Soy un prófugo

Soy un prófugo es una película mexicana de 1946 dirigida por Miguel M. Delgado y protagonizada por Cantinflas, producida por Posa Films S.A. y distribuida internacionalmente por Columbia Pictures.^[1]​

Cantinflas y Carmelo (Daniel "Chino" Herrera) son empleados de un banco en el pueblecito de Sochipan como personal de mantenimiento. Ambos comparten piso y tienen el proyecto de comprar una casa propia con granja incluida, pues Cantinflas está enamorado de Rosita (Carmelita González), quien es la dependienta de una tienda y planea pedirle matrimonio imaginando constantemente una vida con ella.

Una ocasión, dejan inconcluso un trabajo por el cual piden a uno de los funcionarios del banco poder terminarlo al día siguiente. Temprano en la mañana al llegar al banco, encuentran la puerta abierta y al velador golpeado y tirado en el piso y después de tomar algunas medidas, deciden llamar a la policía. En ese instante, surge una explosión y llega la policía de inmediato y se los llevan detenidos al considerarlos sospechosos; al dar sus declaraciones ante el inspector Emilio Blanco (Agustín Isunza), este sospecha que ellos planearon el robo del banco y los arresta para procesarlos; luego van a su domicilio, encontrando los planos del banco, por lo cual se los llevan presos.

Una vez en la cárcel se encuentran con un preso, El Pin-Pon (José Elías Moreno) quien pretende asustarlos. Al ser llevado por los policías a otra celda por tal acción, ellos descubren que las rejas están limadas y logran escapar.

Tras escapar, intentarán a toda costa buscar al verdadero o verdaderos culpables y probar su inocencia, viéndose involucrados en el proceso con una banda internacional de maleantes que, por un malentendido, piensan que ellos son temidos y famosos ladrones profesionales y los invitan a formar una sociedad.