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Rubén Jaramillo



Rubén Jaramillo Ménez (Real de Minas, Zacualpan, México, 25 de enero de 1900 - inmediaciones de Xochicalco, Morelos, 23 de mayo de 1962) fue un militar, político, revolucionario y guerrillero mexicano, de origen campesino. Participante de la Revolución mexicana fue el artífice del Movimiento jaramillista, un movimiento social campesino activo entre los años 40 y 60.[1]

Nació en Real de Minas, en el municipio de Zacualpan, en el Estado de México. Tuvo seis hermanos y fue hijo de Romana Ménez Nava y de Atanasio Jaramillo. Fue nieto de Julián Jaramillo Navas, quien fue colaborador de Benito Juárez.[1]

Aunque nació en Real de Minas, en donde su familia trabajaba en la minería, tuvieron que volver al estado de Morelos debido al cierre de distintas minas. En 1903 Su familia se estableció definitivamente en Tlaquiltenango, debido a esta necesidad y a la muerte de su padre.

Ingresó a la lucha zapatista del Ejército Libertador del Sur a las órdenes directas de Emiliano Zapata cuando sólo tenía la edad de 14 años, con quién luchó en contra de los caciques del sur a favor de las reformas agrarias del Plan de Ayala y se convirtió en un oficial apreciado y querido por los habitantes de Morelos y sur de Puebla. Alcanzó el grado de capitán en el ejército zapatista, además fue ministro bautista y a partir de 1931 ingresó a la logia masónica. [2]

En 1918 Jaramillo reunió a los hombres que lo seguían y les explicó que la revolución zapatista había sido derrotada, por lo que valía más guardar las armas y retirarse para continuar la lucha en un momento más propicio.

Durante los años siguientes, trabajó en diversos ranchos y haciendas, y conoció la cárcel en que lo metieron los carrancistas luego del asesinato de Zapata. En los años veinte encabezó una lucha legal por la reforma agraria y consideró que el reparto prometido sólo era una bandera política y no un verdadero compromiso del gobierno. Al comenzar la década de los años treinta, era el más conocido y respetado de los dirigentes campesinos del poniente de Morelos.

El Gral. Lázaro Cárdenas en 1934 y durante la campaña electoral preparó un estudio sobre la agricultura de la región que concluía con la petición de que el Estado construyera una gran central azucarera. Ese fue el origen del ingenio de Zacatepec, inaugurado por el presidente Cárdenas en 1938 y cuyo primer consejo de administración presidió Jaramillo.

En 1939, por expresa petición del Gral. Cárdenas, Jaramillo y todos sus seguidores apoyaron la candidatura presidencial del Gral. Manuel Ávila Camacho, pero cuatro años después considerando que el nuevo presidente había traicionado definitivamente los ideales de la Revolución, el dirigente llamó a sus compañeros a desenterrar las armas para recomenzar la lucha por la tierra y libertad, reviviendo el zapatismo, pero fue pacificada mediante la intervención del Gral. Cárdenas.

Jaramillo, con el apoyo de Lázaro Cárdenas del Río fundó el ingenio de Zacatepec y el Banco Ejidal, mismos que preside en 1938. Fue cofundador de la Unión de Productores de Caña de México. Se levanta en armas cuando algunos funcionarios y empresarios trataron de asesinarlo entre 1943 y 1944[cita requerida] comenzando el movimiento jaramillista a favor de una mejor paga para los ejidatarios cultivadores de la caña y en contra de la imposición política violenta y arbitraria. Acepta la amnistía de Ávila Camacho y regresa a su vida cotidiana. Funda poco después en 1945 el Partido Agrario Obrero Morelense siendo candidato a gobernador de Morelos en 1945 y 1952 con apoyo de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano. Jaramillo se alzó nuevamente en armas en 1957 con el Plan de Cerro Prieto, en el que reivindicaba una nueva repartición de tierras, la expropiación de la industria básica, el desarrollo de la industria pesada, así como la expropiación de las fábricas, por lo que fue constantemente perseguido siendo obligado a mantener una resistencia armada en las montañas de Morelos con el apoyo del Partido Comunista Mexicano. Se amnistió durante el gobierno del presidente Adolfo López Mateos en 1959.

La prensa de la época calificaba a Rubén Jaramillo como un bandolero, protegido este por el excandidato presidencial Miguel Henriquez Guzman, de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano[3]

Pese a la amnistía dada por el presidente López Mateos, se montan diversos operativos extrajudiciales con el fin de detener o asesinar a Jaramillo, sin éxito. El 1 de mayo de 1962 el político escribe lo que se conocería como El último manifiesto de Rubén Jaramillo, en donde además de hablar sobre el plan de lucha venidero, denuncia estos hostigamientos. Años antes, diversos integrantes del movimiento jaramillista habrían pedido a Jaramillo la ejecución extrajudicial de Heriberto Espinoza alias "El Pintor", un hombre del municipio de Jojutla, que se hizo pasar por jaramillista para traicionar al líder. Este fue quien dio la ubicación de donde se ocultaban Jaramillo y su familia.[1][4]

