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Roca intrusiva



Las rocas plutónicas o rocas intrusivas son las que se forman a partir de un enfriamiento lento, a gran profundidad y en grandes masas del magma. Son uno de los dos tipos en que se clasifican las rocas ígneas en función de su origen. Se oponen así a las rocas volcánicas o extrusivas, que se forman al solidificarse el magma (lava) que emerge a la superficie de la corteza terrestre, entrando en contacto abrupto con la atmósfera o cuerpos de agua.

Se llama plutones a los afloramientos de este tipo de roca, como por ejemplo los batolitos, los lacolitos, los sills y los diques. Estos afloramientos muchas veces son visibles producto de la erosión que ha retirado otras rocas que los cubrían previamente.

En términos cuantitativos, las rocas plutónicas son las más abundantes. Dominan abrumadoramente la composición de la Tierra, estando constituido por ellas la totalidad del manto terrestre y la mayor parte del volumen de la corteza. El resto de las rocas forma solo un recubrimiento en la corteza superficial (rocas ígneas volcánicas, rocas sedimentarias y rocas metamórficas) o, en el caso de las rocas filonianas, diques y vetas entre las otras rocas de volumen relativamente pequeño.

Las rocas plutónicas, y en general las ígneas, son las rocas primarias, a partir de cuyos materiales evolucionan las demás. Constituyen la masa de los planetas telúricos (rocosos), no solo la Tierra, formada por el enfriamiento y cristalización, tras su fusión, de los materiales silicatados con que se componen los planetas durante su acreción. También tienen presencia, por idénticas causas y mecanismos, en el núcleo de planetas gigantescos, en muchos de los satélites de éstos, o en los asteroides sólidos más grandes.

Durante su formación, el enfriamiento es muy lento permitiendo así el crecimiento de grandes cristales de minerales puros y resultando una textura heterogénea, granulosa a simple vista. El granito, el gabro, la sienita, la diorita, la peridotita y la tonalita son ejemplos de rocas plutónicas.

Son cuerpos concordantes a la roca encajante que se forman cuando el magma intruye en un ambiente próximo a la superficie, empujando y levantando las rocas suprayacentes.[1]

Son cuerpos discordantes a la roca encajante. Se forman por el ascenso diapírico de masas de magma que empujan, deforman y funden la roca encajante, pudiendo incorporar fragmentos de la misma como xenolitos o fundirla completamente e incorporarla a su composición química. Al ascender e ir enfriándose sus componentes minerales van cristalizando progresivamente hasta la solidificación total.

Son producto de la superposición o amalgamamiento de varios plutones, son los yacimientos plutónicos más grandes, su superficie puede ser superior a los 100 km².

Estas rocas presentan un contacto disonante con rocas encajantes, sin embargo en ocasiones sus límites concuerdan. La evolución de los batolitos hablando geológicamente es compleja y en su mayoría son resultantes de varias intrusiones, es decir, se producen por intrusiones voluminosas y repetidas de magma en la misma área.. Un ejemplo puede ser el batolito de Perú que se posicionó entre 60 a 70 millones de años y se conforma por 800 plutones. [1]

Los batolitos en general se forman por granitos y en menor frecuencia por dioritas. Se encuentran con mayor naturaleza en los bordes de placa convergente situados durante la formación de montañas.

La mayor parte de estas estructuras miden de 1 a 2 metros de ancho, su grosor puede variar de unos centímetros a más de 100 metros, se sitúan en zonas débiles donde hay fracturas de suelo o donde la presión de un fluido es muy grande para que por sí mismos formen fracturas durante el emplazamiento. [2]

Es una roca intrusiva de cuerpo plano en una forma paralela a estructuras que están encajonadas, son concordantes.[3]



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