x
1

Tetuán



Tetuán (en árabe تطوان Teṭwan; del bereber Tiṭṭawin, plural que significa 'los ojos'; francés: Tétouan), en ocasiones conocida con el sobrenombre de «La paloma blanca», es una ciudad del norte de Marruecos, ubicada en las proximidades del mar Mediterráneo, cerca de Tánger y de la ciudad española de Ceuta. Cuenta con alrededor de 380 787 habitantes, según el censo de 2014.[1]​ Antigua capital del «protectorado» español de Marruecos, en la actualidad es residencia veraniega del monarca Mohamed VI. Es la ciudad de Marruecos con más rasgos andalusíes.

La presencia humana en la región de Tetuán data del 5000 a. C., como lo prueban las industrias ibero-mauritanas encontradas en la gruta de Taht El Ghar, al sur de la ciudad, y en El Ghar Lakhal, cerca de Ceuta.[2]

La ciudad existía ya desde el siglo III a. C. Hay vestigios de épocas fenicia y romana provenientes de la antigua ciudad de Tamuda.[3]​ El estudio de este asentamiento está dentro del programa de Proyectos Arqueológicos en el Exterior del Ministerio de Cultura de España.[4]​ Los fenicios establecieron un emporio en la desembocadura del Oued Martil.[5][6]

La primera mención a la ciudad se debe al geógrafo andalusí Abou Oubayd Al Bakri en el siglo XI, las siguientes provienen de fuentes almohades del siglo XII.

Hacia 1305, el meriní Abu Tábit, estableció una ciudad fortificada sobre una población bereber existente sobre todo para servir de retaguardia para el ataque a la colonia portuguesa de Ceuta. En 1399 fue atacada por Enrique III el Doliente de Castilla para proteger sus barcos de los piratas y corsarios que habían hecho de ella su refugio. En 1437 tropas de Portugal arrasan la ciudad.

A partir de la ocupación de Ceuta por los portugueses en 1415, principal ciudad del norte del reino de Fez, se aceleró el desarrollo de Tetuán, base estratégica como punto de partida para las expediciones militares contra los ocupantes y como puerto principal abierto al mar Mediterráneo.

En 1483-1484 llegan los primeros refugiados andalusíes, provenientes de la fortaleza de Píñar, bajo el mando del capitán y alcalde granadino Sidi Al-Mandari o Mandri. Se reconstruyó y fortificó la ciudad y se inició un periodo de gran esplendor. La ciudad se convirtió también en refugio de judíos sefardíes expulsados de España. De esta época procede el núcleo de la ciudad vieja, el barrio al que los lugareños llaman bled, es decir, «el pueblo» por excelencia. Sidi Mandri es uno de los gobernantes más famosos de Tetuán, que fue asistido en el gobierno y sucedido tras su muerte por su esposa, Zaida Aljorra o Sayyida al-Hurra («la Señora Libre»), poderosa mujer de orígenes andalusíes que llegaría a casarse con el sultán de Marruecos.

Según el historiador Skirej (1483), 80 moriscos llegados de Granada comenzaron a construir casas en la parte denominada Al Balad, pero eran hostigados por la tribu de los Beni Hozmar, que reivindicaban la propiedad del sitio. Al ser informado de sus quejas, el sultán Mohammad Ach-Chaikh Al Wattassi les prestó 40000 mithqal y envió a 40 guardias de Fez y otros 40 del Rif para protegerles. Escribió al gobernador de Chauen, Moulay Ali Ben Moussa Ben Rached El Alami, para solicitarle que enviara a una persona competente para que construyera una muralla defensiva. Mohammed ben Ali Al Mandari, un comandante de origen andalusí unió la ciudad, de la que fue gobernador y arquitecto. Es considerado como el verdadero fundador.

El siglo XVI se caracteriza por una serie de luchas internas por el poder (Sayyida al-Hurra fue víctima de una de ellas). En los inicios del siglo siguiente, Tetuán será uno de los principales destinos del exilio de los moriscos (últimos musulmanes españoles, expulsados por Felipe III de España). Los moriscos fundan un gran barrio al norte del Bled, conocido como Al-Ayun («las fuentes»), donde hasta la actualidad se conservan numerosas reminiscencias del castellano hablado por aquellos exiliados: la popular calle Tranqat («de las trancas») o la mezquita y escuela Luqash (Lucas) son dos ejemplos bien conocidos, además de numerosos apellidos castellanos arabizados en familias tetuaníes.

El 6 de febrero de 1860 el general español Leopoldo O'Donnell que lideraba las tropas de la reina Isabel II derrotó a las tropas del sultán Mohammed IV y conquistó la ciudad.[7]​ En 1862 la ciudad fue devuelta a Marruecos. En Tetuán, como consecuencia de esta actividad bélica, tuvieron lugar los primeros contactos entre españoles y descendientes de españoles expulsados, después de cuatro siglos de aislamiento, sobre todo con la numerosa colonia judía sefardí, que hablaba aún una variedad de idioma español, el judeoespañol, también llamado en Marruecos haketía. Buena parte de la población musulmana de la ciudad era, por su parte, de origen peninsular, y conservaba viva la noción de su procedencia.

Entre 1913 y 1956, Tetuán fue la capital del Protectorado español de Marruecos. La administración española construyó varios barrios nuevos extramuros de la vieja ciudad, así como infraestructuras como la ya desaparecida línea de ferrocarril Ceuta-Tetuán. La influencia del «protectorado» ha seguido siendo importante incluso después de la independencia del país. Así, en 1913, en cumplimiento del dahir del jalifa Muley el Mehdi Ben Ismail, se realiza el censo de población y estadística de viviendas, resultando una población de 18 533 habitantes, de los cuales practicaban la religión musulmana 11 623, la hebrea 4250 y la católica 3006.[8]

Debe agregarse a estas cifras el número de soldados del Tabor y de la Guardia de SAI el Jalifa, cuyos datos han sido tachados en las hojas de sus familias para evitar las duplicaciones, pero que son vecinos de Tetuán.