Se ejecutó, entonces, lo que se conoció como la Operación Xochicalco el 23 de mayo de 1962, en donde además del gobierno de México participarían pistoleros locales,[5]​ presuntamente pagados por caciques morelenses afectados por la actividad jaramillista[1]​. Cuatro pelotones de soldados del Ejército Mexicano al mando del sargento Manuel Justo Díaz, elementos de la Policía Judicial Federal y pistoleros no identificados llegaron hasta el número 10 de la calle Mina en Tlalquitenango, de donde realizó el secuestro del campesino Rubén Jaramillo, su esposa Epifania, que estaba encinta, y sus hijos Enrique, Filemón y Ricardo. Su hija Raquel logró escapar del operativo. Jaramillo habría insistido en contar con amparos para evitar su detención, los cuales mostró a los soldados y policías, sin éxito. Fue sacado por la fuerza del domicilio. Dos horas después la familia fue asesinada extrajudicialmente en las cercanías de las ruinas de Xochicalco. [1][5]​ Fue asesinado junto a su esposa y sus hijos, además de sus sobrinos y compañeros, entre ellos estudiantes y veteranos campesinos. Solo su suegra sobrevivió al Atentado. Sobre el hecho se manejo el nombre del general Joshua Gómez Huerta, Jefe del Estado Mayor Presidencial.

Jaramillo habría recibido nueve impactos de balas calibre .45A, dos en la cabeza y el resto en el cuerpo.[6]​ El funeral de Rubén Jaramillo y su familia habría recibido la visita de miles de campesinos y simpatizantes jaramillistas el 25 de mayo. Al mismo acudieron Cuauhtémoc Cárdenas, y el embajador de Cuba en México, Jorge Rosillo.[7]​ Sus restos, como los de sus familiares, fueron depositados en el Panteón Municipal de Tlalquitenango hacia las 18:30 horas de ese día. Distintas voces como la del Partido Comunista Mexicano, el Partido Popular Socialista, el Partido Acción Nacional; artistas como José Chávez Morado, David Alfaro Siqueiros y Jesús Guerrero Galván, condenaron el asesinato de Jaramillo, exigiendo justicia.[1]​ Las investigaciones del gobierno mexicano apuntaron hacia problemas personales de la familia como el móvil de los asesinatos.[5]​ Nunca hubo detención o sentencia alguna por la muerte de Jaramillo y su familia.[5]

Investigaciones contemporáneas y documentos provistos por el gobierno de México indican que la Operación Xochicalco fue ejecutada por órdenes de Adolfo López Mateos. El teniente coronel Héctor Hernández Tello lo escribió así en comunicación a la Dirección Federal de Seguridad, órgano de inteligencia del estado mexicano por entonces. Otro informe a esta misma dependencia señaló a elementos de la Policía Militar.[7]

La muerte de Rubén Jaramillo ha sido reconocida como una fecha importante para grupos subversivos (donde comúnmente sacan comunicados o realizan atentados), como el Comando Jaramillista Morelense 23 de mayo o Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo que recogen su ideario además de perpetuar su lucha contra el estado[8]

La hija de Rubén, Raquel Jaramillo acusó al mencionado Heriberto Espinoza "El Pintor", como el delator para la Operación Xochicalco, al capitán del Ejército Mexicano José Martínez como el autor material de los asesinatos de su familia y el general Pascual Cornejo Brun, jefe de la 24 Zona Militar C, quien ordenó los hechos.[4]

De estos militares y policías judiciales, el escritor Carlos Fuentes en su obra Tiempo Mexicano, menciona al "teniente de caballeria Martínez"[cita requerida], en alusión al teniente José Aurelio Martínez Balboa, quien por esos mismos años obtuvo una licencia indefinida del ejército para radicarse en el territorio de Baja California Sur, entidad entonces gobernada por militares, cuyo mayor cacique era el Gral. Agustín Olachea Avilés, entonces Secretario de la Defensa Nacional.

La supuesta alusión a Aurelio Martínez Balboa es inexacta.[cita requerida] Efectivamente algunos historiadores han dicho, sin pruebas contundentes, que el asesino de Jaramillo era un Capitán Martínez. Al respecto el historiador y biógrafo de Rubén Jaramillo don Raúl Macin dice que el nombre del capitán era José Martínez Sánchez. Por otro lado, José Aurelio Martínez Balboa en 1962, año del asesinato de Jaramillo, era Mayor de Caballería desde 1958 y estaba adscrito al 13o Regimiento de Caballería destacamentado en Cuautla, Mor. El mayor Martínez Balboa era Médico Veterinario y Zootecnista y su puesto era como Jefe de los Servicios Veterinarios y como tal, su responsabilidad era el cuidado del ganado del regimiento y no actividades operativas persecutorias. Es correcto, José Aurelio Martínez Balboa es transferido en activo a La Paz, Baja California Sur con destino a la 3a Zona Militar y solicita su licencia ilimitada hasta 1966 cuando decide quedarse en ese bello e inhóspito estado a servir a la comunidad como Médico Veterinario, trabajo que realiza con dedicación hasta su muerte en 1989.[cita requerida]



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