Robert Green Ingersoll (30 de juliojul./ 11 de agosto de 1833greg. – 9 de juliojul./ 21 de julio de 1899greg.), conocido como Bob Ingersoll, fue un abogado, veterano de la Guerra Civil Estadounidense, líder político y orador de Estados Unidos durante la Edad de Oro del librepensamiento, recordado por su gran cultura, crítica a la religión y su defensa del agnosticismo. Lo apodaron "El Gran Agnóstico".
Robert Ingersoll nació en Dresden, Nueva York. Su padre, John Ingersoll, era un predicador proabolicionista congregacionalista, que a causa de sus radicales puntos de vista su familia fue forzada a mudarse frecuentemente. Por un tiempo, el reverendo John Ingersoll ocupó el púlpito como vicario del predicador evangelista estadounidense Charles G. Finney mientras se encontraba de viaje en Europa. Al regreso de Finney, Ingersoll permaneció por un par de meses como pastor asociado bajo su tutela. Las experiencias pastorales del anciano Ingersoll influyeron al pequeño Robert de forma negativa, sin embargo, como El Telegrama de Elmira describe en 1890: [1]
En 1853, Robert enseñó por un tiempo en la escuela de Metropolis, Illinois, donde permitió que uno de sus estudiantes, el futuro juez M.L. Angus Mac Bane, hiciera la "mayor parte de la enseñanza, mientras que el latín y la historia centraban su atención". También había enseñado en la escuela de Mount Vernon, Illinois, en algún momento antes de ocupar su puesto en Metrópolis.
Más tarde ese año, la familia se estableció en Marion, Illinois, donde Robert y su hermano Ebon Clarke Ingersoll fueron admitidos como abogados en 1854. Un historiador del condado señaló 22 años más tarde que los lugareños consideraban a los Ingersolls como una familia "muy intelectual, pero, siendo abolicionistas, y los muchachos siendo deístas, los hizo insoportables para nuestro pueblo en ese sentido."
En Marion, Robert estudió leyes a cargo del juez Willis Allen y se desempeñó como secretario adjunto de John M. Cunningham, secretario y actuario del condado de Williamson. En 1855, después de que Cunningham fuera nombrado registrador de la oficina de tierras federales al sureste de Illinois en Shawneetown, Illinois, Ingersoll lo siguió hasta la ciudad ribereña a lo largo del Río Ohio. Después de un breve periodo de tiempo allí, asumió la posición de secretario adjunto con John E. Hall, secretario del condado y secretario de circuito del Condado de Gallatin, y también yerno de John Hart Crenshaw. El 11 de noviembre de 1856, Ingersoll cogido a Hall en sus brazos cuando el hijo de un opositor político asesinó a su patrón en su oficina.
Cuando se mudó a Shawneetown, él continuó estudiando abogacía a cargo del juez William G. Bowman, que tenía una extensa biblioteca tanto de leyes como de libros clásicos. Además de su trabajo como secretario, él y su hermano abrieron su propio bufete bajo el nombre de "E.C. and R.G. Ingersoll". Durante este tiempo contó también con una oficina en Raleigh, Illinois, entonces la sede del condado vecino de Saline County, como abogado en el tribunal de circuito, a menudo practicó al lado del futuro yerno de Cunningham, John A. Logan, abogado del Estado y aliado político de Hall.
A medida que el juicio del asesino de Hall dominaba la escena y con su anterior mentor teniendo que regresar a Marion después del cierre de la oficina de tierras en 1856, Logan se traslada a Benton, Illinois después que su matrimonio fracasara, mientras que Ingersoll y su hermano se trasladaron a Peoria, Illinois, donde finalmente se establecieron en 1857.
Ingersoll se casó el 13 de febrero de 1862 con Eva Amelia Parker (1841-1923). Tuvieron dos hijas, Eva Ingersoll, la mayor, fue una renombrada feminista y sufragista. Él era un gran creyente en la importancia de la vida familiar.
Con el estallido de la Guerra de Secesión, Ingersoll formó el 11.º Regimiento de Caballería Voluntaria de Illinois y asumió el mando. Este luchó en la Batalla de Shiloh, donde fue capturado para luego ser puesto en libertad bajo promesa de que no lucharía otra vez, una práctica común a principios de la guerra.