En la tarde del 18 de julio de 1936, al comienzo de la guerra civil española, la aviación republicana bombardeó la ciudad de Tetuán. En el barrio moro, se desató un alzamiento popular ante los escombros de las casas y las mezquitas, donde se extrajeron 15 muertos y más de 40 heridos.[9]​ La multitud se dirigió hacia la Alta Comisaría. La revuelta era imparable, por lo que el alto comisario Juan Luis Beigbeder acudió a su amigo el visir Sidi Ahmed el Ganmia, quien ―montado en su caballo― se adentró entre las masas e invocando el nombre de Alá las apaciguó. Esta acción del visir fue inmediatamente recompensada con la primera concesión de la Gran Cruz Laureada de San Fernando.

Muchos habitantes han conservado el castellano como segunda lengua, lo que se refleja en los rótulos de numerosas calles y comercios. El gobierno marroquí, sin embargo, ha visto esta diferencia respecto al resto del país (donde la segunda lengua es el francés) como un posible aliciente para las reivindicaciones autonomistas que siempre ha tenido el norte de Marruecos, por lo que ha hecho lo posible por erradicar el uso del castellano en la zona. En la actualidad, el idioma español es poco utilizado entre las personas jóvenes, algo más entre las de mediana edad y mucho entre las mayores. En ello influye también la afluencia de inmigrantes procedentes de otros lugares de Marruecos. Cabe también señalar la existencia de varios centros de enseñanza españoles en dicha ciudad: el Colegio Español Jacinto Benavente (de enseñanza primaria), el Instituto Español Nuestra Señora del Pilar (de enseñanza secundaria) y el Instituto Español Juan de la Cierva (de formación profesional).

Tetuán y la provincia de la que es capital se vieron sometidas durante el reinado de Hasán II (1961-1999) a un boicot económico declarado, en castigo por las reivindicaciones autonomistas. Hubo escasas inversiones privadas y muy pocas estatales en el mantenimiento de la ciudad, que el monarca nunca visitó oficialmente. A mediados de los años ochenta Hassan II pareció perdonar a los tetuaníes, y anunció su intención de acudir a la ciudad. Para ello, dio órdenes de que se le habilitara un palacio similar al que poseía en otras ciudades marroquíes. El palacio se hizo desalojando la vieja sede de la Alta Comisaría española y entonces consulado general de España. Frente al palacio se abrió una gran explanada, arrasando la plaza del Feddán ―histórico centro de reunión y lugar emblemático de la ciudad―, hecho en el que muchos tetuaníes vieron una manifestación de poder habitual del desaparecido rey.

La ciudad antigua, o Medina de Tetuán, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y se emprendieron importantes tareas de restauración en las que participó la Junta de Andalucía, habida cuenta del origen andalusí de gran parte del casco viejo. Desde 1999, ha sido la principal residencia veraniega del monarca marroquí Mohamed VI, que cuenta con una mansión en la cercana playa de Rincón.

La provincia o wilaya de Tetuán tiene 550 374 habitantes y la ciudad alrededor de 380 787 habitantes, según el censo de 2014.[10]​ Es la ciudad con más rasgos andalusíes de Marruecos. Su gentilicio es tetuaní. En árabe el gentilicio habitual es tiṭwānī, fem. tiṭwāniyya, si bien sus habitantes utilizan también el gentilicio tiṭṭāwnī, fem. tiṭṭāwniyya, derivado del antiguo nombre de la población.

Tetuán tiene un clima mediterráneo con una escasa amplitud térmica anual.

Tetuán está enclavada en una región agrícola, lo que la convierte en el centro comercial de los productos cultivados en la zona como cereales, cítricos, frutas y hortalizas. El resto de la actividad se reparte entre la cría de ganado y la artesanía. Cuenta, además, con establecimientos especializados en la manufactura de productos derivados del tabaco, jabones, fósforos, harina, tejidos y materiales de construcción, aunque las industrias principales son la conservera (pescado), la de las artes gráficas y la producción de muebles.

El Atlético Tetuán es el único equipo de fútbol del norte de África continental que ha jugado en la Primera División española. Fue en la temporada 1951-52, quedó último y su puesto en la clasificación histórica de la primera división española de fútbol es el número 59.

Este equipo fue fundado por el Atlético de Madrid, del que conserva sus rayas rojiblancas verticales. Además, el escudo es muy parecido al del club colchonero, llegando incluso el Atlético Tetuán a haberle rendido en cierta ocasión un homenaje al club madrileño. En sus vitrinas se encuentran más de un centenar de copas, coronadas con dos campeonatos de liga 2011-2012 y 2013-2014.

Tetuán ha sido objeto de inspiración para muchos artistas.

En esta ciudad se ambientan las novelas Judería de Tetuán, de Mohamed Sibari, y Las inocentes oquedades de Tetuán, de Mohamed Bouissef Rekab

Volver a Tetuán es un poemario del escritor Abderrahman El Fathi que agrupa vivencias y sentimientos en torno a la ciudad.

Tetuán es uno de los principales escenarios de la novela El tiempo entre costuras de la escritora María Dueñas. La adaptación a la televisión de la cadena Antena 3 se filmó en La Medina y otros sitios históricos de la ciudad.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Tetuán (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!