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Siros



Siros o Siro[1]​ (en griego, Σύρος, Síros, AFI: [ˈsiɾos]) es una pequeña isla de Grecia situada en el archipiélago de las Cícladas, en aguas del mar Egeo, y en ella está Hermúpolis, la capital de la periferia de Egeo Meridional y de la antigua prefectura de las Cícladas, construida en el lugar donde, en la antigüedad, se hallaba una ciudad que se denominaba con el mismo nombre de Siros.

En la época medieval, la isla, al igual que el resto de las Cícladas, fue ocupada por la República de Venecia, y la mayor parte de los habitantes se convirtieron a la religión católica. (La población de Siros conserva en la actualidad un porcentaje considerable de católicos en relación con el resto de Grecia, país mayoritariamente ortodoxo).

Debido a la importancia de su puerto marítimo, Siros fue una de las islas que más refugiados recibió tras las diversas guerras de Grecia con Turquía, sobre todo en 1922, tras la ocupación de Esmirna por los turcos (la llamada guerra greco-turca). Algunos de los refugiados microasiáticos trajeron a Siros su música popular que, enriquecida con otros elementos, convirtió a la isla en una de las cunas de la música rebétika. Siros fue la patria de Márkos Vamvakáris, para muchos el mayor compositor de rebético de todos los tiempos y el primero en grabar un disco de este género musical. Una de las canciones más famosas de Vamvakáris tiene precisamente por título La Francosirianí (es decir, la muchacha de Siros, una canción de amor conocida por todo griego; con el adjetivo "franco" hace referencia a su condición de católica).

Las excavaciones han revelado varios objetos, numerosas tumbas, vasos de cerámica, estatuillas, esqueletos y ruinas que datan de la Edad del Bronce y que prueban que la isla estuvo habitada desde esta época.

En la región de Kastrí y de Jalandrianí se han descubierto tumbas y pueblos de cultivadores que datan del cicládico; este es el período durante el cual se expandió la gran civilización de Siros-Keros. Siros era uno de los centros más importantes de las Cícladas.

Durante el siglo VI a. C. nació Ferécides, tío y maestro de Pitágoras. Tuvo una concepción del heliocentrismo y alcanzó su apogeo en Siros. La gruta donde vivía se puede visitar en Ano Meria.

Durante las guerras médicas, los persas conquistaron Siros, que fue liberada por los atenienses. Luego, Siros fue miembro de la confederación de Delos, una alianza marítima creada y presidida por los atenienses, y pagaba impuestos a la ciudad de Atenas.

En el siglo IV a. C., Siros cayó bajo la dominación de Filipo II de Macedonia y después bajo la autoridad de su sucesor, Alejandro Magno. Tras la muerte de este último, la isla siguió la suerte del resto de las islas griegas y pasó al reino de los Ptolomeos de Egipto.

Durante la dominación romana, Siros prosperó y se desarrolló; esto duró dos siglos y se acabó cuando la isla vecina de Delos le hizo una fuerte competencia.

Se tienen pocos datos del período bizantino en Siros, dada la importancia mínima de la isla frente a la grandeza y amplitud del imperio. El cristianismo apareció en la isla durante esta época, y Siros formó parte del obispado de Delos y después pasó al de Atenas.

Los siglos VII y VIII fueron un periodo desastroso para la isla, que era a menudo atacada por los piratas, lo cual explica por qué las ciudades de la época eran construidas en las montañas. También sufrió la peste.

En 1207 los venecianos tomaron el control de las islas griegas. Marco Sanudo conquistó Siros y Naxos y fue duque de Naxos. Durante la dominación veneciana, los habitantes de Siros sufrieron de pobreza, hambre y ataques piratas. La influencia veneciana es visible hoy en la ciudad medieval de Ano Siros, que posee una iglesia fortificada dedicada a San Jorge. Tras el periodo veneciano, la isla se encontró con una minoría católica importante que quedó bajo la protección de Francia durante la ocupación turca.

En 1537 Siros fue ocupada por los otomanos, pero se autogobernaba con un estatuto privilegiado. De 1770 a 1774 en la guerra ruso-turca, la isla fue tomada por los rusos; tres años más tarde volvió a caer bajo dominio turco. Durante la guerra de independencia de Grecia de 1821, la isla estaba bajo protección francesa, así que permaneció neutral, pero participó en la independencia convirtiéndose en refugio para todos los griegos perseguidos por los turcos, para los que se habían sublevado contra sus opresores y para los que habían escapado de las matanzas y abandonado sus tierras. Todos estos emigrados construyeron en algunos años la capital de la isla, Hermúpolis, que vio florecer rápidamente su economía y su cultura del siglo XIX al siglo XX; fue un período de gran prosperidad para Siros y sus habitantes y la isla se convirtió en centro comercial y cultural de Grecia.

Hoy Siros es el centro administrativo y la capital de los Cícladas, así como un centro importante para el comercio, gracias a sus excelentes talleres de construcción naval y a su vida cultural muy desarrollada.



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