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Trainspotting



Trainspotting es una película británica de 1996 dirigida por Danny Boyle y basada en la novela homónima escrita por Irvine Welsh.[1]​ Narra la punzante historia de un grupo de jóvenes heroinómanos de los suburbios de clase baja de Edimburgo, que no tienen aspiración alguna por la vida salvo drogarse o conseguir dinero sucio. El único que aparenta poder escapar de este destino autodestructivo es su protagonista, Mark Renton. Tiene una secuela llamada T2: Trainspotting, estrenada en 2017.[2]

La película empieza con un monólogo de Mark Renton (Ewan McGregor), mientras él y su amigo Spud (Ewen Bremner) corren por Leith perseguidos por unos guardias de seguridad. Renton declara que, a diferencia de la gente que «escogió una vida» (hijos, estabilidad financiera y posesiones materiales), él eligió vivir como un heroinómano. El círculo cercano de Renton de amigos futbolistas son presentados: el amoral Sick Boy (Jonny Lee Miller), el atlético y apuesto Tommy (Kevin McKidd), el ingenuo y afable Spud y el violento sociópata Francis Begbie (Robert Carlyle). Sick Boy, Spud y Renton son totalmente heroinómanos, y pasan todo el tiempo inyectándose heroína ofrecida por su amigo Swanney (Peter Mullan).

Un día, Renton decide abandonar la heroína. Dándose cuenta de que él necesita algo más intenso para pasar el mono, compra supositorios rectales de opio, vendidos por Mikey Forrester (Irvine Welsh). Después de una última dosis (y una violenta diarrea), se encierra en un hotel barato para resistir la abstinencia. Más tarde, tras fallar en su intento de resistir la abstinencia, va con sus amigos a un club, aflorando su nuevo deseo sexual, y finalmente flirtea con una joven mujer, Diane (Kelly Macdonald). Después del sexo, Diane no lo deja dormir en su cuarto y pasa la noche en un sofá en el corredor fuera de la habitación. En la mañana, se da cuenta de que Diane es una colegiala adolescente y que sus supuestos compañeros de piso son realmente sus padres. Horrorizado, Renton intenta evitar un incidente, pero sigue siendo amigo de Diane.

Tommy es abandonado por su novia Lizzy después de una cadena de sucesos, que sin darse cuenta, había sido iniciada por Renton. Renton había tomado prestado una de las cintas caseras de sexo personal de Tommy y Lizzy, escondida en una caja de vídeo de fútbol. Furiosa, Lizzy cree que Tommy había devuelto la cinta a la videoteca por error. Sick Boy, Spud y Renton deciden regresar a la heroína, y un desconsolado Tommy también entra en la droga, a pesar de la reticencia de iniciarlo en la heroína. Un día, en la habitación de Swanney, el grupo inducido por la heroína es violentamente interrumpido cuando Allison, su amiga y adicta, descubre que su bebé, Dawn, ha fallecido debido a una sobredosis traspasada de su madre a él durante la lactancia. Todos están horrorizados y afligidos, especialmente Sick Boy, de quien se insinúa que es el padre de Dawn y para superarlo, se vuelven a drogar. Renton y Spud son luego capturados por robar una tienda de libros, una escena vista al inicio de la película. Debido a condenas previas, Spud va a prisión, pero Renton evita el castigo entrando al Programa de Intervención de Drogas, donde se le da metadona. A pesar del apoyo de su familia y amigos, Renton se siente constantemente depresivo y aburrido de su vida y escapa a la habitación de Swanney, donde casi muere por sobredosis. Los padres de Renton lo llevan a casa y lo encierran en su vieja habitación para que se enfrente a la adicción súbitamente. Cuando Renton trata de dormir en su cama, empieza la etapa severa de los síntomas de la abstinencia: delira con que ve a Begbie en su cama, a Diane cantándole, a su amigo Tommy hablándole drogado, a su amigo Spud encandenado y al bebé muerto de Allison gateando en el techo. La abstinencia de la heroína es entrecortada con un extraño e imaginario programa de televisión de juegos en vivo en donde el presentador, Dale Winton, pregunta a los padres de Renton sobre el VIH. Renton es finalmente despertado de las pesadillas y alucinaciones por sus padres, quienes le dicen que debe hacerse la prueba. Aún con los años que llevaba compartiendo jeringas con otros adictos, el examen de Renton sale negativo.

Pese a estar limpio de todo eso, Mark se siente aburrido y algo angustiado, creyendo que su vida no tiene propósito. En eso visita a Tommy, quien ahora ha caído mucho más allá de la adicción, viviendo solo, triste, con VIH y en una habitación oscura y mugrienta.

