Las Sociedades Bíblicas Unidas conforman una organización internacional, no lucrativa y no denominacional dedicada a la divulgación de la Biblia. Su sede se encuentra en Swindon, Inglaterra.
La primera «Sociedad Bíblica» nace en Inglaterra en el año 1804, de la mano de William Wilberforce mientras trabajaba por la abolición del comercio con los esclavos y la emancipación de los esclavos en Bretaña; de esa forma se empezaron a formar Sociedades Bíblicas en diferentes países como Países Bajos, Australia, Estados Unidos y Alemania, cada una de ellas independiente, pero trabajando con un mismo objetivo.
La organización moderna fue fundada en 1948 con representantes de Sociedades Bíblicas.
En 2008, tenía 100 sociedades miembros.
En 2013, tenía 145 sociedades miembros en más de 200 países. En 2019, había traducido toda la Biblia con sus socios en 694 idiomas. En 1946, después del conflicto más destructivo sufrido en la historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial, se reunieron 13 Sociedades Bíblicas que habían permanecido firmes en medio de las peligrosas condiciones de esta guerra, tratando de llevar el aliento de la Palabra de Dios a la población, bajo la premisa de “para que en este momento de necesidad, se pueda hacer el mayor esfuerzo en cooperación con otras Sociedades Bíblicas para satisfacer la necesidad y aprovechar la oportunidad de suplir al mundo afligido la Palabra de Vida y Fortaleza ”.
Ellos vieron la importancia de la colaboración como una oportunidad para ampliar y fortalecer el ministerio que sabían era esencial para las comunidades en el proceso de reconstrucción del mundo.
Un 9 de mayo de 1946, en Elfinsward, Inglaterra, estas trece Sociedades Bíblicas tuvieron la visión de formar la Fraternidad Mundial de Sociedades Bíblicas Unidas con el objetivo de facilitar la colaboración llevando adelante tres funciones, la traducción, la publicación y la distribución de la Biblia, facilitando así la colaboración en torno a servicios, herramientas e ideas que fortalecerían el ministerio bíblico en todo el mundo. Ahora, 75 años después, las Sociedades Bíblicas Unidas agrupa alrededor de 150 Sociedades Bíblicas que trabajan juntas en más de 240 países y territorios.
Durante los últimos 75 años, las iglesias, colaboradores, el personal y los líderes de la Sociedades Bíblicas han servido juntos en la misión común de "la Biblia para todos". Esta unidad y cooperación, que ha sido guiada por Dios, ha resultado en un ministerio que cambia vidas en todo el mundo. Cada década, esta Fraternidad ha establecido metas para cumplir su propósito común, de esa forma:
En los años 50’, la meta fue “la traducción de la Biblia” a la más amplia cantidad de lenguas del mundo para que la gente pudiera leer la Biblia y ser transformado por su mensaje.
En los años 60’, la meta fue “La Palabra de Dios para una nueva era”, pretendía llegar a la más amplia distribución de la Biblia o parte de ella alrededor del mundo, en 10 años se paso de distribuir un promedio de 25 millones de Biblias al año a más de 171 millones para el año 1971. Esta visión pretendía poner en cada hogar cristiano el menos un Nuevo Testamento o una porción de las Escrituras para leer, este logro ha sido una responsabilidad compartida con las iglesias en sus campañas de distribución local. Si se deseaba un mundo cambiado, en su cultura, su política y la sociedad, era necesario llevar la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo.
Ese éxito compartido todavía es evidente hoy. Cada año se distribuyen más de 300 millones de Escrituras en todo el mundo. El increíble trabajo de traducción permite que se distribuyan más Escrituras en el lenguaje del corazón. Los avances en la tecnología han permitido lograr grandes avances en el suministro de la Palabra de Dios en formatos digitales, permitiendo que millones de personas accedan a las Escrituras sin los costos tradicionales de impresión y distribución. Las Escrituras específicas aseguran que la Palabra de Dios satisfaga las necesidades del lector, ya sea a través de formatos especializados para niños, Biblias en Braille para personas con discapacidades visuales o Escrituras para nuevos lectores.
En la década de los 70’, el mundo vio uno de los esfuerzos educativos y de distribución más grandes en la historia de las Sociedades Bíblicas Unidas, uno que simultáneamente alentaría la alfabetización y abordaría los problemas que enfrentan los recién alfabetizados. La alfabetización no era un área nueva de servicio para las Sociedades Bíblicas, ya en la década de 1950, se había proporcionado "ayuda a los lectores" en respuesta al aumento de la alfabetización mundial, ayudando a los que eran nuevos en la lectura y en la Biblia. Este trabajo incluía el deseo de que, independientemente del nivel de alfabetización, todos pudieran beneficiarse de la lectura y la comprensión de las Escrituras. 50 años después, la alfabetización sigue siendo una parte integral de la misión bíblica. Las Sociedades Bíblicas continúan trabajando juntas para proporcionar materiales de alfabetización basados en la Biblia y ejecutar programas de alfabetización en conjunto con iglesias y otras organizaciones asociadas.
Cada año, estos programas brindan a más de 100,000 personas la oportunidad de desarrollar habilidades de alfabetización que cambian sus vidas, lo que a menudo abre oportunidades para obtener más educación y empleo. Más importante aún, estas nuevas habilidades de alfabetización aseguran que las personas puedan participar plenamente con la Biblia, encontrando el significado de la Palabra de Dios.
En la década de los 80’, la meta “La Palabra de Dios Esperanza para la humanidad”, las Sociedades Bíblicas concentraron su servicio y esfuerzo en la juventud del mundo. La juventud de los 80’s buscaba la sinceridad y la verdad, la participación de jóvenes inyecto una frescura a la misión de las Sociedades Bíblicas.
En la década de los 90’, enfrenta a las Sociedades Bíblicas con un nuevo reto mundial, los eventos históricos de los últimos años de los 80’, con la caída del muro de Berlín y el cambio en bloque soviético, el reto fue la organización de Sociedades Bíblicas en cada uno de estos países, la revisión de traducciones muy antiguas de la Biblia a las lenguas de estos países, relaciones con iglesias históricas, abriendo la oportunidad en el servicio a todas las iglesias.
En la década del 2000, la entrada a un nuevo milenio con todos los retos que eso significa, el avance de la tecnología y la significativa contribución de las mujeres en la misión de llevar la Palabra de Dios para todos.
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