x
1

Toma de Malta (1798)



La toma de Malta por las huestes napoleónicas se efectuó el 10 de junio de 1798, aunque la capitulación de La Valeta, ciudad más grande e importante de todo el archipiélago, no sobrevino hasta un par de días después.[1]

Con la caída de Malta se cerró la época más brillante de la Orden de San Juan, la cual había comenzado en el siglo XVI tras la cesión del territorio a esta institución por parte de Carlos I de España. Durante el tiempo que estuvo el archipiélago maltés bajo el control de la citada orden, se desplegó en él una importante actividad: se creó una universidad y una escuela centrada en las ciencias médicas, se edificaron construcciones de toda clase diseñadas por prestigiosos arquitectos (hospitales e iglesias, mayoritariamente), e incluso se instituyó una escuela naval bajo el gobierno de los caballeros hospitalarios en las que se formaban los hijos de la alta sociedad europea.

El 9 de junio, la flota francesa que transporta al ejército de oriente de Napoleón recala en la franja costera septentrional de la isla mediterránea de Malta, gobernada por Ferdinand von Hompesch zu Bolheim, Gran Maestre de la Orden de Malta (también conocida como orden del Hospital de San Juan de Jerusalén), que tiene sus cuarteles generales en la ciudad amurallada de La Valeta.

Desde el buque insignia de la escuadra francesa, el L'Orient, Bonaparte pide permiso a las autoridades de La Valeta para amarrar sus buques en el puerto y repostar agua. El Gran Maestre convoca un Consejo de Guerra y llama a todos los caballeros a las armas, que acuden rápidamente a guarnecer los muros de la capital.

Tras arduas deliberaciones, Hompesch consiente que los viajeros acerquen su flota al puerto en grupos no mayores de cuatro barcos a la vez; es cierto que unos 200 caballeros son franceses y no desean luchar contra compatriotas. Napoleón embarca en un pequeño bote y dedica el resto de la jornada a visitar el litoral y las fortificaciones exteriores.

El 10 de junio, los infantes franceses desembarcan en Gozo, la bahía de San Julián y Marsaxlokk; la isla es ocupada rápidamente, excepto La Valeta. Bonaparte ofrece al Gran Maestre un armisticio de un día para rendir la capital. La fama del ejército francés y su Revolución ha alcanzado la isla, y son muchos los malteses que no desean combatir.

El 12 de junio se firman los acuerdos de capitulación: Malta pasará a ser parte de la República de Francia, el Gran Maestre recibirá una compensación de 300.000 francos, aunque deberá ceder los puestos de poder a los caballeros de origen francés. Las propiedades de los miembros de la Iglesia católica y la Orden serían respetadas.

Así terminan los 268 años de gobierno de la Orden de San Juan en Malta. Napoleón reconoce que no habría tomado la capital sin ayuda del interior, debido a su magnífica fortificación, y se instala en el Palacio Parisio, nombrando al general Varbois gobernador de la plaza, cuyo primer cometido es organizar una comisión para administrarla.

Bonaparte pide la elaboración de un inventario en el que figuren los bienes y patrimonios del tesoro de la Orden de San Juan, su palacio y las iglesias, y ordena que todo aquello que no figure en la lista o que, en palabras del general, «resulte imprescindible para el culto» sea requisado y embarcado en el L'Orient y la Serieuse.

Las joyas, objetos valiosos y las monedas del tesoro de la Orden y las iglesias son saqueadas; la plata es fundida en barras y embarcada. Unos días después Napoleón ya tiene una fortuna que se eleva a un cuarto de millón de libras. Posteriormente la Orden será expropiada de sus tierras y rentas.

Malta supone para Francia un eslabón crucial de su cadena de islas junto a las de Saint Pierre y Corfú, que permitirán a su armada cerrar el Mediterráneo a la armada británica y abastecer sus futuras conquistas. Sin embargo, en Francia no sentará bien en un principio, pues no todo el gobierno estaba al tanto de que Malta fuese un objetivo. Napoleón tendrá que justificar su ocupación a Talleyrand, ministro de Asuntos Exteriores francés.

Bonaparte deja en Malta una guarnición de 4.000 soldados, aunque recluta 600 habitantes con los que forma la Legión Maltesa, que se embarcará con el Ejército de Oriente.

El 18 de junio, Napoleón abandona la isla. Pronto el Almirantazgo británico sabrá donde se encuentra la flota francesa y enviará tras ella a la escuadras de Nelson y del almirante Jervis, que estaba en el puerto de Gibraltar dispuesta a cerrar el paso del Estrecho.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Toma de Malta (1798) (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!