"Rosita Alvírez" es un corrido popular mexicano de estilo norteño, que trata de la muerte del personaje del mismo nombre. Hay fuentes que indican que esta canción es del dominio público ya que se desconoce al autor, mientras que otras atribuyen su composición a Felipe Valdés Leal.
El crimen contado en el corrido de Rosita Alvírez, al parecer no ocurrió, al menos no de esa forma exacta, según las investigaciones del cronista o historiador saltillense Álvaro Canales. En 1883, se publicó en un diario de Coahuila, la crónica de un crimen muy parecido al de "Rosita Alvirez",dicho crimen fue descrito en un corrido intitulado: "Las mañanas de Belén Galindo", el cual tiene pasajes muy parecidos al de "Rosita Alvírez", empezando con el hecho que el asesino, en ambos corridos y en la realidad que inspiró el de "Belén Galindo", se llamaba Hipólito.
Existen varias versiones del corrido de Rosita Alvírez, entre las que se pueden mencionar las de: Eulalio González "Piporro", Antonio Aguilar, Lydia Mendoza, Francisco "El charro Avitia, Las Hermanas Padilla, Los Alegres de Terán y Jenni Rivera.
La letra está narrada en tercera persona, y como se ha indicado, cuenta el asesinato de Rosita Alvírez, empezando por declarar que la tragedia ocurrió en el año 1900. El primer personaje del corrido es la madre de Rosita, quien pretende impedir a Rosa que salga esa noche, sin embargo desoyendo a su madre, Rosita asiste al baile, así mismo Hipólito, quien aborda a Rosa pidiéndole una pieza, como Rosa se niega, tal vez de modo altanero o despectivo, Hipólito reacciona sacando su pistola y asesinando a Rosita Alvírez en el acto. Finalmente cuenta el corrido que Rosa va al cielo e Hipólito a la cárcel.
En las distintas interpretaciones pueden percibirse desde ligeras variaciones de alguna palabra, hasta estrofas completas añadidas o ausentes, pero comparándolas, se pueden entresacar algunas estrofas que son constantes en prácticamente todas ellas y que constituyen la estructura base del argumento o crónica implícita en el corrido:
La versión grabada por las Hermanas Padilla, consta de siete estrofas, es una de las que más se acerca a este conjunto de estrofas básicas del corrido de Rosita Alvírez, pero en la tercer línea de la primera estrofa dice: "En el barrio de Saltillo" en lugar de "en un barrio de Saltillo; en la cuarta estrofa, al final, se cambia la palabra; "desaires" por la palabra "desprecies". Siendo el cambio más notable el que entre la quinta y sexta estrofa se introduce otra, que dice:
Las versiones tanto de Francisco "El Charro" Avitia como de Lydia Mendoza, también constan de siete estrofas, pero introducen una estrofa diferente
a la versión anteriormente comentada:Esta misma estrofa es agregada en el mismo lugar en la versión grabada por Antonio Aguilar, más otra dos consecutivas que se citan:
La versión de Antonio Aguilar consta pues de 9 estrofas, más algunas expresiones o comentarios al margen, introducidos por este cantante, que remarcan o enfatizan el tinte o sesgo de humor negro en su interpretación. Esta versión es la misma, en la cuanto a letra, que grabó años más tarde Jenni Rivera, diferenciandose en arreglos musicales y en las expresiones intercaladas a la letra.
La versión de Eulalio González "Piporro", es una de las más populares y conocidas.
En su versión, solo se cantan las seis estrofas básicas que hemos escrito aquí para el análisis del corrido, pero agrega de modo muy extenso expresiones, comentarios, diálogos y hasta personajes extras a la canción, como lo son el padre de Rosita y Marco, amigo de Hipólito. Todo lo anterior haciendo de esta versión, la versión de humor negro más esclarecida.El corrido de Rosita Alvírez cuenta una tragedia, sin embargo, se puede apreciar a través de sus diversas interpretaciones, distintos puntos de vista o abordajes al tema, uno de ellos es el humor negro que le imprimen algunas de las versiones, entre las que podemos destacar la de Eulalio González y la de Antonio Aguilar. Otras más como la del "Charro Avitia" o la de las "Hermanas Padilla", pueden percibirse en su aspecto de moraleja, con respecto de aquellos tiempos. Estos mismos aspectos, se pueden ver desde otra perspectiva. El columnista Alfredo Reyes nos expone en su artículo intitulado: "El síndrome de Rosita Alvírez", lo siguiente
Sin pretensión alguna decimos que lo anterior es un síndrome deplorable de abuso brutal contra la mujer, un ejemplo negativo que se ha propalado mediante una épica ruin y donde se pretende dar un consejo de sometimiento y sumisión para las féminas pues, al borde de la muerte, la víctima da un consejo; “Rosita le dijo a Irene, no te olvides de mi nombre, cuando vayas a los bailes no desprecies a los hombres”.
Desde esta perspectiva "Rosita Alvirez" es un corrido que trata de una forma irresponsable, el grave asunto del feminicidio, sin embargo, es innegable que este corrido es uno de los más reconocidos dentro de este género musical en México, y constituye también un elemento que forma parte de la cultura mexicana ante la muerte, cuyas expresiones caen frecuentemente en lo cínico y humorístico.
El corrido de Rosita Alvírez ha dado pie a otras expresiones culturales como lo son:
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