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Sacrificio (ajedrez)



En ajedrez, un sacrificio es un movimiento que entrega una pieza a cambio obtener una ganancia táctica o una compensación posicional de otra forma. Un sacrificio también puede ser un intercambio deliberado de una pieza de ajedrez de más valor por una pieza contraria de menor valor (por ejemplo, una torre por un caballo).

Cualquier pieza de ajedrez, excepto el rey, se puede sacrificar. Como los jugadores normalmente intentan mantener sus propias piezas, ofrecer un sacrificio puede ser una sorpresa desagradable para el contrario, poniéndole en dudas y haciéndole gastar mucho tiempo intentando calcular si el sacrificio es válido o no para aceptarlo. El sacrificio de dama o una cadena de piezas añade más sorpresa y tales partidas pueden ser premiadas.

Normalmente el sacrificio inicia una combinación que puede acabar en mate, la ganancia de una pieza o al menos la recuperación de la pieza sacrificada. No obstante, existen sacrificios puramente posicionales, es decir, se sacrifica una pieza por poner nuestras piezas en las mejores casillas del tablero. Estos sacrificios implican un conocimiento profundo de la posición resultante y sus ventajas.

En un sacrificio real, el jugador que lo realiza tendrá que jugar frecuentemente con menos material que su oponente durante algún tiempo. Los seudosacrificios son los que el jugador pronto recupera el material sacrificado. Los falsos sacrificios frecuentemente conducen al mate o a una ganancia de más material que el originalmente sacrificado. Rudolf Spielmann subraya la diferencia entre los sacrificios verdaderos y falsos en su libro El Arte del Sacrificio en Ajedrez.

Por otro lado, un sacrificio verdadero es aquel que produce menos resultados directos. El bando que sacrifica no debe obtener compensación alguna por la pérdida de material, si no que se tiene que aclarar después de varios movimientos que sus oportunidades son mejores que las que tenía antes de que el sacrificio fuera iniciado. Los sacrificios verdaderos se dividen en sacrificios especulativos y sacrificios posicionales.

Hay cuatro tipos fundamentales:

Un sacrificio táctico se puede categorizar por cómo funciona el sacrificio, aunque algunos sacrificios pueden estar en más de una categoría:[1]

Existen varios tipos de sacrificios reales que no esperan una compensación inmediata:

Otra distinción es entre sacrificios forzantes y no-forzantes. El primer tipo deja al oponente sin opción para no aceptarlo, típicamente porque rechazándolo le dejaría con menos material sin compensación. Los sacrificios no-forzantes, por otra parte, dan al oponente la oportunidad. Un error común entre los jugadores sin experiencia (y frecuentemente entre maestros) es no apreciar que un sacrificio particular puede ser declinado de forma segura sin efectos malos.

En el diagrama,[2]​ la dama del GM Aronian en d3 se encuentra en la cima de la escalera y su torre de d1 representa la base. Erróneamente jugó 24. exd4??, abriendo la columna e para la torre negra. Después de que Svidler jugó 24....Te1+!, Aronian estuvo forzado a abandonar, porque el movimiento del negro le fuerza a replicar Txe1 (o Df1 Txf1+ Txf1), después de lo que la dama blanca está indefensa y perdida.

Este tipo particular de sacrificio también se llama el "truco del Gancho y la Escalera", para la dama blanca que está situada precariamente en la cima de la "escalera", mientras que la torre está en la base, apoyándola.[3]

El negro jugó 1...Dxg3? y el blanco entabló con 2.Dg8+! Rxg8 (con cualquier otro movimiento el negro recibe mate) 3.Txg7+!. El blanco seguirá dando jaques en la séptima fila y si el negro captura la torre es ahogado.

Esta salvación de Evans ha sido denominada "El Robo del Siglo".[4]​ La torre blanca es conocida como pieza desesperada.

Esta vez Reshevsky recibe el sacrificio final. El blanco acaba de jugar h2-h4. Si el negro toma el caballo pronto recibirá el jaque mate en la columna h, pero simplemente lo ignoró y continuó el desarrollo. No de debe haber jaque mate el caballo no debe estar ahí .

El negro jugó 1... d4! 2.Cxd4 Cd5. A cambio del peón sacrificado, el negro ha obtenido una columna semiabierta, una diagonal, un punto fuerte en d5 y le deja al blanco con un peón retrasado en d3. Sin embargo, no está claro por ningún medio si existe una compensación adecuada. La partida finalmente fue tablas.



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