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Real Academia de Ingeniería de España



La Real Academia de Ingeniería de España, RAI, es una institución «a la vanguardia del conocimiento técnico, que promueve la excelencia, la calidad y la competencia de la ingeniería española en sus diversas disciplinas y campos de actuación»,[1]​ que tiene su sede en Madrid, en el edificio del palacio del Marqués de Villafranca, donde fue instalada por Orden Ministerial de 31 de mayo de 2005 del Ministerio de Educación y Ciencia.

Creada en 1994, por Real Decreto 859/1994, de 29 de abril, a propuesta del Ministro de Educación y Ciencia, Gustavo Suárez Pertierra.[2]​ Siguiendo la tradición de las reales academias, la Real Academia de Ingeniería tiene a gala haber sido la primera de ámbito nacional creada durante el reinado del rey Juan Carlos I.[3]

El Ministerio de Educación designa a sus primeros 36 miembros por orden ministerial del 1 de diciembre de 1994, a propuesta del Instituto de Ingeniería de España (18 académicos), las universidades (7), el Instituto de España (6) y la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación (5).

De 1994 a 1998 la Academia está bajo el protectorado del Ministerio de Educación, cuya Secretaría de Estado de Universidades e Investigación ostenta en un primer momento la presidencia. Por delegación, ésta recae en el académico Elías Fereres, con una junta de gobierno provisional integrada por Emilio Llorente, José Antonio Garrido, Antonio Luque, José Ramón Irisarri, César Dopazo, Manuel Elices y Andrés Ripoll.

Los académicos constituyentes elaboran el Reglamento de Régimen Interior que regula el procedimiento de elección de nuevos académicos. En sucesivas convocatorias se van cubriendo las 60 plazas de académico numerario que establecen los estatutos.[4][5]

La primera junta de gobierno autónoma es elegida el 19 de enero de 1999, dándose por terminada la etapa de protectorado. La presidencia recayó de nuevo en Fereres Castiel.

La siguiente junta de gobierno es elegida el 30 de enero de 2003, presidida por Enrique Alarcón. El 14 de julio de ese mismo año Juan Carlos I concede el título de “Real” a la Academia, cuya junta de gobierno prosigue la búsqueda de una sede acorde con sus objetivos.

El 11 de diciembre de 2003 Su Majestad inaugura con su firma el Libro de honor de la Academia y preside una sesión pública en la que Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo, presidente del gobierno durante la época de la transición, toma posesión como académico de honor.

El 23 de enero de 2007 se elige la tercera junta de gobierno, presidida por Aníbal Figueiras, periodo durante el cual continúan y finalizan las obras de rehabilitación y acondicionamiento del Palacio del Marqués de Villafranca.

El palacio del marqués de Villafranca, es la actual sede de la Real Academia de Ingeniería. Fue morada, entre otros personajes, del XI marqués de Villafranca y de Medina Sidonia, se casó en 1775 con María Teresa Cayetana, XIII duquesa de Alba, pintada por Francisco de Goya en varios cuadros.[6]

En el último cuarto del siglo xix la finca pasó a la familia Pérez-Seoane y Roca de Togores, Condes de Velle y luego Duques de Pinohermoso, que redecoraron las salas principales del palacio, con la ayuda, entre otros, del arquitecto, pintor y escultor, Arturo Mélida.[7]

El órgano de gestión de la Real Academia de Ingeniería es su Junta de Gobierno siendo responsable de la dirección general y del desarrollo de las actividades que realiza la Corporación.

Una vez al mes los académicos se reúnen en sesión plenaria, para analizar, debatir y organizar todos los temas relacionados con la Real Academia de Ingeniería.

El activo principal de la Real Academia de Ingeniería viene constituido por sus académicos: 60 destacados profesionales de las distintas disciplinas de la Ingeniería y la Arquitectura, provenientes de los ámbitos académico y empresarial, que desarrollan su cometido de fomentar la calidad y la competencia de la Ingeniería española.[1]

Para el sostenimiento de sus actividades, la Academia cuenta con la Fundación Pro Rebus Academiae, de la que forman parte destacadas universidades, organizaciones profesionales y empresas del país.[8]​ Por esta vía, la Real Academia de Ingeniería comparte sus experiencias empresariales, docentes e investigadoras y las pone al servicio de la Sociedad española y del avance tecnológico del país.[9]

La Real Academia de Ingeniería ha contado con diferentes presidentes a lo largo de su historia:

La Real Academia de Ingeniería ha realizado diversas publicaciones, algunas de forma periódica como las memorias anuales de actividades de la Academia, los discursos de las sesiones inaugurales del año académico y los discursos de los académicos en su toma de posesión. Al igual las publicaciones que con motivo de sus homenajes que, en cumplimiento de sus fines estatutarios, distingue, cada dos años, una obra de ingeniería o arquitectura, anónima, personal o colectiva, que representa una aportación históricamente trascendental en España. También se dedica parte de la actividad editorial de la Academia a la publicación de estudios de temas de actualidad que proporcionan una interesante visión aportada por expertos.

La Real Academia de Ingeniería distingue, con carácter anual, a aquellos jóvenes investigadores que han destacado en sus aportaciones a la ingeniería española con el Premio Agustín de Betancourt y el Premio Juan López de Peñalver.[10]

Igualmente, se conceden los premios Academiae Dilecta, dirigidos a empresas que hayan fundamentado de modo continuado su estrategia empresarial en la Ingeniería, alcanzando diferenciación a través del desarrollo y empleo de tecnologías novedosas y de una alta capacidad de innovación.[11]

La Real Academia de Ingeniería, para el mejor cumplimiento de sus fines estatutarios y de su deber de promocionar la calidad y la competencia de la Ingeniería española, impulsó la creación de un lugar de encuentro de la corporación con las administraciones, los colegios profesionales, las universidades y el mundo empresarial, en el que identificar orientaciones para llevar a cabo actividades de especial y común interés; buscando al tiempo el apoyo preciso para su realización.

La Fundación Pro Rebus Academiae es la forma que tomó dicho lugar de encuentro. Se constituyó mediante escritura pública el 9 de mayo de 2005 y está inscrita en el Registro de Fundaciones del MEC por Orden de 1 de julio del mismo año, disfrutando sus miembros de las exenciones previstas en la Ley de Régimen Fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo (Ley 49/2002 de 23 de diciembre).

La Fundación está dirigida por un patronato, responsable de la gestión de la entidad, del que forman parte, junto a miembros de la Academia, representantes de la universidad, de las organizaciones profesionales y del mundo empresarial.[12]

En colaboración directa con la Real Academia de Ingeniería, la Fundación busca el servicio a la sociedad mediante:

La Real Academia de Ingeniería es miembro de Euro-CASE, European Council of Academies of Applied Sciences, Technologies and Engineering, una organización independiente que reúne a Academias nacionales de ciencias aplicadas, tecnología e ingeniería pertenecientes a 21 países europeos y que actúa como foro permanente de consulta e intercambio entre las instituciones, empresas y universidades europeas.[13]

La Real Academia de Ingeniería se integra también, en el International Council of Academies of Engineering and Technological Sciences, CAETS, que agrupa a las 21 Academias de Ingeniería y Tecnología más representativas de todo el mundo.

Las raíces culturales comunes facilitan la cooperación muy estrecha con las Academias Iberoamericanas de Ingeniería con las que se formalizan intercambios de ideas y experiencias sobre los distintos ámbitos de la Ingeniería y su incorporación a la sociedad.[13]



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