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Sante Caserio



Sante Geronimo Caserio (8 de septiembre de 187316 de agosto de 1894) fue un anarquista italiano del siglo XIX. Es conocido por haber asesinado al presidente francés Marie François Sadi Carnot el 25 de junio de 1894. Fue guillotinado el 16 de agosto de 1894.

Nacido en Lombardía, hijo de una familia campesina, tuvo muchos hermanos y hermanas. Su padre era barquero y lo llamó "Gerónimo" en homenaje al líder apache; murió víctima de la pelagra (enfermedad común entre los campesinos entonces, debido a una deficiente alimentación exclusivamente a base de trigo). Para no convertirse en un peso para su madre, a los diez años de edad Sante Caserio dejó la casa familiar y partió hacia Milán. Consiguió empleo como aprendiz de panadero y tuvo sus primeros contactos con los medios anarquistas al fin del siglo XIX.

Aún en Milán se integró a un pequeño colectivo llamado "A pie" (que en la época era sinónimo de "sin dinero"). Pietro Gori refiriéndose a Caserio lo recordaba como una persona generosa, repartiendo a los obreros y desempleados pan y panfletos anarquistas que imprimía costeándolo con su magro salario. En 1892 fue sentenciado a ocho meses de prisión por distribuir panfletos y folletos antimilitaristas. Identificado y fichado durante una manifestación pública, se vio forzado a huir de Italia a la edad de dieciocho años. Declarado desertor, primero fue a Suiza consiguiendo luego empleo como panadero en Viena. Se vuelve a mudar a Lyon el 21 de julio de 1893 donde trabaja como mensajero.

El 24 de junio de 1894 Caserio acuchilló al presidente Sadi Carnot en el pecho durante una ceremonia pública en Lyon. El mango de su cuchillo era rojo y negro (colores que simbolizan históricamente al anarquismo). Después del hecho, Caserio no intentó huir, muy por el contrario, comenzó a correr dando vueltas alrededor del carruaje presidencial gritando "Viva la Anarquía".

Posteriormente en su juicio, Caserio describiría el asesinato con detalle:

Cuando el último jinete de escolta pasó delante de mí, me desabotoné la chaqueta. El puñal lo quería con el mango para arriba dentro del bolso. Lo empuñé con la mano izquierda y con un movimiento, empujé lejos a dos muchachos que tenía delante. Me dirigí con velocidad, aunque sin encarar directamente al presidente, yendo en un movimiento contrario al del carruaje. Subí al escalón externo del vehículo y me apoyé agarrándome con la mano izquierda del lateral y con la derecha, enterré la daga en el pecho del presidente. Dejé el puñal clavado, en su cuello un pedazo de periódico.

Saltando del carro, grité, no recuerdo si mucho o poco, "Viva La Rivoluzione". Así que salté, me di cuenta de que nadie me había detenido ni parecía haber entendido lo que estaba ocurriendo, entonces corrí alrededor del carruaje y de los caballos presidenciales.

El asesinato del presidente Sadi Carnot fue la forma que Sante Caserio encontró para responder a la ejecución sumaria de tres conocidos anarquistas igualmente adeptos de la acción directa violenta - Ravachol, guillotinado el día 11 de junio de 1892; Auguste Vaillant, el día 3 de febrero de 1894; y Émile Henry, el 21 de mayo de 1894.

Momentos después del magnicidio, otra dimensión de la venganza de Sante Caserio se desplegó. La viuda del presidente Sadi Carnot recibió por correo en su casa una foto de Ravachol con el siguiente escrito:

Al cabo de menos de un mes, Sante Caserio formó parte del ciclo de ejecuciones y venganzas inspiradas en la idea de propaganda por el hecho que iniciaría el siglo XX con más atentados y asesinatos.

Fue a juicio el día 2 de agosto donde fue condenado a la guillotina, y ejecutado el día 16 del mismo mes. Delante de la corte que lo condenó, dijo en medio de quienes esperaban:

Nunca intentó negar sus actos o pedir piedad a los jueces. Se le ofreció la posibilidad de declararse demente, a cambio de entregar los nombres de algunos de sus cómplices, pero rehusó:

.

Mientras esperaba su ejecución en la celda, se le envió al padre de Motta Visconti para que se confesase, pero Sante Caserio ni siquiera lo escuchó y lo empujó afuera. En el cadalso, frente a la guillotina, segundos antes de morir, gritó a la multitud:

Caserio fue guillotinado en Lyon a las cinco de la madrugada del día 16 de agosto de 1894, tenía 20 años.

Sobre la figura de Caserio posteriormente surgieron en la tradición popular italiana una serie de narrativas y canciones en su memoria. Escritas u oralmente, un número significativo de estas son todavía cantadas en la actualidad. Algunos ejemplos son:



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