Después de la guerra, se desempeñó como fiscal general de Illinois. Era un miembro destacado del Partido Republicano y, a pesar de que nunca ocupó un cargo electo, fue un participante activo en la política. Según Robert Nisbet, Ingersoll era un "acérrimo conservador Republicano." Su discurso proponiendo a James G. Blaine para la elección presidencial de 1876 no tuvo éxito, al recibir Rutherford B. Hayes la nominación republicana, pero el discurso en sí mismo, conocido como el "Caballero Emplumado", se consideró un modelo de oratoria política. (Franklin Roosevelt probablemente lo utilizó como modelo para su discurso "Guerrero Feliz" al proponer a Alfred E. Smith a la presidencia en 1928). Sus radicales ideas sobre la religión, la esclavitud, el sufragio femenino, y otros temas de la época constantemente le impidieron aspirar o desempeñar cargos políticos más altos que el de fiscal general del estado. Los republicanos de Illinois trataron de presionarlo para que se postulase para gobernador con la condición de que ocultara su agnosticismo durante la campaña, a lo que rehusó alegando que ocultar información al público era inmoral.
Como abogado participó en varias causas judiciales importantes, en particular los juicios de la Star Route, un gran escándalo político del que sus clientes fueron absueltos. También defendió a un hombre de Nueva Jersey acusado de blasfemia. Aunque no ganó la absolución, su enérgica defensa es considerada por haber desacreditado las leyes sobre la blasfemia y algunos juicios vigentes.
Representó al famoso estafador, James Reavis, conocido como el 'Barón de Arizona', pronunciando su reclamo sobre la concesión de tierras de Peralta irrevocable.
Robert Ingersoll hizo muchas observaciones sobre la religión durante su vida. Afirmó que el mito del infierno representa "toda la mezquindad, toda la venganza, todo el egoísmo, toda la crueldad, todo el odio, toda la infamia de la que el corazón del hombre es capaz."
Ingersoll era más conocido como orador, el más popular de su época, en un tiempo en que la oratoria era entretenimiento público. Habló sobre todos los temas, desde Shakespeare a la Reconstrucción, pero sus temas más populares fueron el agnosticismo, la santidad y el refugio de la familia. Se comprometió a que sus discursos quedaran en la memoria de la gente a pesar de que había ocasiones en que se extendían por más de tres horas. Se decía que su público nunca se impacientaba.
Muchos de los discursos de Ingersoll abogaban por el librepensamiento y el humanismo, y frecuentemente se burlaba de las creencias religiosas. Por ello frecuentemente era blanco de ataques por parte de la prensa, pero ni sus opiniones ni tampoco la mala publicidad podrían detener su creciente popularidad. En la cúspide de su fama, su público pagaría 1$ o más para oírlo hablar, una suma enorme para su día.
Ingersoll murió de una insuficiencia cardíaca congestiva a los 65 años de edad. Poco después de su muerte, su cuñado, Clinton P. Farrell, recopiló copias de sus discursos con el fin de publicarlas. En el volumen 12 de Las obras de Robert G. Ingersoll, Ediciones Dresden se interesó en mantener vivas sus ideas y preservar sus discursos para las generaciones futuras. Sus cenizas están enterradas en el Cementerio Nacional de Arlington (Sección 3, Lote 1620, Casilla S-16.5).
En 2005, una edición popular de trabajo de Ingersoll fue publicado por el periódico Steerforth. Editado por el crítico musical ganador del Premio Pulitzer Tim Page, recordó su frase "¿Qué tiene que ver Dios con esto?: dijo Robert Ingersoll hablando sobre la Libertad de Expresión, el Hablar honestamente y la separación de Iglesia y Estado". Tim Page llevó las ideas de Ingersoll a una nueva audiencia.
Ingersoll disfrutó de una amistad con el poeta Walt Whitman, quien lo consideraba como el mayor orador de su época. "No debería ser sorprendente que me siento emparentado con Ingersoll, porque él es Hojas de hierba... Él vive, personifica, la individualidad, que yo predico. Veo en Bob [Ingersoll] el más noble ejemplar con la esencia estadounidense pura de esta tierra, extendiendo, dando, exigiendo luz."
El sentimiento era mutuo. Tras la muerte de Whitman en 1892, Ingersoll pronunció el panegírico en su funeral. El elogio fue publicado con un gran éxito y se lo considera un panegírico clásico.
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