicación de la profecía (Clemente VIII). En lugar de Crux Romulea -nombre que suena fuerte y decidido- le hubiera correspondido el lema Undosus vir (varón oscilante) -que parece expresar lo contrario-. Esto demuestra que toda la publicación oficial de los lemas descartó los significados más obvios, para forzar una interpretación admisible y permitida en la época.

De acuerdo al Anuario Pontificio entre León X y Benedicto XVI hay 49 papas -incluyendo a ambos-.[5]​ De acuerdo al Lignum vitae hay 49 lemas entre Leo Florentius y Petrus Romanus -incluyendo a ambos-.

El Lignum vitæ se editó en 1595, constituyendo un éxito en toda la Europa cristiana y nunca tuvo ninguna sanción por parte del Santo Oficio (actual Sagrada Congregación para de la Doctrina de la Fe).

Tras estos 111 lemas proféticos atribuidos a cada pontífice romano, terminando con De Gloria olivæ (que correspondería con el papa Benedicto XVI), aparece una sentencia en latín:

In psecutione. extrema S.R.E. sedebit Petrus Romanus, qui pascet oves in multis tribulationibus, quibus transactis civitas septicollis diruetur, et Iudex tremedus iudicabit populum suum. Finis.

En persecución extrema, en la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. Fin.

El historiador español José Luis Calvo confirma que hasta el papa Urbano VII (1521-1590) los lemas concuerdan muy bien con los respectivos pontífices y a partir de esa fecha hay que hacer esfuerzos para que coincidan.

El erudito español Benito Jerónimo Feijoo anota en su Teatro Crítico Universal[6]​ que la profecía es apócrifa, que le fue entregada a Alfonso Chacón y que solo tiene precisión hasta Urbano VII.

El jesuita Claude-François Menestrier ha acusado al erudito dominico español Alphonsus Ciacconius de valerse de la credulidad y prestigio de Arnold de Wyon para contribuir a la elección de Simoncelli para propiciar la candidatura a papa del cardenal de Orvieto en 1590 para suceder a Urbano VII.

Cardenal Ratzinger, Prefecto para la Doctrina de la Fe (Benedicto XVI): El hecho de que la única revelación de Dios dirigida a todos los pueblos se haya concluido con Cristo y en el testimonio sobre Él recogido en los libros del Nuevo Testamento, vincula a la Iglesia con el acontecimiento único de la historia sagrada y de la palabra de la Biblia, que garantiza e interpreta este acontecimiento, pero no significa que la Iglesia ahora sólo pueda mirar al pasado y esté así condenada a una estéril repetición. El Catecismo de la Iglesia Católica dice a este respecto:

Aunque no pertenecen al depósito de la fe, las revelaciones privadas pueden ayudar a vivir la misma fe, si mantienen su íntima orientación a Cristo. El Magisterio de la Iglesia, al que corresponde el discernimiento de tales revelaciones, no puede aceptar, por tanto, aquellas «revelaciones» que pretendan superar o corregir la Revelación definitiva, que es Cristo. (Compendio del Catecismo de la Iglesia 67)

El Decreto de la Congregación para la Propagación de la Fe (A.A.S. n.58/16 del 29 de diciembre de 1966) que abroga los cánones 1399 y 2318 fue aprobado por S.S. Pablo VI y publicado por su voluntad. Por lo cual: No se prohíbe divulgar sin licencia expresa de la Autoridad Eclesiástica (Imprimátur) escritos tocantes a nuevas apariciones, revelaciones privadas, visiones, revelaciones, profecías y milagros, con tal que se observe la moral cristiana general.

Son varios los papas que en los siglos anteriores han referido el lema correspondiente de las profecías de San Malaquías a sus pontificados (Alejandro VIII, Pio VI, en fecha más reciente Pio XII, «Pastor angelicus»), lo que habla del valor que han otorgado los Sumos Pontífices a esta particular profecía.



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