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Red Natura 2000 en Castilla y León



La Red Natura 2000 es un sistema de protección de espacios y valores naturales de la Unión Europea. Se trata de una red ecológica de ámbito europeo que tiene como objetivo contribuir a la conservación de la biodiversidad en el continente.[1]

Esta red está configurada y regulada por dos directivas europeas, conocidas como Directiva de Aves y Directiva de Hábitats. Estas, a su vez, establecen las denominadas Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) que, posteriormente, han de ser declarados Zonas Especiales de Conservación (ZEC). Según la Directiva Hábitats, la red debe garantizar el mantenimiento o, en su caso, el restablecimiento en un estado de conservación favorable de las especies y de los hábitats naturales de interés comunitario, así como de los hábitats de las especies en su área de distribución natural. A tal fin los estados de la Unión Europea deben fijar las medidas de conservación necesarias que respondan a las exigencias ecológicas de las especies y los hábitats naturales, tomando también en consideración las exigencias económicas, sociales y culturales, así como las particularidades regionales y locales de la población.[1]

La transposición de ambas directivas al ordenamiento jurídico español se realizó con la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. En esta última se establece régimen jurídico básico para la «conservación, uso sostenible, mejora y restauración del patrimonio natural y de la biodiversidad, como parte del deber de conservar y del derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, establecido en el artículo 45.2 de la Constitución».[1]

Los antecedentes de la Red Natura 2000 en Castilla y León datan de los años ochenta del pasado siglo, cuando se designan las primeras doce ZEPA de la comunidad. En la actualidad, la contribución de Castilla y León a la Red Natura 2000 puede considerarse de notable importancia y fiel reflejo de la gran diversidad de su territorio. Esta comunidad autónoma ha incorporado a las listas de Lugares de Importancia Comunitaria de las regiones biogeográficas mediterránea y atlántica un total de 120 áreas con una superficie de 1 890 597 ha, y se han incluido en la lista nacional 70 zonas de especial protección para las aves, con una superficie de 1 997 971 ha. En conjunto, y descontando solapamientos, Castilla y León aporta a la red Natura 2000 170 sitios con una superficie de 2 461 708 ha, lo que representa el 26,13% de la superficie total castellano y leonesa.[2]

Cada estado miembro de la Unión Europea contribuye a la constitución de la Red Natura 2000 en función de la representación que tengan en su territorio los tipos de hábitats naturales y los hábitats de especies referidas en la normativa europea, designando los lugares y zonas especiales de conservación, teniendo en cuenta los objetivos pretendidos.[3]

La directiva establece la protección de un conjunto de tipos de hábitats de interés comunitario representativos de las distintas regiones biogeográficas europeas. Así, en el anexo I de la directiva se recogen más de 200 tipos de hábitats sobre la base de los criterios de escasez, singularidad o por constituir los medios naturales o seminaturales. También se establece la protección de especies de interés comunitario, incluyendo especies amenazadas y endémicas. Además en sus anexos, la directiva incluye más de 300 especies de animales y 500 de vegetales para toda la Unión Europea y establece como principal medida de protección la conservación de sus hábitats.[2]

Esta red de espacios protegidos está formada por las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que se incorporan directamente a la red y que están declaradas en virtud de la aplicación de la Directiva de Aves, y por las Zonas de Especial Conservación (ZEC), que se declaran a partir de las listas de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) presentadas por los estados miembros de la Unión Europea.[2]

La Directiva de Hábitats fue traspuesta al ordenamiento jurídico español por el Real Decreto 1997/1995, que en su artículo 3 establece la creación de la red ecológica europea de zonas de especial conservación.[4]

En España son las comunidades autónomas las competente para designar los lugares y las zonas especiales de conservación. Estas son por tanto las que elaboraron las listas de los lugares correspondientes a sus respectivos territorios. Para el inicio de este proceso de declaración de zona de especial protección, la normativa exige que se tengan en cuenta los criterios técnicos establecidos y la información científica disponible, con indicación de los tipos de hábitats y de las especies autóctonas existentes en dichos lugares. Una vez elaboradas las listas, han de ser trasladadas al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que, de acuerdo con los criterios de selección legalmente establecidos, las proponga a la Comisión Europea a través del cauce correspondiente.[4]