Más tarde Diane decide visitar a Renton. Ella termina siendo la voz de la razón en toda esta historia, ya que gracias al consejo que ella le entrega, Renton se muda a Londres y empieza a trabajar como un agente de alquiler de propiedades. Comienza a disfrutar su vida de sobriedad y ahorra dinero, mientras le manda cartas a Diane. Su felicidad no dura mucho: Begbie comete un robo armado y llega a la habitación londinense de Renton en busca de un lugar donde pueda esconderse de la policía. Sick Boy, quien ahora trabaja como un proxeneta bien informado y vendedor de drogas, también se muestra en la puerta de Renton. Los «amigos» de Renton empiezan a arruinar su nueva vida, robándole y destrozando su habitación. Para poder deshacerse de ellos, éste les da una propiedad de la que él es responsable pero que ellos la usarían para robar. No tardaría mucho para que los echen de allí. De pronto, llega una noticia lamentable: Tommy acababa de morir por toxoplasmosis y viajan de vuelta a Edimburgo para asistir a su funeral.

En el responso se encuentran con Spud, quien ya había salido de prisión tiempo antes. Terminado esto, Sick Boy propone a los muchachos restantes una provechosa -pero peligrosa- transacción de heroína en Londres. Este necesita la ayuda de Renton para suministrar la mitad de las 4.000 libras esterlinas necesarias para llevar a cabo el negocio. Después de la adquisición, y mientras iban en el autobús camino a Londres, Renton se inyecta una dosis de heroína para verificar su pureza. Luego, los cuatro venden la heroína a un traficante por 16.000 libras esterlinas. Tras el éxito de su misión, van por la tarde a un bar a celebrar, y en eso discuten posibles planes para el dinero. Cuando Begbie deja a la orden otra ronda de cervezas y Sick Boy va al baño, Renton sugiere a Spud tomar juntos el dinero y largarse. A Spud le atemoriza la idea de querer robarle a sus amigos pero Renton cree que Sick Boy y Begbie no se merecen el dinero. Terminan simplemente no llevándoselo cuando, de pronto, Begbie se desquicia y protagoniza nuevamente una riña en el susodicho bar, dejando incluso herido a Spud.

Mientras amanecía, cuando todos están durmiendo (en la misma habitación del hotel donde hicieron la transacción), Renton decide tomar sigilosamente el dinero y marcharse solo. Spud, con vendajes en la mano, lo ve irse pero no se lo dice al resto. Tras darse cuenta de que le robaron, Begbie enloquece de ira y destroza la habitación del hotel donde estaban alojados, lo que por supuesto atrae a los policías. Spud y Sick Boy sólo estaban afuera oyendo todo, por lo que también optan por irse y dejarlo solo.

La película finaliza con Renton caminando por un puente londinense mientras está amaneciendo, cuenta su futuro y en la última escena sale Spud recogiendo el dinero (4.000 libras esterlinas) que Renton le dejó en una consigna de la estación de autobuses.

La película causó controversia en su tiempo, ya que se decía que fomentaba el uso de drogas entre la juventud. Fue un auténtico bombazo tanto por su estética como por su contenido, pues rara vez se había tratado de un modo tan crudamente humano el tema de las drogas.[3][4]

La película está basada en la novela Trainspotting de Irvine Welsh, quien aparece interpretando en la película a Mikey Forrester, un punk traficante de heroína que vive en una habitación con tan solo un colchón.[1]

El título Trainspotting tiene un doble significado: por un lado hace referencia a un pasaje del libro en el que Begbie y Renton conocen a un borracho en la estación de trenes. Begbie y Renton usan la estación para hacer sus necesidades y el borracho les pregunta, intentando hacer un chiste, si están haciendo trainspotting. Por otra parte, hace referencia al argot escocés en donde el término trainspotting significa 'buscar una vena para inyectarse droga'. El término anglosajón trainspotting se utiliza para referirse a la afición relativamente popular en el Reino Unido de observar trenes; este hobby es similar al planespotting, que tiene por objeto observar aviones.

Trainspotting es considerada una de las películas de culto de fin de siglo. Algunos hasta le han llamado "La Naranja Mecánica de los noventa".[5]

En 2017 se estrenó la secuela de Trainspotting, que tiene lugar veinte años después de la película original.[2]

Los primeros 20 minutos de Trainspotting fueron reeditados con un diálogo alternativo. Por el fuerte acento escocés y el lenguaje de los personajes, los productores decidieron que la audiencia norteamericana tendría dificultad para entenderlo. El diálogo original se rescató en la edición para laserdisc en 1997 y después en la reedición de director en DVD en el 2004.

Vol. #1

Vol. #2

Trainspotting fue candidata a tres Premios de la Academia de Cine Británica en 1995, incluyendo a John Hodge al Mejor Guion Adaptado, Mejor Película y Mejor Película Británica. Hodge ganó en su categoría.[6]​ Hodge también ganó el premio al Mejor Guion de los premios de cine británicos Evening Standard. La película ganó el Space Needle de Oro (el premio a la mejor película) en el Festival Internacional de Cine de Seattle en 1996. Ewan McGregor fue candidato al Mejor Actor del London Film Critics Circle, de los Premios BAFTA Escocia y de la revista Empire. Hodge también fue candidato al Premio de mejor guion adaptado de la Academia, pero perdió frente a Sling Blade de Billy Bob Thornton.



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