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Tranvía de Parla



El tranvía de Parla es la línea tranviaria de la ciudad madrileña de Parla. En ocasiones se clasifica como la línea ML-4 del Metro Ligero de Madrid.[1]​ Se compone de una línea circular que pasa por 15 paradas (cuatro de ellas dobles) distribuidas por 8,3 km de vía.

La línea emplea el ancho de vía internacional de 1435 mm y es explotada con tranvías Citadis 302, fabricados por Alstom. De su explotación se encarga una UTE cuyo accionariado se compone de Global Vía, con un 85 % de las acciones, y CCM, que posee el otro 15 %.

El proyecto del tranvía fue impulsado por la administración local de Parla del alcalde Tomás Gómez Franco, y se presentó a los ciudadanos en 2003 con un VHS repartido por el Ayuntamiento, como futuro medio de trasporte ecológico para el municipio. Las obras comenzaron en septiembre de 2005 con un proyecto inicial que preveía contar en un principio con 17 paradas repartidas en cuatro fases.[2]​ Aunque después se producirían algunas pequeñas modificaciones.

En abril de 2007 se empiezan hacer las primeras pruebas de circulación con los tranvías, en pequeños tramos. Días antes de la inauguración del tranvía, el ayuntamiento repartió unos DVD con su presentación, acompañado de un bono de 10 viajes, además de una gran campaña de márquetin, para dar a conocer el nuevo medio de trasporte público del municipio. El tranvía de Parla se inauguró el 6 de mayo de 2007, al acto acudieron el alcalde de Parla, Tomás Gómez; Rafael Simancas; Miguel Sebastián; y Esperanza Aguirre.[3]​ Entrando en funcionamiento la fase I, que comprendía el tramo entre Plaza de Toros y Parque de Parla Este pasando por la estación de tren.[4]​ La fase II, entró en funcionamiento el 8 de septiembre del mismo año, la cual comprendía el tramo entre Avenida Sistema Solar y Polígono Industrial Ciudad de Parla. La fase III llegaría el 22 de mayo de 2008, consistió en la unión de ambos tramos por sus extremos, creando una sola línea circular, completando el recorrido actual. Y la fase IV, nunca llevada a cabo, suponía la creación de un intercambiador con Cercanías en la parada de Parla Norte que se prevé este construida en 2022.[5]

En un principio se preveía la construcción de otras dos líneas circulares:

Sin embargo, las zonas a las que debían servir estas líneas nunca fueron desarrolladas por lo que el tranvía tampoco lo fue.

El recorrido de la línea es circular y tiene doble vía para poder iniciar la marcha en ambos sentidos. Tras salir de las cocheras los tranvías se dirigen hacia la plaza de toros, donde se juntan con la calle Julio Romero de Torres para luego separarse en dirección a la calle Real, que siguen entera hasta llegar a la avenida Juan Carlos I. La línea sigue por la avenida hasta que, cerca del colegio Ciudad de Mérida, cambia a la calle Reyes Católicos, por donde sigue hasta la calle Felipe II, que toma brevemente para luego circular por la Avenida del Sistema Solar. Al llegar a la calle del Planeta Tierra gira hacia el este para luego ir al norte por la avenida de las Estrellas. Sigue por toda la avenida hasta llegar al polígono industrial Ciudad de Parla donde, tras ir brevemente por la calle Atenas, sigue por campo abierto hasta cerrar el círculo.

El recorrido en sentido horario es igual excepto en la zona de Parla Este, donde en lugar de ir por la avenida de las Estrellas lo hace por la de los Planetas. Las cuatro paradas de esta zona son por tanto dobles, indicando al final del nombre el sentido que se toma desde ellas.

El horario es de 4:45 a 0:45 todos los días. Las frecuencias dependen del día, la hora y el sentido de la vía.

A febrero de 2020, el billete sencillo cuesta 1,30 € y el billete de diez viajes cuesta 8,50 €, el mismo precio que los autobuses urbanos del municipio. Además, acepta cualquier abono mensual o anual de zona B2 o superior. El abono mensual B2, que también permite llegar a Madrid por autobús o tren de cercanías, cuesta 72 € para el perfil normal (de 26 a 64 años).

La línea opera con tranvías modelo Citadis 302 de Alstom, el mismo que se emplea en el Metro Ligero de Madrid y en los tranvías de Barcelona (Trambaix y Trambesòs), Tenerife o Murcia. El decorado de estos es verde, color elegido por ser un medio de trasporte ecológico. Tienen capacidad de 220 viajeros, piso bajo continuo, y pasillo de comunicación entre los módulos.

Los tranvías se guardan y mantienen en las cocheras situadas al norte de la ciudad, cerca de la plaza de toros, donde también están las oficinas de la empresa.

Durante el primer año de funcionamiento el tranvía de Parla registró 2 350 000 pasajeros y en el segundo 3 800 000 pasajeros, llegando a 5 000 000 de pasajeros en 2011, con una utilización promedio de 14 000 pasajeros diarios. Esta cifra de pasajeros es muy baja comparada con los estándares internacionales, puesto que líneas tranviarias suelen transportar hasta 10 veces dicha capacidad de pasajeros. Por poner un punto de comparación, la única línea de tranvía de Zaragoza movió en año 2015 a 28 millones de pasajeros.

El índice de satisfacción en la encuesta realizada en el 2012 mostró una calificación de un 8,64 sobre 10.

El mismo proyecto recibió críticas, ya que Parla en la actualidad es una ciudad dormitorio del sur de Madrid, donde la mayoría de los desplazamientos diarios son hacia el trabajo en las ciudades colindantes debido al escaso tejido industrial y terciario que ofrece la ciudad, con lo que se hace necesario en la actualidad mejores conexiones externas. Además el trazado y línea actual no permite conectar con todos los barrios de la ciudad como La Laguna o el Hospital del Sur, que se suponía iban a conectar las futuras ampliaciones.

Sus defensores argumentan que, gracias al tranvía, toda Parla está conectada a los trenes de cercanías que cubren los desplazamientos a la capital y que permiten una mayor facilidad en los desplazamientos internos que fomentan el comercio, la industria y la consolidación del terciario urbano.

Los críticos de este medio de transporte aseveran que Parla no tiene la masa crítica necesaria de ciudadanos para que se justifique un sistema tranviario, afirmando que en su lugar se podía haber resuelto las necesidades de movilidad con otros medios de transporte como el autobús, sin incurrir en tales gastos de inversión ni en los altos costos de operación que han mostrado la dificultad de sostenibilidad financiera por parte del Tranvía de Parla.

Otro de los aspectos criticados es el sobrecoste del proyecto. Según el Tribunal de Cuentas el proyecto se desvió en un 38% sobre el presupuesto original. Además, en diciembre de 2017 Parla tenía una deuda de 433 millones de euros, de los cuales alrededor de 256 millones de euros corresponden al tranvía.[8]



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