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Un techo para mi país



Techo, antes conocida también como Un Techo para mi País (UTPMP), es una organización latinoamericana sin fines de lucro liderada por jóvenes de distintos países de América Latina y el Caribe. La organización se dedica a promover la toma de conciencia entre menores de treinta años respecto a lo importante que es que los más necesitados cuenten con una vivienda. Hace especial énfasis en los asentamientos marginales para mejorar su calidad de vida y lleva a cabo programas de habilitación social. En 2011 había construido más de 78.000 viviendas de emergencia y contaba con más de 400.000 voluntarios.[1]

La organización nació en Chile en 1997 por iniciativa de pocos jóvenes universitarios, encabezados por el sacerdote jesuita Felipe Berríos S.J., en dicho país posteriormente fue llamada «Un Techo para Chile», internacionalizándose en el resto de Latinoamérica como «Un Techo para mi País» -y el nombre del país- (Un Techo para mi País Colombia, Un Techo para mi País Honduras, entre otros). En 2012, la organización decide unificar la marca, y pasa a llamarse «TECHO» en todos los países donde tiene presencia. La organización abarca como primera fase de su intervención en las comunidades la construcción de viviendas de emergencia mediaguas, en segunda instancia la etapa de "habilitación social" (micro créditos, educación, bibliotecas, capacitación, organización comunitaria, entre otros), y finalmente busca comunidades auto-sustentables con la construcción de barrios con viviendas definitivas, y un modelo de trabajo donde la comunidad no necesite de la intervención directa de la organización.

Techo está orientada a superar la extrema pobreza, a través del trabajo de jóvenes voluntarios y personas que habitan asentamientos precarios, quienes en un trabajo conjunto, buscan soluciones concretas para obtener un hábitat digno y así combatir la desigualdad social. Con la implementación de un modelo de intervención por etapas y enfocado en el desarrollo comunitario, se busca a través de la ejecución de diferentes planes, construir una sociedad justa y sin pobreza, donde todas las personas tengan la oportunidad de desarrollar sus capacidades, ejercer y gozar plenamente de sus derechos.

Techo está presente en 19 países de América Latina:[1]Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, y cuenta con una oficina de consecución de recursos en Miami y Nueva York, Estados Unidos así como también en Londres, Inglaterra y otros países de Europa.[cita requerida]

En 2006, en Chile, la Fundación adquiere el estatus de Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS), otorgado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

«Un Techo para mi País» fue el nombre con el que nació la organización latinoamericana que a partir de junio de 2012 pasó a denominarse «Techo». Esta organización nació en Chile en 1997 como una extensión natural del proyecto «Un Techo para Chile», con el que comparte la visión y los valores. Se organizan en una oficina central, con conceptos básicos claros, una forma común de trabajo y un mismo espíritu. En cada lugar se encarna el proyecto tomando los desafíos propios de la pobreza de cada país.

Durante la segunda mitad del siglo XX fue frecuente en Chile el surgimiento de asentamientos informales —conocidos como poblaciones callampas, por su rápido crecimiento— en la periferia de los principales centros urbanos.

En 1990, luego del fin de la dictadura militar, la población que estaba bajo la línea de pobreza en el país (determinada por el ingreso mínimo necesario por persona para cubrir el costo de una canasta básica individual de necesidades alimentarias y no alimentarias)[2]​ rondaba al 40%, según lo registrado por la encuesta Casen.

"Un Techo para Chile" nació el 18 de julio de 1997 bajo el nombre "2000 mediaguas para el 2000", cuando el sacerdote Felipe Berríos SJ fue invitado por 3 estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile a acompañar a jóvenes a construir mediaguas en las comunidades de Curanilahue y Lebu, en la Región del Biobío.

Tras esa primera experiencia, se fijó la meta de construir "2000 mediaguas para el 2000" (de ahí nace el nombre inicial). Con esa meta se movilizaron alrededor de 600 voluntarios en verano y en invierno, logrando alcanzar y superar lo propuesto en agosto de 1999, construyéndose 5701 viviendas básicas. En 2000 se fijó una nueva meta de construir 2000 mediaguas durante año, propósito que también se cumplió.[3]

Ese mismo año, el proyecto se expande por el país e instala oficinas en distintas ciudades del país, Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Rancagua, Talca, Chillán, Los Angeles, Temuco, Valdivia, Osorno y Puerto Montt. Al año siguiente, en 2001, se convierte en una fundación sin fines de lucro llamada "Un Techo para Chile". En esa época existían más de 1000 campamentos en todo Chile.[2]​ Paralelamente a su creación en Chile, se generarían experiencias similares en el extranjero tras los terremotos de 2001 ocurridos en El Salvador, y Perú, que se convertirían en la organización "Un techo para mi país".

