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Riofrío de Aliste



Riofrío de Aliste es un municipio y localidad española de la provincia de Zamora, en la comunidad autónoma de Castilla y León.[2]

Antes conocido como Riofrío de Tábara,[3]​ cuenta con un término municipal compuesto por cuatro núcleos de población, Riofrío de Aliste (cabecera del municipio), Sarracín de Aliste, Cabañas de Aliste y Abejera ubicados en la ladera Sur de la sierra de la Culebra. Se sitúa en la zona norte de la comarca de Aliste, Tábara y Alba y tiene como municipios limítrofes a Ferreras de Arriba al norte, Tábara y Ferreruela al este, Gallegos del Río y San Vicente de la Cabeza al sur y Mahíde al oeste.

De este municipio destaca, por su notoriedad y riqueza cultural, las "mascaradas de invierno" que sus habitantes celebran cada uno de enero y que en Riofrío de Aliste reciben el nombre de los Carochos. La singularidad de esta fiesta popular ha sido objeto de especial reconocimiento con su declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León.

Riofrío de Aliste, cabecera del municipio, está situado en el valle que forma el río Becerril o río Frío que le da el nombre.

La ladera sur de la sierra de la Culebra está formada por materiales cuarcíticos que afloran en sus cumbres: Peña Fragosa (1183 m), Peña del Modorrón (1190 m), Peña del Cuervo (1194 m), Piñedo (1209 m), Peña Águila (1123 m) y Peñas Altas (1140 m), siendo frecuentes las formaciones forestales (encinas, robles, alcornoques, madroños y pinos de repoblación, además de formaciones riparias en los cursos de agua con alisos, fresnos, sauces..., y grandes extensiones de formaciones arbustivas, etc.) y áreas deprimidas de material litológico pizarroso y arcilloso donde se encuentran los núcleos de población y los terrenos cultivados o “faceras” con cereal de secano y por tanto más antropizados.

Es un paisaje humanizado desde antiguo (presencia de castros, minas romanas...), y la adaptación del ser humano a las condiciones del medio ha favorecido a la formación del paisaje típico que observamos actualmente en la comarca de Aliste, Tábara y Alba. Este paisaje es por lo tanto, fruto de una combinación dinámica y en constante evolución, de elementos y factores tanto naturales (físicos, químicos y biológicos) como antrópicos (sociales, económicos y culturales), que se interrelacionan entre sí.

El clima es mediterráneo con connotaciones continentales caracterizado por inviernos fríos y veranos secos y calurosos. La temperatura media anual es de 11 ºC, siendo la máxima de 28.5 ºC y la mínima de –1.4 ºC, con una precipitación media de 661 mm/año.

Los cursos de agua tributarios del río Aliste como el río Becerril o Riofrío, y multitud de arroyos que forman las “urrietas” o “furnias” como el arroyo de las Carboneras, arroyo de la Mouta, arroyo del Cuesto, arroyo de la Sierra... también son abundantes los manantiales, fuentes y surgencias de agua sobre todo en las laderas de la sierra de la Culebra.

La vegetación vendrá determinada por los rasgos climáticos y por la acción antrópica tan acusada y antigua. La vegetación potencial de la sierra de la Culebra estaría formada por especies de transición entre un clima mediterráneo y un clima atlántico, así se observan formaciones de encinas, alcornoques y madroños acompañados por un estrato arbustivo de jaras y cantuesos (típica vegetación mediterránea) y formaciones de tipo más atlántico como los robles melojos, quejigos y castaños acompañados de brezos y escobas. La acción humana ha hecho mella y gran parte de la sierra está representada por comunidades de diferentes especies de pinos, fruto de las repoblaciones y extensas áreas de matorral debido a los constantes incendios, en los valles y zonas de vaguada el terreno se cultiva. Por lo tanto estamos ante una diversidad de ecosistemas notable, y la presencia humana durante tanto tiempo, al igual que su adaptación al medio, han provocado en este paraje la dicotomía de área salvaje a la vez que “domada”.

