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Qusair Amra



Qusayr ʽAmra[1]​ es el más célebre de los castillos del desierto ubicados en lo que hoy es el este de Jordania. Fue construido a principios de siglo VIII, en algún momento entre 723 y 743, por Walid Ibn Yazid, el futuro califa omeya Walid II, en la época de expansión de la dominación islámica en esta región. Es uno de los ejemplos más notables del primer arte omeya y de la arquitectura islámica. Está considerado uno de los ejemplos más importantes del primer arte y la arquitectura islámicos. El descubrimiento de una inscripción durante las obras de 2012 ha permitido datar la estructura de forma más precisa.

El edificio es en realidad el resto de un complejo más grande que incluía un verdadero castillo, del que sólo quedan los cimientos. Lo que queda hoy es una pequeña cabaña de campo, que pretendía ser un retiro real, sin ninguna función militar. Destaca sobre todo por los frescos que quedan en los techos interiores, que representan, entre otros, a un grupo de gobernantes, caza, mujeres desnudas y, sobre una habitación de baño, una representación precisa del zodiaco. Esto ha llevado a la UNESCO a declararlo Patrimonio de la Humanidad, uno de los cinco del país.[2]​ Esta calificación, y su ubicación junto a la más grande autopista este-oeste de Jordania, relativamente cerca de Amán, hacen de este lugar uno de los principales lugares turísticos del país.

El castillo fue utilizado como lugar de veraneo por el califa o por sus príncipes, para el deporte y el placer. Se recubrió por frescos que describen escenas de caza (de mamíferos ya extintos en Oriente Próximo por el exceso de caza), frutos y mujeres. También contiene un sistema termal dividido en tres partes, que testimonia una influencia romana.

Qasr Amra está en el lado septentrional de la autopista 40 jordana, aproximadamente a 85 km de Amán y 21 km al sudoeste de Azraq.[3]​ Actualmente queda dentro de una amplia zona delimitada por alambre de espino. Un aparcamiento sin pavimentar queda en la esquina sureste, justo frente a la carretera. Un pequeño centro de visitantes vende las entradas. El castillo se encuentra en el oeste de un perímetro cerrado, debajo de una pequeña elevación.

Es un edificio bajo, construido con caliza y basalto. El bloque septentrional, de dos pisos de alto, presenta una cubierta de tres bóvedas sobre la entrada principal en la fachada oriental. La parte occidental presentan bóvedas o cúpulas más pequeñas.

Restos de paredes de piedra usadas como cierre del sitio sugieren que era parte de un complejo de 25 [hectárea]]; hay restos de un castillo que pudo haber albergado temporalmente una guarnición de soldados. Justo al sudeste del edificio hay un pozo de 40 m de profundidad, y se han encontrado también trazas de un mecanismo de elevación a través de fuerza animal y una presa.[3]

Hoy, las condiciones de conservación de Qasr Amra son peores que las de otros castillos del desierto como Qasr Kharana, los frescos han sido dañados por grafitis. Están en marcha proyectos de restauración están en marcha, apoyados por la World Monuments Fund, el Istituto superiore per la conservazione ed il restauro y el departamento de antigüedades de Jordania.[4]

Uno de los seis reyes representados es el rey Rodrigo de España, cuyo breve reinado data la imagen, y posiblemente el edificio, de alrededor de 710. Durante largo tiempo los arqueólogos creyeron que el califa de turno Walid I fue el constructor y principal usuario de Qasr Amra, pero actualmente existen dudas. Ahora se cree más probable que uno de los dos príncipes que más tarde serían califas ellos mismos, Walid II o Yazid III, sería más probables candidatos a ese papel.[5]

Ambos pasaron largos períodos de tiempo lejos de Damasco, la sede omeya, antes de ascender al trono. Se sabía que Walid gustaba del tipo de actividades sibaríticas representadas en los frescos, particularmente sentarse al borde de piscinas escuchando música o poesía. En cierta ocasión fue entretenido por intérpretes vestidos como estrellas y constelaciones, sugiriendo una relación con el cielo pintado en el caldarium. La madre de Yazid era una princesa persa, lo que sugiere familiaridad con esa cultura.[5]

La estructura abandonada fue redescubierta por Alois Musil en el año 1898, haciéndose famosos los frescos a través de dibujos de un artista austriaco, Alphons Leopold Mielich que ilustraban el libro de Musil. A finales de los años setenta, un equipo español restauró los frescos. El castillo fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1985, teniendo como base los criterios i, iii y iv ("obra maestra del genio creativo humano", "testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural" y "un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra una etapa significativa en la historia humana").

