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Real de a 8



El real de a 8, peso de ocho, peso fuerte o peso duro, conocido en el mundo anglosajón como dólar español (en inglés: piece of eight) o Carolus[1]​, es una moneda de plata con valor de ocho reales acuñada por la monarquía católica después de la reforma monetaria de 1497 que estableció el real español. Gracias al amplio uso que tuvo a finales del siglo XVIII en Europa, toda América y el extremo oriente, se convirtió en la primera divisa de uso mundial. Fue la primera moneda de curso legal en los Estados Unidos hasta que una ley de 1857 desautorizó su uso. Muchas monedas actuales tomaron sus respectivas denominaciones del real de a 8, tales como el dólar, el yuan o el peso.[2]

Actualmente el término «peso» se usa todavía en ocasiones para referirse al histórico real de a 8. Esto se debe a que los pesos tenían un peso y diámetro similar al real de a 8. No obstante, el término «peso» no aparece en el sistema monetario español hasta 1864, y es más exacto referirse al real de a 8 en el anterior sistema monetario.

En el mundo anglosajón en general, y en Estados Unidos en particular, el real de a 8 era conocido como Spanish dollar, pieces of eight o eight real coin. Existen diversas teorías de que el símbolo «$» del peso y el dólar tiene su origen en las bandas y columnas de Hércules del escudo español que aparece en el reverso del real de a 8. El símbolo de la S barrada es sustancialmente anterior a la acuñación de los columnarios. En los documentos españoles, la S barrada se usaba para indicar 'suma total'; sin embargo, por la diferente notación a la hora de anotar divisas, los ingleses creían que esa S barrada significaba 'peso' (peso fuerte, real de a 8, o peso de 8 reales). Para una cantidad de 2.345 pesos, un documento español reflejaría «$ 2345 p.», pero un inglés entendería que el primer signo es el de la divisa, mientras que los españoles lo escriben después.[cita requerida]

Las primeras monedas de 8 reales fueron instituidas en la Corona de Castilla por la reforma monetaria de 1497, llevada a cabo por los Reyes Católicos.

Tras la conquista de México y Perú, los reales de a 8 se acuñaban en América con la denominación de real español y se transportaban a granel hacia España, haciendo este transporte un objetivo tentador para los piratas y corsarios del mar. Por otra parte, su uso también se extendió por el sudeste asiático, pues el Galeón de Manila transportaba periódicamente plata en monedas desde México hasta Manila, en las Filipinas, donde debía intercambiarse por mercancías chinas y filipinas en tanto la plata era la única mercancía extranjera que China aceptaba como pago. En el comercio oriental, los reales de a 8 españoles fueron a menudo estampados con caracteres chinos, que indicaban que se trataba de monedas originales.

Debido a los enormes yacimientos de plata descubiertos principalmente en Potosí, en la actual Bolivia, y en menor cantidad en México (por ejemplo en Taxco y Zacatecas), las casas de la moneda de Bolivia, México y Perú comenzaron a acuñar moneda desde el siglo XVI, por lo que millones de reales de a 8 se acuñaron durante los varios siglos de presencia española.

Si bien la Monarquía impedía el libre comercio entre sus territorios y el resto del mundo, el contrabando de diversos productos se hizo común desde el siglo XVII entre territorios españoles y buques de Gran Bretaña y Holanda; ello permitió que las piezas monetarias acuñadas en las cecas de la Monarquía hispánica circularan por sitios ajenos a la jurisdicción española. Las Trece Colonias británicas en América del Norte llegaron a utilizar prontamente los reales de a 8 debido a la fineza de su contenido en plata y a su relativa abundancia en el mercado, mayor que la moneda de su propia metrópoli.

El comercio español con China, utilizando como base a las Filipinas, hizo que el real de a 8 se difundiera también en el Sudeste asiático. En una época donde el valor de la moneda estaba determinado por su contenido intrínseco de plata u oro, la fineza del real de a 8 hizo que esta pieza se tornara extraoficialmente en la moneda de cambio para el comercio internacional sostenido en Asia Oriental. La llegada de comerciantes estadounidenses a China a fines del siglo XVIII impulsó más el uso del Spanish dollar, como se denominaba en inglés al real de a 8.

El real de a 8 se convirtió entonces en la divisa de más amplia difusión durante el periodo colonial en América, y por su elevado valor intrínseco así como por su fineza, se siguieron usando en Norteamérica y en el Sudeste asiático hasta el siglo XIX. Cuando estas monedas de plata llegaron a Europa, fueron comparadas con las grandes monedas de plata que acuñaba Austria: el thaler (traducido al español como tálero). No obstante su fama en Europa, el tálero austriaco no tenía la difusión del real de a 8 a nivel mundial, pero su nombre en francés y en inglés (thaller y daller), sirvieron para que en Estados Unidos el real de a 8 recibiera el nombre de Spanish daller, del cual derivó posteriormente la denominación Spanish dollar, reducido luego a simplemente dólar.

Una ley estadounidense de 1792 sobre el sistema monetario creó la casa de moneda de los Estados Unidos, aunque los primeros dólares estadounidenses no fueron tan populares como los Spanish dollars, pues estos últimos eran más pesados y estaban hechos de plata más fina. Un real de a 8 tenía un peso nominal de 550,209 granos españoles, que son 27,468 gramos en el sistema métrico decimal; con una pureza de 93,055% esto significaba que el real de a 8 contenía 25,560 gramos de plata, aunque su peso y pureza varió significativamente entre las distintas casas de la moneda a lo largo de los siglos. En cambio, la citada ley estadounidense de 1792, especificó que el dólar de EE. UU. contendría 27 gramos de peso, de los cuales sólo 24,1 gramos eran de plata.

Los reales de a 8 tenían un valor nominal de 8 reales en España y sus colonias, pero la necesidad de moneda fraccionaria causó que a menudo las piezas fueran cortadas físicamente en cuatro u ocho trozos, para lograr un cambio más pequeño. Fuera de la monarquía universal española era muy difícil obtener monedas españolas de plata con denominaciones menores a las del real de a 8, por lo cual la partición física de la moneda era el único modo de obtener fracciones y posteriormente resellarlas para su uso,[3]​ cosa que también ocurrió durante las guerras de independencia de las colonias españolas cuando las piezas caían en manos de los insurgentes.[4][5]

La moneda española fue moneda de curso legal en los Estados Unidos hasta que en 1857 fue prohibido su uso, y mientras circuló en los EE. UU. el real de a 8 tuvo el valor de un dólar. Como curiosidad cabe indicar, por ejemplo, que el precio de las acciones en el mercado de valores de los Estados Unidos denominado en octavos de dólar perduró hasta el 24 de junio de 1997 cuando la Bolsa de Nueva York convirtió dicha denominación a dieciseisavos de dólar, aunque poco después se pasó a la notación decimal.

8 reales de Carlos IV de 1796 con resello de Sudán.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos III de 1780 con resello de Ceilán.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos III con resello de Birmania.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos IV de 1797 con resello de Arabia Saudí.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos IV de 1804 con resello de Tailandia.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos IV de 1808 con resello de Zanzíbar.

Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Fernando VII de 1821 con resello de Baréin.



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