La Sinfonía n.º 1 en do mayor, op. 21, es la primera de las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven. Fue dedicada al barón Van Swieten. No se sabe con exactitud cuándo Beethoven terminó de componer la obra, pero los esbozos del último movimiento fueron fechados en 1795.
Está formada por cuerdas, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas y dos timbales.
Se estrenó el 2 de abril de 1800 en el Burgtheater de Viena. La mayoría de las fuentes están de acuerdo en que el programa del concierto también incluía el Septeto de Beethoven, así como una sinfonía de Mozart, pero hay cierto desacuerdo sobre si el resto del programa incluía extractos del oratorio de Haydn La Creación o de Las Estaciones y si el propio Concierto para piano No. 1 o No. 2. Este concierto sirvió efectivamente para anunciar los talentos de Beethoven en Viena. Se informa que el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Francisco II asistió al estreno y reaccionó diciendo: "¡Hay algo revolucionario en esa música!"
A pesar de que tiene una estructura muy clásica, la obra fue criticada por su aspecto innovador: la obertura no comenzaba con la tonalidad principal (do mayor), tenía numerosas modulaciones, el tercer movimiento (falsamente titulado Menuetto) era demasiado rápido, etc.
La sinfonía está claramente en deuda con los predecesores de Beethoven, en particular con su maestro Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart, pero, no obstante, tiene características que la marcan de manera única como obra de Beethoven, en particular el uso frecuente de sforzandi, así como cambios repentinos en los centros tonales que fueron poco comunes en la forma sinfónica tradicional (particularmente en el tercer movimiento), y el uso prominente e independiente de instrumentos de viento. Los bocetos para el final se encuentran entre los ejercicios que Beethoven escribió mientras estudiaba contrapunto con Johann Georg Albrechtsberger en la primavera de 1797.
Tiene cuatro movimientos:
El primer movimiento está compuesto de manera ejemplar en forma de sonata. Aquí, como elemento nuevo, Beethoven utiliza el segundo tema más lírico para exhibir y entrelazar la madera con los instrumentos de cuerda. El desarrollo es elaborado y se basa principalmente en el primer tema del movimiento y explora una progresión armónica larga; también refina la yuxtaposición y combinación de los instrumentos orquestales (vientos y cuerdas); la recapitulación es coherente con la exposición; la coda recuerda el desarrollo antes de cerrar el movimiento con acordes fuertemente repetidos tocados por toda la orquesta.
Debido a las indicaciones de Beethoven y la adición de la indicación de con moto ("con movimiento"), el Andante (en fa mayor, la subdominante de la tonalidad inicial de la sinfonía) del segundo movimiento se toca considerablemente más rápido que el concepto general de ese tempo. A diferencia de la tradición, Beethoven utiliza toda la instrumentación de la orquesta y, en consecuencia, despliega un amplio espectro sonoro en este movimiento que, además, está compuesto en forma de sonata.
El tercer movimiento es notable porque, aunque se indica como Menuetto, está marcado como Allegro molto e vivace y, en consecuencia, para ser tocado tan rápido que es esencialmente un Scherzo, una descripción utilizada principalmente después de la primera sinfonía de Beethoven. En segundo lugar, como elemento inherente del scherzo, no suele mostrar nuevas melodías o motivos, sino que utiliza las escalas musicales y las tríadas del primer movimiento como material temático que aporta el impulso y el ingenio de este movimiento. Un elemento notable de este movimiento es el cambio repentino del centro tonal, muy temprano en el movimiento. Si bien muchos temas de apertura de la escritura sinfónica del período clásico generalmente se mantuvieron dentro de la armonía diatónica, Beethoven cambia cromáticamente de Do mayor a Re bemol mayor solo alrededor de los primeros 36 compases del movimiento. Dado el tempo, un oyente escucharía ese cambio dramático solo unos 15 segundos después del comienzo del movimiento.
El final se abre con otra introducción que consta solo de fragmentos de escala tocados lentamente por los primeros violines solos (un efecto inusual). Después de llegar finalmente a un fa, delineando un acorde de séptima dominante en do mayor, el verdadero comienzo del finale Allegro molto e vivace comienza en do mayor con un tema similar (tanto en ritmo como en carácter) al 4º movimiento de la Sinfonía n.º 88 de Haydn. en sol mayor. Compuesta de nuevo en forma de sonata, Beethoven utiliza la escala como elemento predominante en este movimiento que, por su carácter, rinde más que todo homenaje al habitual final establecido por Haydn en las décadas precedentes.
La forma musical está de acuerdo con la tradición compositiva establecida. El contenido musical, tanto la instrumentación como los tempos, es inusual, si no revolucionario, en su uso para una obra sinfónica de la época de Beethoven. Por lo tanto, Beethoven se presentó a sí mismo con esta obra de manera única y audaz como un compositor sinfónico imnovador y se mantuvo fiel a esta declaración a lo largo de su vida compositiva.
La Primera sinfonía es de alguna manera una introducción a todo lo que escribirá Beethoven más tarde: explora en efecto numerosos horizontes a menudo contrastados. Así, se define sucesivamente como lírica y serena (en los dos últimos movimientos), sombría y apasionada (en la introducción lenta), tensa y dramática (en la Allegro inicial), y con patetismo (en el movimiento lento). Parece por otro lado ser una premonición de los movimientos lentos de las sinfonías Tercera y Séptima. Para el final se inspiró en Haydn, cuya influencia se hace más evidente en las ejecuciones rápidas; de hecho, el movimiento más innovador de esta obra es el tercero, que es un scherzo, vivo y ligero, el cual usaría Beethoven de ahí en adelante en lugar del minueto tradicional.
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