La fauna está caracterizada por las importantes poblaciones de ciervo, corzo y lobo (concentración más alta de toda España), entre otras muchas especies como jabalí, gato montés, mustélidos y una valiosa ornitofauna (aguilucho cenizo, águila real, milano real, milano negro, búho real, arrendajo, abejaruco, chotacabras...) y comunidades de reptiles y anfibios (culebra bastarda, de escalera, lagarto ocelado, tritones...).

La sierra de la Culebra está declarada Reserva Regional de Caza (65 891 ha) desde 1973, repartidos en doce municipios (41 localidades) total o parcialmente, y al término de Riofrío de Aliste le corresponden 5658 ha, lo que supone el 8,6 % de la reserva.

Además de estar declarada como Espacio Natural Protegido por la comunidad de Castilla y León, forma parte de la Red Natura 2000 al igual que las riberas del río Aliste, próximas al entorno de la localidad de Riofrío. También está integrada como Lugar de Interés Comunitario (L.I.C.) para poder ser en su día Zona de Especial Conservación (Z.E.C.).

Se trata de una sierra de altitudes moderadas en torno a los 1000-1200 m, de relieve apalachense de origen hercínico constituida por materiales cuarcíticos y pizarrosos con una dirección NO-SE.

El término de Riofrío supone una tierra poblada desde muy antiguo, tal y como atestiguan los numerosos castros de la Edad de Hierro que podemos observar a lo largo de toda la sierra de la Culebra. Estos enclaves presentes también por otras zonas montañosas de España, tenían una función defensiva, y sus pobladores eran de origen astur, pueblo prerromano que se ubicaba al oeste del río Ástura (actualmente denominado Esla).

Con la llegada de los romanos a la península, se produjo una articulación del territorio para dar salida a las numerosas materias primas que por estas tierras había, entre ellas el hierro. Así, se observan multitud de escorias (restos de alguna fundición) donde se conservan aún en día topónimos que hacen referencia a estas explotaciones, algunas de ellas cercanas a Riofrío (Ferreras, Ferreruela,...), al igual que restos de la calzada que unían Braga y Astorga.

Del paso de la civilización árabe se debe hacer referencia a la toponimia, ya que no han quedado restos arquitectónicos o materiales que lo evidencien. Dentro del municipio, el topónimo Sarracín de Aliste pudiera provenir de sarraceno, nombre dado por los cristianos a los árabes. Sin embargo, esta última hipótesis, sugerida por Vernet Ginés (1959), parece improbable, dado que exige una preservación del lenguaje que va más allá de la mera memoria léxica.[4]​ Y es que Sarracín era un nombre bastante frecuente en la Edad Media dentro de los reinos cristianos, especialmente en la etnia mozárabe (cristianos que habían estado o estaban aún bajo dominio musulmán). Como nombre personal, daba lugar a apellidos patronímicos: así en 1094 un tal Vermut Sarraciniz (= Bermudo Sarracínez, en Valle de Salmas, junto a Zamora).[5]​ En un documento en latín de 852 firma un “Sarrazinus presbiter testis”.[6][4]​ Asimismo, en la documentación del reinado de Fernando I de León se recoge un "Sarracín Núñez",[7]​ mientras que en el siglo X se recoge como apellido este topónimo, siendo "Nuño Sarracín" un magnate cercano a Ordoño IV de León.[8]

En todo caso, durante la Reconquista tuvo lugar una importante repoblación de la zona, quedando integrado el término de Riofrío en el Reino de León.[9]​ En las comarcas de Aliste y Tábara este proceso dejó su huella en algunos de los nombres de las localidades, ya que tomaron el del origen de sus repobladores, como en los casos de Gallegos del Río y Gallegos del Campo (repoblados con gentes de Galicia), Bercianos de Aliste (repoblado con gentes de la comarca leonesa del Bierzo) o Faramontanos de Tábara (repoblado con gente de las montañas del norte, a los que se denominaba foramontanos), etc.

