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Sulfato de dimetilo



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El sulfato de dimetilo es un compuesto químico con la fórmula (CH3O)2SO2. Es el diéster del metanol y el ácido sulfúrico, y su fórmula se escribe a menudo como (CH3)2SO4 o incluso Me2SO4, donde CH3 o Me es el grupo metilo. El Me2SO4 se utiliza principalmente como un agente de metilación en síntesis orgánica.

En condiciones normales, el Me2SO4 es un líquido aceitoso incoloro con un ligero olor a cebolla (aunque es importante destacar que olerlo entraña un riesgo considerable). Al igual que todos los agentes alquilantes fuertes, el Me2SO4 es altamente tóxico. Su uso como reactivo de laboratorio ha sido reemplazado en cierta medida por el triflato de metilo, CF3SO3CH3, el éster metílico del ácido trifluorometansulfónico.

El sulfato de dimetilo se descubrió en el siglo XIX en una forma impura. P. Claesson después estudió más ampliamente su preparación.[2]​ Puede haber sido utilizado en la guerra química.[3][4]

El sulfato de dimetilo se puede sintetizar en el laboratorio mediante varias síntesis diferentes,[5]​ siendo la más utilizada la esterificación del ácido sulfúrico con metanol:

Otra síntesis posible se basa en la destilación del hidrógeno sulfato de metil:[2]

El nitrito de metilo y el clorosulfonato de metilo, también resultan en sulfato de dimetilo:[2]

En los Estados Unidos, el Me2SO4 ha sido producido comercialmente desde los años 1920. Un proceso común es la reacción continua del éter dimetílico con trióxido de azufre.[6]

El sulfato de dimetilo es mejor conocido como un reactivo para la metilación de los fenoles, aminas, y tioles. Típicamente, un grupo metilo se transfiere más rápidamente que el segundo. La transferencia de metilo se supone por lo general que se produce a través de un mecanismo de reacción SN2. En comparación con otros agentes metilantes, el sulfato de dimetilo es preferido por la industria debido a su bajo coste y alta reactividad.

Más comúnmente, el Me2SO4 se emplea para metilar fenoles. Algunos alcoholes simples son también convenientemente metilados, como se ilustra por la conversión de terbutanol a t-butil metil éter:

Las sales de alcóxido son rápidamente metiladas:[7]

La metilación de los azúcares es llamada metilación de Haworth.[8]

El Me2SO4 se utiliza para preparar tanto sales de amonio cuaternario como también aminas terciarias:

Los compuestos cuaternizados de amonio grasos se utilizan como tensoactivos o suavizantes de telas. La metilación de una amina terciaria se ilustra como:[7]

Similar a la metilación de los alcoholes, las sales mercapturo son fácilmente metiladas por Me2SO4:[7]

un ejemplo es:[9]

Este método ha sido utilizado para preparar tioésteres:

El sulfato de dimetilo, puede efectuar la escisión de base específica de la guanina en el ADN por la ruptura de los anillos de imidazol presentes en la guanina.[10]​ Este proceso se puede utilizar para determinar la secuencia de base, la escisión en la cadena de ADN, y otras aplicaciones.

El sulfato de dimetilo también metila la adenina en porciones monocatenarias de ADN (por ejemplo, aquellos con proteínas como la ARN polimerasa progresivamente fusionan y re-fortalecen el ADN). Al volver a rearreglarse, estos grupos metilo pueden interferir con la adenina-guanina en el apareamiento de bases. La nucleasa S1 puede entonces ser utilizada para cortar el ADN en regiones monocatenarias (en cualquier lugar con una adenina metilada). Esta es una técnica importante para el análisis de interacciones proteína-ADN.

A pesar de que el sulfato de dimetilo es muy eficaz y asequible, su toxicidad ha fomentado el uso de otros reactivos de metilación. El yoduro de metilo es un reactivo utilizado para la O-metilación, en lugar del sulfato de dimetilo, aunque es menos peligroso es más caro.[9]​ El carbonato de dimetilo, que es menos reactivo, tiene una toxicidad mucho menor en comparación con el sulfato de dimetilo y el yoduro de metilo y se puede utilizar en lugar del sulfato de dimetilo para la N-metilación.[11]​ Se puede utilizar alta presión para acelerar la metilación por el carbonato de dimetilo. En general, la toxicidad de los agentes de metilación se correlaciona con su eficacia como reactivos de transferencia de metilo.[12]

El sulfato de dimetilo es posiblemente carcinógeno[6]​ y mutágeno, venenoso, corrosivo, medioambientalmente riesgoso y volátil (presentando un riesgo de inhalación). Algunos lo consideran como una potencial arma química.[13]​ El sulfato de dimetilo es absorbido a través de la piel, las membranas mucosas, y el tracto gastrointestinal. No posee un olor fuerte ni produce una inmediata irritación que pudieran advertir sobre una concentración letal en el aire. Su LD50 (aguda, oral) es de 205 mg/kg (ratas) y 140 mg/kg (ratones), y la concentración semiletal (aguda) es de 45 ppm / 4 horas (ratas).[14]​ La presiòn de vapor de 65 Pa[15]​ es suficientemente elevada como para producir una concentración letal en el aire por evaporación a 20 °C. La toxicidad retardada permite que ocurran exposiciones potencialmente fatales previo al desarrollo de cualquier síntoma de advertencia.[13]​ Los síntomas pueden retrasarse hasta 6–24 horas. Las disoluciones concentradas de bases (amoniaco, álcalis) pueden ser usadas para hidrolizar derrames menores y residuos en equipo contaminado, pero la reacción se puede volver violenta con grandes cantidades de sulfato de dimetilo (véase ICSC, enlaces externos). Aunque el compuesto se hidroliza en agua, no puede asumirse que el agua corriente hidrolizará el sulfato de dimetilo suficientemente rápido para propósitos de descontaminación. Los productos de hidrólisis, sulfato de monometilo y metanol, son riesgosos para el medio ambiente. En agua, el compuesto es hidrolizado finalmente hasta ácido sulfúrico y metanol.



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