La Constitución de la República de El Salvador garantiza el libre ejercicio de todas las religiones. La misma carta fundamental reconoce la personalidad jurídica de la Iglesia católica, mientras que los demás credos pueden obtener, conforme a las leyes, el reconocimiento de su personería (art. 26).
Históricamente, el país ha tenido una marcada mayoría católica. Sin embargo, de acuerdo a algunas encuestas, esta realidad ha ido cambiando: en 1995, un 16.8% de la población se consideraba cristiana evangélica y el 67.8% era católica.
Actualmente la diversificación Cristiana en El Salvador es comparable con Suiza en 1970 o Países Bajos antes de 1950 (Protestantes y Católicos con un 10% de diferencia en beneficio de los primeros)
De acuerdo a la primera encuesta realizada en la década 2020, El Salvador es actualmente un país Evangélico (Protestante) con un importante remanente Católico.
Las confesiones Protestante y Católica unidas representan el 82% de la población salvadoreña, y del 3% que profesa otra religión la gran mayoría se refiere a otras denominaciones de Iglesias (especialmente la Mormona). Según la encuesta reflejada, el 15% o uno de cada 6 salvadoreños no son creyentes.Existen otros grupos cristianos no protestantes en El Salvador como son: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Testigos de Jehová, y la Comunidad de Cristo. También, hay personas que pertenecen a doctrinas no cristianas, algunas presentes en el país son: bahaísmo, Islam, budismo, judaísmo, grupos relacionados con el hinduismo, rosacrucismo, y religiones tradicionales nativas.
Según CID-Gallup (2020)
Según IUDOP/UCA (2018)
Desde la época colonial y por la influencia española, El Salvador ha sido un país tradicionalmente católico. Durante ese periodo, estuvo ligado a la iglesia católica del reino de Guatemala. El Salvador estuvo bajo el dominio de la iglesia católica hasta 1834, año en que El Salvador adoptó las ideas liberalistas, entre las cuales se cuenta la libertad de cultos y la separación de la religión del Estado. No obstante, se conservan tradiciones católicas, tales como Día de Muertos, Semana Santa, Posadas Navideñas y la Virgen de la Paz, venerada por los católicos salvadoreños. En la actualidad en El Salvador hay una disminución de creyentes en el catolicismo, de hecho a 2020 han eclipsado a ser la segunda rama Cristiana más grande siempre y cuando al conjunto diverso de sectas Protestantes se les englobe en misma denominación.
El protestantismo en El Salvador fue una misión que se llevó a cabo entre las décadas de 1840 y 1850, lográndose insertar en el país en la década de 1880 con la llegada de misioneros protestantes. A pesar de que la mayoría se establecían en Guatemala y Nicaragua, algunos misioneros -en su mayoría estadounidenses de la denominación presbiteriana- llegaban a El Salvador. Hoy en día la población evangélica protestante representa más de dos quintos de la población salvadoreña y juntas acumuladas suponen el Cristianismo mas grande desde 2020, y las dos denominaciones más grandes y crecientes en el país son la pentecostal y Asamblea de Dios. Cabe destacar la presencia y notoriedad de la Iglesia Apóstoles y Profetas Efesios 2:20, conocida como una congregación conservadora. La Iglesia Adventista del Séptimo Día representa una minoría del 8% de la población.
Comprenden a los Testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, Ortodoxismo y la iglesia Morava, que en conjunto representan el 2.9% del país. Todas estas congregaciones cristianas son recientes en el país, y cada una es significativa en San Salvador.
En esta parte de la población se toman en cuenta diferentes creencias como el ateísmo, el agnosticismo, el deísmo, la irreligión, el humanismo secular y el escepticismo religioso. Las personas no religiosas representan el 15% de la población de El Salvador a inicios de la década 2020, y varían notablemente en distintas estadísticas.
Según tres encuestas de la Universidad José Simeón Cañas, entre 1988 y 1998 la población que no se identifico con religiones pasó del 14.7% al 22%, mas tarde, entre 1998 y 2009 los no creyentes pierden mas de 10 puntos representando el 8.9%.
En las encuestas de Latinobarómetro, la población que no era religiosa o atea representaba apenas el 7% en 1996, 4 años después para el 2000 se traslada a 14%, una década mas tarde a 2010 alcanza el 24%, pero en solo tres años para 2013 desciende a solo 10%.
Años después, el segmento irreligioso se estira a 30%. Una posible explicación de los contrastes entre encuestas, sobre todo en la década de 1990, sería el aspecto de una sociedad post-guerra civil de los años 1980, el incremento de evangélicos y no creyentes se debe al declive de la identificación con la esencia de la religión Católica, por lo que parte de los no identificados en décadas anteriores se deba a creyentes desligados institucionalmente sin intención de reportar ser creyente.
En otra hipótesis, la irreligiosidad en El Salvador que llegó a implosionar significativamente, estuvo en retroceso desde que la guerra civil y sus secuelas han estado superándose. En cuanto a la identificación consciente de ser ateo o escéptico, posiblemente este en aumento.Son el 1.1% del país y comprenden a las doctrinas no cristianas como el Budismo, el Bahaísmo, el Islam, el Espiritismo, el Ocultismo, el Judaísmo y el Hinduismo, y un porcentaje insignificante le pertenece a la espiritualidad Maya, con un 0.17%.
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