Qasr Amra destaca sobre todo por los frescos en las paredes interiores. La bóveda de la entrada principal tiene escenas de caza, consumo de vino y frutas, y mujeres desnudas. Algunos de los animales representados no abundan en la región pero se encontraban con frecuencia en Persia, sugiriendo alguna influencia procedente de esa región. Una superficie representa la construcción del edificio. Cerca de la base de un muro un rey con halo aparece en el trono. En una sección vecina, ahora en el museo de Pérgamo de Berlín, se mostraba a ayudantes, así como un barco en aguas que abundaban en pesca y aves.

En la sala de la audiencia, encontramos uno de los frescos más interesantes, llamado los "seis reyes" o "la familia de los reyes", que representa a los gobernantes de potencias vecinas. Con fundamento en detalles e inscripciones en la imagen, cuatro de los reyes representados son identificados como el rey visigodo Don Rodrigo, el emperador bizantino, el sasánida sah de Persia y el Negus de Etiopía.[6]​ Los otros dos son más difíciles de identificar, habiéndose especulado con la posibilidad de que sean gobernantes turcos, o chinos, o de la India.[5][6]

Su propósito no está claro. Se presiente que tiene una finalidad diferente al resto de frescos, siendo esta, quizás, la afirmación de poder del soberano musulmán frente a sus rivales. La palabra griega "NHKH", o nike, que significa victoria, se descubrió cerca, lo que sugeriría que la imagen de los "seis reyes" pretendía sugerir la supremacía del califa sobre sus enemigos.[5]​ Otra posible interpretación es que las seis figuras se representen como suplicando, supuestamente al califa que estaría sentado en la sala.[6]

El apodyterium, o vestuario, está decorado con escenas de animales en actividades humanas, particularmente interpretando música. Una imagen amigua tiene un ángel mirando hacia abajo a una forma humana envuelta en un velo o sudario. A menudo se ha pensado que era una escena de muerte, pero otras interpretaciones han sugerido que el velo cubre a una pareja de amantes.[5]​ Tres rostros oscurecidos en el techo se cree que representan las etapas de la vida. Los cristianos de la zona creen que la figura de en medio es Jesucristo.

En las paredes y en el techo del tepidarium, o baño cálido, hay escenas de plantas y árboles similares a los del mosaico en la Mezquita de los Omeyas de Damasco. Están entremezclados con figuras femeninas desnudas en diversas poses, algunas bañando a un niño. La cúpula semiesférica del caldarium o baño caliente tiene una representación de los cielos en la que se representa el zodiaco, entre 35 constelaciones separadas identificables.

Se cree que es la imagen más antigua de un cielo nocturno pintado en algo que no sea una superficie plana. Los radios emergen no del centro de la cúpula, sino, más precisamente, del polo celeste norte. El ángulo del zodiaco es también representado con precisión. El único error discernible es la obra de arte que sobrevive es el orden contrario a las agujas del reloj de las estrellas, lo que sugiere que la imagen fue copiada de una superficie plana.[5]

Los frescos en todas las habitaciones salvo el caldarium reflejan el consejo de los médicos árabes contemporáneos. Creían que los baños secaban los espíritus de los bañistas, y que para revivir "los tres principios vitales en el cuerpo, el animal, el espiritual y lo natural," las paredes del baño debían estar cubiertas con pinturas de actividades como la caza, de amantes, y de jardines y palmeras.[5]

La transliteración del árabe da lugar a diverses variantes: Quseir Amra, Qasr Amrah, Qasayr Amra y Qasr Amra.



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