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Saber hacer



La locución nominal saber hacer,[1][2][3]​ como parte del conocimiento procedimental, hace referencia al saber práctico que se obtiene al convertirse una persona o empresa en el objeto de una acción.[4]​ Esto lleva a construir un conocimiento aprendido para solucionar problemas concretos, el cual puede ser difícil de transferir a otras personas ya que algunas veces se trata de conocimiento tácito que es complicado de verbalizar o dejar por escrito.[5]​ También se usa el anglicismo know-how para referirse al saber hacer.

Un uso muy difundido del término se encuentra en la venta de franquicias, ya que lo que se vende es el «cómo se hace». Las franquicias generalmente son concedidas por empresas con experiencia en un sector, casi siempre los negocios, a personas que saben poco del tema, lo que supone en un patrimonio de muchos años de madurez y una ventaja comparativa muy valiosa frente a la competencia.[6]

El saber hacer lo define la Asociación de Academias de la Lengua Española como el «conjunto de conocimientos y técnicas acumulados por una persona o una empresa»,[3]​ si bien está también recogida una definición más larga en el Diccionario panhispánico de dudas como el «conjunto de conocimientos y técnicas acumulados, que permite desarrollar con eficacia una actividad en el ámbito artístico, científico o empresarial».[2]

La locución nominal saber hacer, o el anglicismo know-how, puede ser reemplazada por varios términos equivalentes: pericia, destrezas, habilidades, dotes, alto nivel de conocimiento, alto nivel de experiencia, experiencia, conocimiento o palabras que al igual que saber hacer significan «saber cómo hacer algo pronto y bien hecho».

La expresión saber hacer está ligada al hecho de adquirir experiencia o habilidades para llevar a cabo un determinado cometido de manera sencilla. No tiene que ver con la experiencia que una persona adquiere por el mero desempeño de su oficio, lo cual se considera una experiencia genérica, sino con una experiencia propia de la persona.[7]

Cuando se aplica a una organización se dice que es la experiencia con que esta cuenta para desarrollar sus actividades, ya sean productivas, administrativas, financieras, comerciales o de control.[8]​ El saber hacer en una empresa, a partir de la era industrial, se ha convertido en un valioso activo intangible, el cual incluye la forma más adecuada de mezclar componentes, los equipos utilizados, el personal que sabe realizar las tareas, etc. En definitiva, el saber hacer de una empresa son los «conocimientos operativos indispensables para hacer funcionar una empresa».[9]

Esto es precisamente lo que ofrecen las franquicias, el cómo hacer las cosas en una empresa para que esta sea altamente productiva y rentable. Ese conocimiento se debe proteger como secreto industrial y comercial,[10][8]​ y se puede considerar como una ampliación práctica más allá de la creación de patentes, que sería el saber o conocimiento general de la empresa.[9]

El saber hacer está ampliamente estudiado en el libro Know-how: las ocho habilidades que distinguen a las personas de buen desempeño de las demás[11]​ del Dr. Ram Charan, que es uno de los consultores más reconocidos a nivel mundial en esta área. Antes de dedicarse a la consultoría fue profesor de mercadotecnia en la Escuela de Negocios Harvard, la Escuela de Gestión Kellogg y la Universidad de Boston. Según este libro, las ocho habilidades principales del saber hacer son las siguientes:



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