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Rhodesian Ridgeback



Crestado rodesiano, comúnmente llamado por su nombre en inglés Rhodesian Ridgeback, hace referencia a una raza de perro de origen sudafricano musculosa, de gran porte, extremadamente ágil y veloz (puede alcanzar 60 km/h) principalmente usado para la caza, guarda y compañía. Pertenece al grupo 6 de la FCI.

El estándar de la raza indica que los machos deben tener entre 63 y 69 cm a la altura de la cruz, pesando entre 36 y 41 kg, y las hembras un poco más pequeñas, de 61 a 66 cm de altura y un peso de entre 32 y 36,5 kg.

Su pelaje es corto, denso, liso y brillante, sin ser lanoso o sedoso. Las patas delanteras son rectas y fuertes, con buena osamenta y los codos bien pegados al cuerpo, lo que lo hace un animal sumamente resistente.

Es un perro de buena presencia, fuerte, musculoso, ágil y activo, de apariencia simétrica, equilibrada y bien balanceado. Un ejemplar adulto es un perro hermoso, bien plantado y atlético, capaz de recorrer grandes distancias con una velocidad adecuada. Se enfatiza su agilidad, elegancia y solidez sin ser robusto.

Tiene, como característica, una cresta sobre su espina dorsal, formada por pelos que crecen en sentido contrario al resto del pelaje.

La cresta tiene que estar claramente definida y ser simétrica, estrechándose hacia la cadera. Debe empezar inmediatamente detrás de los hombros y continuar hasta los huesos de la cadera (grupa). La cresta solo debe tener dos coronas, idénticas y opuestas. La longitud de la corona no deberá ser superior a 1/3 de la longitud total de la cresta o ridge. Un buen promedio del ancho de la misma es de 5 cm.

El estándar de la raza acepta los colores que van del trigo pálido al rojizo. El color de la trufa puede ser negro o marrón (liver nose). Pueden tener máscara negra. Se admite una pequeña mancha blanca en el pecho y en los dedos de sus patas delanteras o traseras.

Los cazadores sudafricanos descubrieron que los Ridgebacks, en jauría, eran muy efectivos contra los leones, originándose así un segundo nombre para esta raza: "El cazador de leones africano". Se adapta perfectamente al entorno de las estepas africanas. Puede soportar altas temperaturas, así como el frío de la noche. Es resistente a las picaduras de insectos y puede permanecer sin agua y comida más de 24 horas.

La historia de la raza tiene sus inicios en el siglo XVI, cuando colonizadores europeos al llegar a sur de África, entraron en contacto con los aborígenes locales (Los Khoikhoi, llamados despectivamente por los europeos hotentotes, que significa tartamudos, por el sonido que producía su lenguaje). Estos poseían con ellos un tipo de perro salvaje semidomesticado (al que también dieron por nombre khoikhoi) que tenía, como característica principal, una franja de pelo con forma de punta de lanza, en el lomo, que crecía en sentido contrario al resto del pelaje, formando una cresta que lo caracterizaba.(origen del nombre "ridgeback", que significa cresta dorsal). Era un perro resistente que cazaba con los aborígenes en la estepa africana y cuidaba de su ganado por las noches. Debido a la naturaleza de las presas y la dureza del medio ambiente, este rústico perro era capaz de soportar las drásticas variaciones de temperatura entre el caluroso día y las temperaturas bajo cero por las noches, sobrevivían sin perder su energía hasta un par de días sin agua ni alimento de ser necesario. Tenía el pelo corto para no ser devorado vivo por las grandes garrapatas. Era un animal sumamente bien adaptado, resistente, silencioso cazador, raramente ladraba, era muy valiente y leal por lo que era sumamente valorado por sus dueños.

Al llegar los primeros colonos europeos al sur de África, estos comenzaron sus safaris de caza llevando consigo los perros traídos de Europa, mastines, sabuesos, terriers y el gran danés, pero ninguno tenía el valor, la agilidad ni la resistencia para intentar acercarse al temible león africano, o resistir las inclemencias climáticas de este agresivo medio ambiente. Al cruzarse estos perros europeos con el perro, de mediano tamaño y orejas puntiagudas de los nativos, notaron que las crías mejoraban las características del perro crestado pero que indefectiblemente solo heredaban su temperamento aquellos que conservaban la cresta. El notable cazador europeo Cornelius Van Rooyen se percató de esto y continuó criando y seleccionando sus perros de caza basándose en la presencia de la cresta, puesto que eran estos los que poseían coraje, valentía, resistencia y una superior habilidad en la caza.

