Banská Štiavnica (pronunciado /bánska shchiávnitsa/ en fonética española; pronunciación en eslovaco (?·i), en húngaro, Selmecbánya, ˈʃɛlmɛd͡zbaːɲɒ; en alemán, Schemnitz); es una ciudad situada en el centro de Eslovaquia, en el centro de una inmensa caldera creada por el colapso de un antiguo volcán. Debido a su tamaño, la caldera es conocida como Montañas Štiavnica. Banská Štiavnica posee una población superior a las 10 000 personas teniendo preservada completamente la ciudad medieval. Gracias a su valor histórico la ciudad y sus alrededores fueron denominados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 11 de diciembre de 1993.
La historia de la ciudad está ligada a la explotación de sus abundantes recursos de plata según evidencian las excavaciones del periodo neolítico.
El primer establecimiento minero fue fundado por los celtas en el siglo III A.C. Fue ocupado probablemente por la tribu céltica de los Cotini. Los autores romanos mencionaron las actividades mineras de los Cotini, que habían vivido en la parte central de Eslovaquia hasta que fueran deportados a Panonia tras las guerras marcomanas. El lugar también estuvo habitado por los primeros eslavos/eslovacos estableciendo un fuerte eslovaco durante el siglo X y XI
Durante la alta y baja edad media, la ciudad era el principal productor de la plata y del oro del Reino de Hungría (Eslovaquia fue parte de ese reino a partir del siglo XI hasta 1918). La ciudad fue denominada «Terra Banensium» (la tierra de mineros) en 1156. A la población eslovaca inicial se le fueron uniendo colonos alemanes durante el siglo XIII siéndole otorgado el estado de ciudad real en 1238, como una de las primeras ciudades en el Reino de Hungría.
Durante las guerras otomanas, los turcos hicieron esfuerzos para conquistar las ricas ciudades mineras del centro eslovaco (Banská Štiavnica, Banská Bystrica, y Kremnica). Esta nueva amenaza forzó a la ciudad a construir fortificaciones incluyendo dos castillos, en el siglo XVI. Como uno de los centros más importantes de la reforma protestante del país, la ciudad perteneció a la «liga protestante de siete ciudades» mineras junto con Banská Belá, Banská Bystrica, Kremnica, Ľubietová, Nová Baňa, y Pukanec.
La ciudad gracias a su industria se convirtió en un importante centro de investigación minera. En 1627 la pólvora fue utilizada por primera vez en una mina. Para drenar las aguas subterráneas que se filtraban en las galerías de las minas se creó un sistema de embalses y canales llamados Tajchy que fueron diseñados por el ingeniero local Jozef Karol Hell, Maximilian Hell y Samuel Mikovíny en el siglo XVIII. Tajchy no solo salvo del cierre a las minas sino que proporcionó energía para los inicios de la industrialización en la zona. En 1735 Samuel Mikovíny creó en la ciudad la primera escuela técnica para la industria minera del país. Entre los años 1762-1770, el Hofkammer en Viena, con la ayuda de la reina María Teresa de Austria, transformó la escuela en academia creando la primera universidad técnica en el mundo. En 1919, después de la creación de Checoslovaquia, trasladaron la academia a Sopron en Hungría. El espíritu de la academia permanece vivo en las universidades de Miskolc, Sopron, Székesfehérvár, y Dunaújváros.
En 1782, Banská Štiavnica era la tercera ciudad más grande del Reino de Hungría (23.192 hab. que junto con los extrarradios alcanzaba los 40.000) tras Bratislava y de Debrecen, pero el desarrollo de la ciudad ligado en exceso a la industria minera que comenzó a disminuir a mediados del siglo XIX hizo que empezara a perder población. En la actualidad es un importante centro turístico beneficiado por rica herencia.
El corazón de la ciudad es la histórica plaza de la Trinidad (en eslovaco Trojičné námestie) con una monumental columna de María y la Santísima Trinidad. La plaza es el centro cultural de la ciudad y en ella están situados el museo minero. Los dos castillos denominados Nuevo (Starý zámok) y Viejo (Nový zámok) se han convertido en sendos museos.
Una mina al aire libre se ha convertido en museo ofreciendo una visita de dos kilómetros por las galerías del siglo XVII. Otra vieja mina, Glanzenberg, es la más antigua atrayendo numerosos visitantes ilustres como Francisco I, José II, y Leopoldo II.
La ciudad está rodeada de lagos artificiales denominados tajchy. Sesenta embalses fueron construidos entre el siglo XV y el XVIII para proveer de energía a las bombas hidráulicas de la industria minera. Estos embalses fueron conectados por más de 100 kilómetros de canales.
Banská Štiavnica tiene una población de 10.674 habitantes (31 de diciembre de 2005). Según el censo de 2001 el 93.9% de los habitantes era eslovacos y el 2% gitanos. Muchos son descendientes de los germanos de los Cárpatos, quien jugaron un papel importante en la historia medieval de la ciudad.
Las creencias religiosas se reparte con un 65% de católico romanos, un 18.9% no tiene afiliación religiosa y un 7.6% de luteranos.
Banská Štiavnica tiene cuatro ciudades hermanadas:
Imagen general.
Fresco en Kalvária.
Nový zámok.
Starý zámok.
Entrada a la mina Glanzenberg.
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