Ya en la Edad Moderna, a partir del s. XV podemos hablar en Aliste de una economía claramente de subsistencia basada en la agricultura y ganadería, hecho que se prolonga hasta bien entrado el s. XX. Según el catastro del Marqués de la Ensenada de 1752 habría que resaltar la gran importancia que tenían los molinos y batanes situados en las riberas de los ríos y arroyos del municipio, con 28 molinos y 4 batanes.

En esta época, Riofrío pertenecía al Partido de Tábara, al igual que Abejera, tal y como recoge Tomás López en su Mapa de la Provincia de Zamora de 1773. Sin embargo, las localidades de Sarracín y Cabañas se encontraban integradas dentro del Partido de Alcañices. Es por ello que Riofrío fue popularmente conocido hasta 1917 como Riofrío de Tábara (aunque oficialmente se denominaba Riofrío simplemente), mudando entonces su nombre a Riofrío de Aliste.

Precisamente en la Edad Moderna fue fundada la pedanía de Abejera, que tuvo su carta de naturaleza en el año 1541, debiéndose al Señorío de Tábara,[10]​ señorío que posteriormente fue elevado a la categoría de Marquesado, y del cual dependieron Abejera y Riofrío.

En el siglo XIX, al crearse las actuales provincias en la división provincial de 1833, Riofrío quedó encuadrado en la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa,[11]​ siendo adscrito un año después al partido judicial de Alcañices,[12]​ al cual perteneció hasta 1983, cuando fue suprimido el mismo e integrado en el Partido Judicial de Zamora.[13]

Asimismo, en torno a 1850, el término de Riofrío tomó su actual extensión territorial, al integrar en su seno a las localidades de Abejera, Sarracín de Aliste y Cabañas de Aliste.[14]

La población de la comarca de Aliste, Tábara y Alba supone el 8,4 % de la provincia de Zamora, siendo su mayor característica la avanzada edad de la mayoría de sus efectivos (envejecimiento de la población) y la pérdida de individuos en la última mitad del siglo XX (éxodo rural, de 41 634 habitantes en 1950 se pasa a 20 362 en el año 2000, casi un 50 % menos en cincuenta años) propiciada por la falta de expectativas en las áreas rurales y la demanda de trabajadores en zonas industriales y urbanas. La dinámica del municipio es similar a otras regiones rurales.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de España - Elaboración gráfica por Wikipedia.

Destaca la explotación pizarrera, estando situada su cantera al sur de la población, con una explotación y extracción notable de este material, su implantación ha dado cierto dinamismo a la economía de las zonas colindantes, y en sus instalaciones también existe un centro de formación para trabajadores.

Su paisaje ha sido humanizado desde antiguo con presencia de castros en la sierra de la Culebra, y en la sierra de Sesnández (el Castrico y alto del Castro en Abejera), y unas antiguas minas de origen romano entre Cabañas y Sarracín de Aliste. De tiempos más modernos, mejor conservados y fruto de la integración humana con el medio tenemos:

Aparte de las fiestas patronales que se celebran en época estival, la Semana Santa y otras festividades, destaca por su notoriedad y singularidad cultural la "mascarada de invierno que en Riofrío se celebra el 1 de enero bajo la denominación de los Carochos. Esta festividad ha sido declarada "Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León", y en ella intervienen once personajes, cada uno de ellos con su propia indumentaria y utensilios (máscaras, tenazas, polainas, cencerros, capa, corcho...) y que pueden dividirse en tres grupos:

Todos ellos son representados por mozos del pueblo, que durante todo el día van recorriendo las calles del pueblo al son de canciones tradicionales y al compás marcado por los carochos, visitando a su paso cada una de las casas de la localidad.



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