Aunque en la bibliografía hallada a veces resulta difícil ponerse de acuerdo en que perros europeos fueron los que aportaron sus características al cruzarse con los autóctonos khoi-khoi crestados, se estima que estas razas fueron las que más influencia pueden haber tenido en la obtención del rhodesian ridgeback tal cual se conoce hoy:

El Khoi-khoi, aportaba la cresta, el coraje y la habilidad de enfrentarse a los leones. Algunos de los inconvenientes eran su pequeño tamaño, sus orejas erguidas y su largo pelaje.

El Greyhound, aportó aproximadamente la forma ideal de cuerpo. Su fino hocico y sus orejas ligeramente erguidas no eran deseables.

El Bulldog, añadió substancia y poder en la mordida. Desafortunadamente, este tipo añadió características, que aún hoy en día se intenta eliminar; hocicos cortos, pequeña altura, líneas dorsales incorrectas, amplitud de pecho, excesivo blanco, falta de angulación trasera y patas delanteras arqueadas vistas desde el frente.

El Irish Terrier, aportó el color ideal del pelaje para el camuflaje, tenacidad y poder de mordida. Los inconvenientes, falta de altura, pelo largo, húmero corto y demasiada osadía.

El Airedale Terrier, aportó los mismos puntos buenos y malos que el Irish Terrier, pero mejoró la altura.

El Collie, añadió buen cuerpo, velocidad, resistencia, agilidad e instinto de pastoreo. Los inconvenientes, el pelo largo y las orejas erguidas.

El Deerhound, aportó buen cuerpo y altura, pero no eran deseables, el manto de pelo largo, las orejas semi-erguidas y el fino hocico.

El Pointer, introdujo un buen instinto de caza, mejoró el problema de las orejas, nariz marrón, buen cuerpo, simetría y movimiento. Los inconvenientes, demasiado blanco, falta de altura, y a veces más interés por los pájaros que por los leones.

El Gran Danés, mejoró definitivamente el problema de la altura, rasgos del pelo corto y del hocico más oscuro.

Se obtuvieron así distintos perros, pero lo que siempre sobresalía era que solo los que conservaban la cresta eran osados a la hora de la cacería y continuaban conservando la característica de enfrentar al felino más grande, el león africano. Además su corto pelo permitía detectar más fácilmente cuando tenían algún tipo de parásitos (garrapatas y sanguijuelas), eran sumamente resistentes a las variaciones climáticas, altas temperaturas durante el día y bajas por las noches.

Podía correr acompañando el galope de un caballo por 30 millas (48.28 km aprox.) sin detenerse, y además podía pasar al menos 3 días con escasa comida y agua. Estas cualidades sumadas a su temperamento, coraje, inteligencia e incondicional fidelidad por su amo (es capaz de dar la vida por este) hacían del Rhodesian Ridgeback un perro único y que cualquier cazador deseaba tener en su jauría. Debido a esta demanda se comenzaron a buscar más perros con estas características. En 1922 se comenzó a trabajar en Bulawayo, Rodesia del Sur actual Zimbabue, en el Bulawayo Kennel Club Show para formular el estándar de la raza, para luego lograr el reconocimiento del South African Kennel Union de Sudáfrica en 1927.

Es leal e inteligente aunque algo distante con los extraños. Esto no se debe confundir con agresión, un Ridgeback con temperamento estable será más inclinado a ignorar, en lugar de desafiar a un extraño. Esta raza requiere entrenamiento basado en refuerzo positivo-recompensa; la socialización temprana es necesaria así como la consistencia.

Esta raza a menudo no es la mejor opción para los dueños sin experiencia o primerizos. Los Ridgebacks son de carácter fuerte, y muchos de ellos parecen tener una predilección especial de hacer trastadas. Son protectores de sus dueños y sus familias. Y si son bien entrenados, pueden ser excelentes perros de guardia, aunque este rasgo en particular no debe ser alentado. Al igual que cualquier perro, pueden llegar a ser agresivos si no se socializan correctamente. Son pacientes con los niños, aunque por su tamaño y fuerza es conveniente que sean supervisados durante sus juegos. Es frecuente que se confunda su cresta con la idea de que el perro está erizado; esto suele dar lugar a malinterpretar su actitud.



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