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Tomás de Morla y Pacheco



Tomás de Morla y Pacheco (Jerez de la Frontera, sin que haya consenso entre autores en la fecha, entre 1747-1748. Similar ocurre con la fecha de su muerte, en Madrid, datada entre 1811-1820)[1]​ fue un militar español.

Hijo de Tomás Bruno Morla y María López Pacheco de Saavedra y Valle. En su infancia cursa estudios en el Colegio de los Dominicos en Jerez. Siguiendo la tradición militar de su familia en 1764 ingresa en la Academia de Artillería de Segovia donde se distingue en todas las artes militares obteniendo el grado de subteniente en 1765.

En 1780, es teniente de artillería y participa en la campaña de Gibraltar distinguiéndose como militar de prestigio y reconocido valor formando parte en los dos grandes intentos, aunque desafortunados, de conquistar la plaza. Comandando la batería flotante "Talla piedra" y dirigiendo una galería de mina construida a pie de Peñón llamada la Cueva de Levante. Tomás Morla resulta gravemente herido. Recuperando de sus heridas regresa al Colegio de Segovia, reintegrándose a la tarea docente. Como profesor de táctica, completa y amplía los trabajos de Vicente de los Ríos con importantes estudios sobre la artillería, fortificaciones, pólvoras y metalurgia, que quedan reflejados en su magnífico “Tratado de Artillería para uso de la Academia de Caballeros Cadetes del Real Cuerpo de Artillería”, después junto a Guillelmi es comisionado para estudiar diversos Colegios militares de Europa y conocer así los adelantos de la época.

Participó en la campaña del Rosellón contra los franceses en 1792, Morla se incorpora como Cuartel Maestre General al ejército del Rosellón distinguiéndose en una primera etapa donde sus consejos dieron brillantes resultados. En un segunda fase estos fueron despreciados y el resultado fue desastroso. Dos años después publicó una obra con el nombre de dicha campaña, en la que daba cuenta de las técnicas de artillería allí empleadas.

Acabada la guerra pasa por distintas comisiones hasta ser elegido para forma parte de un grupo de generales encargados de reorganizar nuestro ejército.

En 1800 es nombrado gobernador de Cádiz y capitán general de Andalucía.

En 1808 ante la amenaza del ejército francés crea el cuerpo de Voluntarios Honrados de Cádiz que infligiría la mayor derrota sufrida por los galos en la batalla de Bailén. En 1808 obligó a la escuadra francesa, que se hallaba delante de Cádiz, a rendirse a los españoles en la batalla de la Poza de Santa Isabel. Napoleón iracundo por estas derrota amenaza en diciembre de este mismo año con arrasar Madrid, ante las intenciones del francés la Junta de Defensa cesó el fuego y envió a Morla a parlamentar. Morla llega a la capital manifestando la imposibilidad de la defensa a pesar del furor patriótico. Prepara la resistencia con la intención de obtener ventaja en las capitulaciones y evitar un triunfo violento del enemigo.

Comenzada la contienda y ante la inutilidad de la defensa se dirige al campo enemigo para entablar una capitulación. Napoleón recibe a Morla de malas maneras probablemente con rencor por las derrotas infligidas en Cádiz y Bailén. Morla se entrega como prisionero de guerra y ante la amenaza de pasar por las armas a todas las tropas si no deponen las armas, la inutilidad de su defensa y arrancar una honrosa capitulación se rinde. Entró al servicio del rey José Bonaparte. Pese a ello se opuso al general Dupont, queda constancia de ello en varias cartas. En contestaciones que Morla dio en respuesta a las ordenes de Du Pont desde Lebrija_(Sevilla) el 10 de agosto de 1808 y otra con motivo de las destituciones del cabildo de Cadiz.

Morla en España es tachado de cobarde y traidor por sus detractores. Un mes más tarde es destituido y retirado todos sus honores, perdió sus empleos con la llegada de Fernando VII.

Algunos autores contemporáneos consideraban que Morla capituló cuando las tropas españolas que debían socorrer a Madrid tenían ya sus avanzadas en la capital justificando el "afrancesamiento" del que se tachaba a Morla. Nada más lejos de la realidad como demostró el Manifiesto de las operaciones del ejército del centro, impreso en Sevilla por general en Jefe en 1809 y que demostraba que aquella ayuda no podía auxiliar a Madrid.

Morla, se retira de la actividad pública muriendo olvidado en Madrid entre 1812-1820.[2]

De las muchas condecoraciones que recibió caben destacar la Orden de Santiago, la Gran cruz de Carlos III y la encomienda del Campo de Criptana.

En 1780 después de resultar herido en el intento de reconquista de Gibraltar es comisionado para estudiar diversos Colegios militares de Europa y conocer así los adelantos de la época, siendo numerosos los comunicados y trabajos remitidos a nuestro país fruto de los conocimientos. Desde 1787 a 1791, viajó a Francia, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Bohemia, Sajonia, Prusia y Austria. Como resultado de sus informes, redacta Noticias sobre la constitución militar prusiana (Berlín en 1790). Su obra más famosa y completa es el Tratado de Artillería. Originalmente encomendada a Vicente de los Ríos, pero poco pudo hacer por fallecer al poco tiempo. Libro que tuvo fama en toda Europa en el sg XIX y fue traducido a varios idiomas. Es un compendio de todos los aspectos de la temática, la fabricación de cañones, pólvora, logística, táctica militar. Entrando en cada uno de ellos en profundidad, tanto en los aspectos químicos, físicos, metalúrgicos o matemáticos con todo el conocimiento del que disponían en aquella época. De la fabricación de pólvora, dedica otros tratados aun mas extensos en el Arte de fabricar pólvora que divide en tres libros: I, De la recolección del salitre. II, Del reconocimiento del salitre, su afino y preparación. III, De la fábrica de la pólvora.

Otras obras conocidas suyas aparecen en la siguiente bibliogafría.



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