La contribución de Castilla y León a la Red Natura 2000 puede considerarse de notable importancia y fiel reflejo de la gran diversidad de su territorio. Esta comunidad autónoma ha incorporado a las listas de Lugares de Importancia Comunitaria de las regiones biogeográficas mediterránea y atlántica un total de 120 áreas con una superficie de 1 890 597 ha, y se han incluido en la lista nacional 70 ZEPA con una superficie de 1 997 971 ha. En conjunto, y descontando solapamientos, Castilla y León aporta a la red Natura 2000 un total de 170 sitios con una superficie de 2 461 708 ha, lo que representa el 26,13% de la superficie total castellano y leonesa.[2]

La lista definitiva de los LIC de Castilla y León ha necesitado de un proceso más largo y complicado, al margen de que el territorio de la comunidad se encuentra ubicado entre dos regiones iconográficas, la región atlántica y la mediterránea.[2]

La lista definitiva de los LIC en Castilla y León ha necesitado de un proceso más largo y complicado, al margen de que el territorio de la comunidad se encuentra ubicado entre dos regiones iconográficas, la región atlántica y la mediterránea.[2]

La primera propuesta de LIC data del 8 de enero de 1998, fecha en la que la junta de consejeros de Castilla y León aprobó la incorporación a la lista nacional, y por tanto a la Red Natura 2000, la nominación de cuarenta lugares. De estos, siete pertenecen a la región atlántica y el resto a la región mediterránea. Esta primera propuesta, se basó básicamente en los espacios naturales incluidos en el Plan de Espacios Naturales Protegidos de Castilla y León.[2]

Esta propuesta, tras la evaluación por la Comisión Europea de las listas del conjunto de la región biogeográfica, se detectó la necesidad de ampliar esta propuesta para lograr una correcta representación de los tipos de hábitats y especies consignados en los anexos de la Directiva Hábitats. Como consecuencia, se inició un proceso de nuevas propuestas y nuevos análisis que ha conformado la actual lista de LIC de Castilla actual. Esta lista está compuesta por ciento veinte lugares, y ocupa una superficie total de 1 890 597 ha, lo que significa el 20,07% del territorio regional.[2]

La lista incluye 63 tipos de hábitats de interés comunitario, de los cuales 14 son prioritarios. Entre ellos destacan los sabinares, los pastos de altas cumbres silíceas ibéricas o algunos de los mayores (rebollares) de Europa.[2]

En cuanto a las especies de interés comunitario de Castilla y León, cabe reseñar:[2]

A comienzos de los 90 se produjeron las primeras declaraciones de ZEPA en Castilla y León. En un primer momento la red contaba con 12 zonas que representaban cerca de un 2,5% de su territorio. El listado de zonas era a todas luces insuficiente, y más después de haberse realizado un importante número de censos de especies de aves significativas.[2]

A principios de la década del 2000, y para dar cumplimiento a los objetivos de la Directiva de Aves, se iniciaron varios procesos de ampliación. El último de estos procesos culminó con la actual red de áreas ZEPA en Castilla y León, que tras un período de información pública fue aprobada por acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León de 23 de octubre de 2003. En la actualidad se cuenta con setenta ZEPA, que ocupan una superficie cercana a los dos millones de hectáreas, algo más de 21% del territorio de Castilla y León.[2]

De las aves incluidas en el Anexo I de la Directiva de Aves, en Castilla y León se encuentran la avutarda, la alondra ricotí, el buitre leonado, el buitre negro y el águila imperial ibérica, de las que la región alberga entre un 20 y un 30 % de la población europea. También son destacables las poblaciones de águila real, aguiluchos lagunero y pálido, cigüeña negra, alimoche, urogallo cantábrico, perdiz pardilla y pico mediano que representan entre un 10 a un 70% de las poblaciones españolas.[2]



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