Paralelo a todo este trabajo, y ante la experiencia recogida por el trabajo de voluntarios y pobladores de campamentos, surgen dos áreas claves dentro de la organización: Habilitación Social y Vivienda Definitiva. Ambas áreas entienden la necesidad de desarrollar y entregar a las familias herramientas integrales, donde la participación de ellas mismas es la clave para lograr un avance en su propia realidad.

En 2006 la fundación adquiere el estatus de Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS), otorgado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En 2007, la cifra de campamentos en Chile era de 533, la mitad de los que había en 2001.[4]

A partir de la consolidación de este modelo de trabajo, la fundación se plantea una meta mucho más grande que las anteriores: erradicar todos los campamentos de Chile en su Bicentenario. De esta urgencia es que nace el lema “2010 sin campamentos”, explicitando que los jóvenes no permitirán que en el año en el que se celebran 200 años de independencia, sigan viviendo familias en campamentos.

Desde el año 2010, la ONG comienza a trabajar con voluntarios en las villas de blocks, viviendas sociales entregadas por el Gobierno de Chile durante las décadas del 80' y 90' en la periferia sin la conexión a servicios básicos y que se han convertido en verdaderos campamentos de cemento, guetos de delincuencia y narcotráfico producto de la ausencia de los servicios del Estado.

En 2011 Techo firmó una alianza de cooperación por cinco años con la Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús (FLACSI), con el objeto de establecer un espacio de colaboración entre las Instituciones.[5]

Para conseguir financiamiento lo hacen a través de donaciones tanto de personas como empresas incluyendo algunas campañas institucionales novedosas.[6]

TECHO ha apoyado diferentes países que sufrieron catástrofes como terremotos. Fue el caso del terremoto de Perú de 2007,[7]​ el terremoto de Haití de 2010, el terremoto y tsunami de Chile o la tormenta tropical Agatha a su paso por en Guatemala, ambos también en 2010.

Así, fue una de las primeras instituciones que reaccionó para ayudar a Haití después del terremoto de 2010[8]​ y luego recibió del BID fondos para construir 10 000 viviendas en ese país.[9]​Al terminar el año 2010 se habían construido 826 viviendas en ese país.[10]​ Tras el terremoto que afectó a Chile el 27 de febrero de 2010, la fundación se puso como meta construir más de 20.000 viviendas en la zona catastrada. Para ello se unió con otras fundaciones y con el Gobierno en una campaña solidaria llamada "Chile ayuda a Chile", que logró recaudar $45.974.813.684 (USD $88.413.103).[11]

El trabajo de la fundación es realizado mediante 5 etapas que apuntan a la obtención de un nuevo barrio, el cual actúa como vehículo para ir desarrollando todas las áreas de una comunidad.[12]

Desde el 2007, la organización cuenta con una área de vivienda definitiva que busca entregar soluciones habitacionales a familias que viven principalmente en campamentos. A julio de 2019, TECHO-Chile ha entregado 92 proyectos de vivienda definitivas para 7.638 familias a lo largo del país.

El Centro de Investigación Social (CIS) se define como "un espacio de reflexión, debate e investigación donde es posible generar información y nuevos conocimientos relacionados con la pobreza, sus causas, problemas y posibles soluciones". Se forma inicialmente con la intención de profundizar el trabajo en campamentos y barrios, a partir del levantamiento de información relevante sobre estos, además de la producción de actividades que apunten a la reflexión de temas afines a pobreza y extrema pobreza.[cita requerida]

En los últimos años ha ido reorientando su accionar, para reforzar la misión de ser un referente de opinión en la sociedad chilena, a partir de las experiencias de trabajo conjunto con los pobladores de campamentos y barrios del país. Así, se apunta a establecer un diálogo concreto con el sector público y una discusión más profunda respecto de las políticas públicas, poniéndose a disposición del país testimonios y propuestas que puedan ayudar a mejorar y construir los proyectos sociales en Chile, destacando siempre como eje principal las necesidades de los potenciales beneficiarios, quienes son las familias más vulnerables de nuestra sociedad.[13]

La creación del Centro de Innovación, nace para dar respuesta a un fenómeno propio de la exclusión que afecta a los sectores más vulnerables de Chile, denominado “Castigo de la pobreza”. Y es que este grupo al tener tan bajos recursos, no han sido considerados consumidores de valor por parte de las empresas, y por tanto, no se han desarrollado soluciones privadas a la medida de sus necesidades y capacidad de pago.[cita requerida]

