La Sinfonía fantástica, cuyo nombre completo en francés es Symphonie fantastique: Épisode de la vie d'un artiste ... en cinq parties (Sinfonía fantástica: Episodio de la vida de un artista, en cinco partes), Op. 14, es una sinfonía programática del compositor francés Hector Berlioz, compuesta en 1830. Es una pieza importante del período romántico temprano. Su estreno tuvo lugar en el Conservatorio de París el 5 de diciembre de 1830. Franz Liszt realizó una transcripción para piano de la sinfonía en 1833 (S. 470).
Leonard Bernstein describió la sinfonía como la primera expedición musical a la psicodelia debido a su naturaleza alucinatoria y soñadora, y porque la historia sugiere que Berlioz compuso al menos una parte de ella bajo la influencia del opio. Según Bernstein, «Berlioz lo cuenta tal y como es. Haces un viaje, y terminas gritando en tu propio funeral».
En 1832, Berlioz me gusta una secuela menos conocida de la obra, Lélio, Op. 14b, para actor, solistas, coro, piano y orquesta.
La Sinfonía fantástica fue dedicada por el autor a Nicolás I de Rusia, y para componerla se inspiró en la actriz shakespeariana Henrietta Constance Smithson, a la que amaba locamente. La sinfonía es un bello y claro ejemplo de la música descriptiva.
La composición consta de cinco movimientos, en vez de los cuatro habituales para las sinfonías de la época:
La sinfonía posee un argumento muy detallado. Es por esta razón que se suele decir que es uno de los mejores ejemplos de la música programática; también es quizás uno de los primeros argumentos.
El primer movimiento es radical en su contorno armónico, construyendo una gran vuelta a la tonalidad de inicio; mientras que es similar a la forma de sonata del período clásico, los críticos parisienses consideraron esto como poco convencional. Es aquí donde se le presenta al oyente el tema de la amada del artista, o la idée fixe. El idée fixe comienza:
A lo largo del movimiento hay una simplicidad en la forma en que se presentan las melodías y los temas, que Robert Schumann comparó con las ideas de los epigramas de Beethoven que podrían ampliarse si el compositor hubiera querido. En parte, es porque Berlioz rechazó escribir las melodías más simétricas que en aquel entonces eran la moda académica, y en su lugar buscó melodías que fueran «tan intensas en cada nota como para desafiar la armonización normal», como lo expresó Schumann. El tema en sí fue tomado de su scène lyrique «Herminie», compuesta en 1828.
El segundo movimiento evoca la música de un baile, en el que con los giros de la danza, vislumbra a su amada otra vez.
El segundo movimiento es un vals en 3
8. Comienza con una introducción misteriosa que crea una atmósfera de emoción inminente, seguida por un pasaje dominado por dos arpas; luego aparece el tema del vals que fluye, derivado del idée fixe primero, y transformado después. Las declaraciones más formales del idée fixe interrumpen dos veces el vals.
El tercer movimiento es lento, un Adagio en 6
8. Los dos pastores mencionados en las notas del programa están representados por un corno inglés y un oboe fuera del escenario dialogando con una melodía evocadora. Después de la conversación entre el corno inglés y el oboe, el tema principal del movimiento aparece en la flauta y los violines solos. Comienza con:
Berlioz rescató este tema de su Messe solennelle abandonada. La idée fixe vuelve en el medio del movimiento, al oboe y la flauta. El sonido del trueno distante al final del movimiento es redoble interpretado por cuatro timbales.
Berlioz afirmó haber escrito el cuarto movimiento en una sola noche, reconstruyendo música de un proyecto inacabado, la ópera Les francs-juges. El movimiento comienza con sextillizos en el timbal, con la siguiente indicación en la partitura: "la primera corchea de cada medio compás se va a tocar con dos baquetas y las otros cinco con la baquetas derecha". El movimiento procede como una marcha llena de atronadores fogonazos en los metales y pasajes apresurados, y figuras fugaces que aparecen más tarde en el último movimiento.
Antes de la representación musical de su ejecución, hay un breve recuerdo nostálgico de la idée fixe en un solo de clarinete, como si representara el último pensamiento consciente del hombre que pronto será ejecutado.
Este movimiento se puede dividir en secciones de acuerdo con los cambios de tempo:
Hay una gran cantidad de efectos, incluyendo el misterioso "col legno" en las cuerdas que sugiere esqueletos bailarines o el burbujeo del caldero de las brujas ante las ráfagas de viento. El final culminante combina la sombría melodía del Dies Irae con la salvaje fuga de la Ronde du Sabbat .
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