José Ramón Ibarra y González fue el último obispo y el primer arzobispo de Puebla. Nació el 22 de octubre de 1853 en Huamuxtitlán que entonces pertenecía al obispado de Puebla y perteneció a la diócesis de Chilapa de la que también fue su obispo actualmente pertenece a la diócesis de Tlapa. Murió el 30 de enero de 1917. En proceso de canonización ante la Santa Sede con el título de Venerable de la Iglesia católica.
Hizo sus estudios de instrucción primarios en Izúcar de Matamoros y Puebla, fallecido su padre es llevado por su madre a Acatlán de Osorio donde aprende los rudimentos del latín con el padre José María Cáceres. Ingresó en el Seminario Conciliar Palafoxiano de Puebla del que fue alumno, profesor y superior. En 1876 culminaron sus estudios de jurisprudencia y es enviado a Roma en junio de 1877.
Después de la muerte de su madre marcha a Roma en junio de 1877 para ingresar al Colegio Pio Latinoamericano y posteriormente a la Universidad Gregoriana de donde egresa con las borlas de Teología Filosofía, Derecho Canónico y Derecho Civil Romano condecorado por el Papa León XIII con una medalla por sus brillantes estudios. El 21 de febrero de 1880 se ordenó de sacerdote en la Basílica Lateranense y al día siguiente cantó su primera misa. En 1881 irguió la sien con las borlas de Doctor en Derecho Canónigo y Derecho Civil Romano.
De regreso a Puebla en diciembre de 1882 funge como profesor del Seminario y capellán del Templo de San Pedro entre otros cargos. En 1886 fue comisionado por el obispo Mora y Daza para fundar la academia Teojurista que fue el renacimiento del Seminario Conciliar Palafoxiano luego de su desalojo del Hospitalito, despojado por las Leyes de Reforma en 1886, para lo cual adquirió junto con el canónigo Prisciliano José de Córdova el edificio del ex convento de Belemitas anexo al templo de Belén que funcionó hasta la Revolución Carrancista. En 1885 fue nombrado canónigo de la Catedral Angelopolitana por el obispo Mora y Daza que también lo designa presidente de la comisión organizadora de la primera peregrinación diocesana al Tepeyac el 11 de febrero de 1887, que aún se sigue organizando, y en 1888 es nombrado vicario capitular por el mismo obispo quien fallece ese mismo año justo antes de la histórica primera peregrinación mexicana a Roma de la que Ibarra y González es organizador y al mismo tiempo peregrino (véase foto). De regreso a México entregó el gobierno de la diócesis de Puebla al señor Melitón Vargas, quien lo nombró provisor el 2 de septiembre de 1888. Elige a la Compañía de Jesús para su superación espiritual en la Casa de Loyola, España donde lo sorprende el anuncio de su preconización como Obispo de la Diócesis de Chilapa. Es consagrado en Roma el 5 de enero de 1890 en la capilla del nuevo Colegio Pio Latino Americano.
La Diócesis de Chilapa abarcaba todo el Estado de Guerrero cuando monseñor Ibarra y González tomó posesión en julio de 1890 gobernándola por espacio de 11 años en los que en medio de dificultades fundó junto a la católica seglar Concepción Cabrera de Armida el movimiento del Apostolado de la Cruz siendo avalado por el Papa León XIII el 3 de mayo de 1895 y confiado a los Misioneros del Espíritu Santo por el Papa Pío XI el 9 de julio de 1926. Fundó el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús para niños y jóvenes e inició las obras de la Catedral de Chilapa de grandes dimensiones empero fue destruida por un incendio en el año de 1930. Fundó la congregación de Misioneros Guadalupanos con miras a la evangelización y civilización de las razas indígenas. Tuvo que dejar su ministerio en Guerrero pues el Papa León XIII lo había nombrado Obispo de Puebla tomando posesión el 6 de julio de 1902.
En el año de 1902 Ibarra y González fue trasladado al obispado de Puebla en donde tomo posesión el 6 de julio. El papa Pío X por bula del 8 de febrero de 1904 mando que se erigiese en arquidiócesis la sede episcopal de la Puebla de los Ángeles, con supresión del título que tenía de Tlaxcala que tenía en la jerarquía católica. Por esa razón Ibarra y González fue el último obispo de la diócesis de Tlaxcala o Puebla de los Ángeles y el primer arzobispo de Puebla. El 8 de febrero se ejecutó la bula por el arzobispo de México Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera. En diciembre de 1904 la Catedral de Puebla fue elevada a Basílica Menor.
Como parte de su trayectoria apostólica, es importante reconocer la misión desarrollada por Monseñor Ibarra en favor de las Obras de la Cruz. Después de conocer a la beata Concepción Cabrera de Armida decidió ayudarla en la consolidación y desarrollo del Apostolado de la Cruz; obra a la que Mons. Ramón Ibarra dedicó gran parte de su tiempo y energías. Además de dar a conocer el Espíritu de la Cruz, obtuvo la autorización, por parte de la Santa Sede, para la fundación de los Misioneros del Espíritu Santo (quinta Obra de la Cruz). En el año de 1913, organizó una peregrinación a Tierra Santa, sin embargo, al pasar por Roma, aprovechó la ocasión para tratar con el Papa S. Pío X el asunto de la aprobación de los Sacerdotes de la Cruz, es decir, de los Misioneros del Espíritu Santo, consiguiendo avances muy importantes en dicho aspecto. Más tarde, el 25 de diciembre de 1914, en plena persecución religiosa, se llevó a cabo la fundación de los Misioneros del Espíritu Santo; Congregación de Derecho Pontificio fundada tanto por el Venerable P. Félix de Jesús Rougier como por la Beata Concepción Cabrera de Armida. Monseñor Ibarra, fue el primer Misionero del Espíritu Santo en morir dentro de la naciente Congregación.
El 30 de enero de 1917 en la Ciudad de México, rodeado de algunos de sus fieles sacerdotes y en estrecho catre dictó a sus colaboradores su testamento, la adhesión a la Santa Sede, la devoción a la Virgen de Guadalupe, la fidelidad al Espíritu Santo, al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santa Cruz, fueron los puntos principales que tocó el arzobispo antes de morir siéndole administrado el sagrado viático por el obispo de León Valverde Téllez. Murió víctima de diabetes el 1 de febrero de 1917 cuando aun México atravesaba por la vorágine de la revolución constitucionalista.
En el año de 1990, Juan Pablo II lo declaró Venerable. Actualmente, en estrecha colaboración con el Clero Diocesano de Puebla, la Familia de la Cruz continúa trabajando por la Causa de Beatificación y Canonización de Monseñor Ramón Ibarra y González.
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