Un Techo para Chile y su Centro de Innovación, ha sido uno de los principales promotores de este cambio de paradigmas, teniendo como objetivo democratizar los avances tecnológicos y científicos para los grupos de menores recursos. Ha logrado generar y catalizar productos y servicios rentables desde el sector privado, para dar soluciones sociales revolucionarias que están colaborando con la superación de la pobreza.[cita requerida]

Durante los años 2006, 2007 y 2008 se recaudaron $2.939.632.919, fundamentalmente por donaciones de empresas y particulares.[14]

En 2004, una mediagua construida por los voluntarios de la fundación fue instalada sobre un pilar frente del Palacio de La Moneda, sede del Presidente de la República en Santiago, intentando llamar la atención de transeúntes, conductores, y autoridades.

En junio de 2015, TECHO-Chile reciben una donación valor 150 millones de pesos chilenos del Banco Santander.[16]

Ha recibido múltiples premios y reconocimientos,[17]​ siendo los más importantes:

Precaria es un concepto sugerido en el marco de TECHO con el que se designa alegóricamente a un país imaginario, el cual estaría habitado por todos los pobres de América Latina para señalar la magnitud de esta situación contrapuesta a las ideas constitucionales pertinentes y el sistema de derechos humanos del derecho internacional (como las Metas del Milenio).

Este término ha sido empleado por la escritora Isabel Allende, la entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet y Bernardo Kosakoff,[31]​ entre otros, para crear consciencia de la pobreza en América Latina y poner de relieve la insuficiencia de los índices con los que se evalúa la satisfacción de las necesidades básicas del individuo, y por ende la precariedad. Recientemente Bernardo Kliksberg, coautor de Primero la gente junto al premio Nobel de economía Amartya Sen, se ha sumado a la campaña “Precaria: un país que nadie conoce” como una forma de combatir adecuadamente la pobreza en la región.[32]

Este concepto se utiliza para distinguir una condición de pobreza que correspondería a una población de 180 millones de personas, lo que la convertiría en el segundo país a nivel poblacional de la región latinoamericana luego de Brasil. Falta de acceso a oportunidades y deterioro de la autoestima causada por la precariedad son factores que no son detectados por los índices tradicionales de desarrollo. Por ello dentro de este paradigma se establece un índice de dignidad, que atiende al respeto a la dignidad humana.

En el marco de esta categorización, se considera que la población de Precaria es mestiza y se encuentran entre otros a “2 millones de chilenos, 1 millón de costarricenses, 6 millones de bolivianos, 4 millones de nicaragüenses y 5 millones de hondureños”.[33]

Entre los embajadores de Precaria se encuentran Michelle Bachelet, directora de ONU Mujeres, la escritora Isabel Allende y Bernardo Kosakoff, exdirector de CEPAL.[31]

Entre las carencias materiales que se padecen en “Precaria” son la falta de agua potable y de servicios básicos, y la falta de vivienda adecuada. Esta metáfora se vincula estrechamente a la organización internacional de “Un techo para mi país”, que encuentra voluntarios y actividades regulares en casi todos los países de la región. Para que Precaria achique sus fronteras, la sociedad civil se convoca y reúnen fondos y trabajo voluntario de modo de lograr una numerosa cantidad de casas en poco tiempo en diversas ciudades y pueblos de América Latina.

Luego del terremoto de febrero de 2010, el alcalde de Arauco, Mauricio Alarcón, no autorizó a los voluntarios de la organización a construir mediaguas en la localidad de Llico, debido a que a su juicio eran viviendas "indignas" por no tener "filtros (para la humedad)", y además porque dichas soluciones habitacionales podían derivar en campamentos definitivos.

Asimismo, miembros de la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile plantearon que se podrían construir mejores viviendas al mismo precio.[35]​ El capellán de "Un techo para Chile", Felipe Berríos, desestimó las críticas; acusó de "falta de ética" al edil de Arauco por no permitir que las familias tengan viviendas de emergencia,[36]​ y planteó que la opción más barata de construcción era la mediagua.[35]

La Intendenta de la Región del Biobío, Jacqueline van Rysselberghe, declaró que la construcción de las mediaguas había sido muy lenta, ya que a casi un mes del terremoto del 27 de febrero de 2010, se habían levantado poco más de 250 viviendas, de un total de 15 mil solicitadas.[37]

En 2004, una mediagua construida por los voluntarios de la fundación fue instalada sobre un pilar frente del Palacio de La Moneda, sede del Presidente de la República en Santiago, intentando llamar la atención de transeúntes, conductores, y autoridades.

En junio de 2015, Techo Chile reciben una donación de 150 millones de pesos chilenos del Banco Santander.[39]



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