En teología adventista del séptimo día, la enseñanza del santuario celestial consiste en la creencia de que existe un Santuario en el cielo y que muchos aspectos del Tabernáculo hebreo, o santuario terrenal, son representativos de las realidades celestiales, para lo cual se basan en Hebreos 8:1-2 y Éxodo 20:40. En particular, Jesús es señalado como el Sumo Sacerdote quien intercede por el perdón de los pecados a través del derramamiento de su propia sangre. En el servicio simbólico, el santuario se purificaba mediante la sangre de los sacrificios de animales, pero las cosas celestiales se purifican mediante el perfecto sacrificio de la sangre de Jesús.
El lugar santísimo era accedido una vez al año por el Sumo Sacerdote en el Día de la Expiación, para presentar la sangre de los animales sacrificados (un toro ofrecido como expiación por el Sacerdote y sus allegados, y una cabra ofrecida en expiación por el pueblo) y ofrecer incienso por sobre el Arca de la Alianza o sobre el sitio donde ella estaba había estado ubicada (Roca de la Fundación). Los adventistas creen que esta festividad judía es un tipo del ministerio sacerdotal de Jesús en el cielo. Lo cual ocurrió en 1844, cuando habría pasado del Lugar Santo al Lugar Santísimo para comenzar la expiación final de la humanidad.
La iglesia Adventista, da a conocer sus 28 Creencias Fundamentales, a través de diversas publicaciones oficiales, como el Manual de Iglesia el cual dice en cuanto a la creencia fundamental número 24:
El origen histórico de la doctrina, está íntimamente ligado al movimiento millerista que esperaban el retorno visible de Cristo el 22 de octubre de 1844. Ellos habían interpretado que la purificación del santuario a la que se refería Daniel 8:14, era la venida de Jesús a la Tierra. Después del Gran Chasco vivido al no cumplirse estas expectativas, un grupo de unas 50 personas decidieron estudiar más a fondo para saber si había existido algún error en la interpretación.
Hiram Edson afirmó haber tenido una visión, en la que él aseguró haber visto el cielo abierto, y en él haber visto el santuario celestial y a Jesucristo ministrando como Sumo sacerdote, pasando del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Edson compartió su experiencia con muchos de los adventistas locales a quienes persuadió con entusiasmo. Como resultado de esta experiencia, Edson comenzó a estudiar la Biblia con otros dos creyentes del área de Nueva York, O.R.L. Crosier and Franklin B. Hahn, quienes publicaron los resultados de su estudio en un folleto titulado Day-Dawn (Amanecer). En este folleto se estudiaba la parábola de las "Diez vírgenes" de Mateo 25:1-13 e intentaba explicar que el novio había tardado. Además introducía el concepto del día de la expiación y lo que los autores llamaron "una cronología de eventos".
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