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Valderrobres



Valderrobres (Vall de Roures en catalán)[3]​ es una localidad y municipio español de la provincia de Teruel y capital administrativa de la comarca de Matarraña, en Aragón. Por Valderrobres pasa el río Matarraña.

Este pueblo figura en la lista de la asociación Los Pueblos más Bonitos de España.[4]

Se encuentra situado en una colina, y a sus pies pasa el río Matarraña. Rodeado de altas montañas y de pinares. Una de estas elevaciones es Peña Aznar o La Caixa, con forma de mesa (1014 m.). De entre los elementos que definen el paisaje de Valderrobres, pocos son tan característicos como esta roca con forma de antigua caja de caudales, visible desde casi cualquier punto del territorio.

La historia asociada a la localidad es muy antigua. En el término municipal de Valderrobres abundan los yacimientos arqueológicos, que entre otras cosas son testigos de la fuerte presencia íbera en estos territorios. El más destacado de todos es el de torre Gachero, donde aparecieron varias estelas sepulcrales, pertenecientes al siglo I o II antes de Cristo y que se conservan en el museo de Teruel.[5]

La reconquista de Valderrobres se produjo entre los años 1165 y 1170, siendo fruto de la colaboración entre el rey Alfonso II de Aragón y diversas órdenes militares. Acabada la reconquista, Alfonso II en su documento de donación al arzobispado de Zaragoza, llama al valle en el que hoy se asienta Valderrobres “Valle de la peña Aznar Lagaya” definiendo con ella todo el territorio.

En los siglos posteriores, La Caixa ha ido acumulando leyendas e historias a su alrededor y ha sido desde refugio de pastores hasta objeto de culto pagano, llegando hasta el presente y siendo el mejor testimonio de las raíces más antiguas de Valderrobres y también de Beceite, municipio vecino, que comparte la mitad de la peña con el municipio valderrobrense. Poco después, en 1175, estas tierras fueron dadas como feudo al obispado de Zaragoza, quien de inmediato las subenfeudó a Fortún Roberto, otorgándose la carta de población en 1183.

Tras la extinción de la línea sucesoria de Fortún Roberto, a la muerte de Pedro López de Oteyza se produjo un litigio entre el obispo de Zaragoza, Jimeno de Luna y el rey Jaime II de Aragón, que se solucionó el 26 de junio de 1307 acordándose que, previo pago de una compensación económica, las tierras de Valderrobres regresarían a la jurisdicción del obispado de Zaragoza, permaneciendo así hasta la disolución del régimen señorial del siglo XIX.

Amurallamiento de Valderrobres y construcción del puente de piedra y del hospital. 1383-1411. Pasó largas temporadas en el castillo.

Entre los meses de octubre y diciembre del año 1429 Valderrobres albergó sesiones de Cortes del Reino de Aragón, presididas por Alfonso V. La cita fue excepcional, ya que estos actos solían celebrarse en villas de realengo, pero la necesidad de buscar un lugar cercano a las fronteras con Cataluña y Valencia, donde también se celebraban reuniones similares, posibilitó este importante evento. La mayoría de las reuniones tuvieron lugar en el interior de la iglesia (por su amplitud), pero las reuniones de los estamentos sociales se celebraron en el castillo y en la casa de Gabriel Fuster.

Hacia la mitad del siglo XVI Valderrobres vivió uno de los momentos más duros de su historia, ya que debido a la Sublevación de Cataluña en 1640 (apoyada por Francia) se convirtió en zona de frontera, donde se refugiaron catalanes que huyeron del conflicto, pero donde se asentaron las tropas reales, lo que propició los ataques de los ejércitos franco-catalanes, que llegaron hasta Fuentespalda. La guerra a su vez provocó grandes pérdidas económicas (por confiscación de bienes) y fuertes epidemias (con la última gran epidemia de peste bubónica).

Entre los meses de marzo y abril de 1656, Valderrobres albergó el Sínodo Diocesano de arzobispo de Zaragoza que fue un encuentro presidido por el arzobispo Fray Juan Cebrián y al que asistieron todos los altos cargos del arzobispado y de la Seo de Zaragoza, además de los cabildos de las colegiatas y muchísimos clérigos. Las reuniones se celebraron en el interior de la iglesia, mientras que los asistentes más importantes se hospedaron en el castillo y el resto en el palau, el hospital y otras viviendas particulares. Las sesiones sirvieron para aprobar entre otras cosas las constituciones sinodales.

Valderrobres y la comarca del Matarraña vivieron con mucha intensidad el conflicto carlista, tanto por la fragmentación social que había como por la intervención de tropas ajenas al territorio, especialmente durante la primera guerra carlista (1833-1840). El pueblo cambió varias veces de manos y los muertos se multiplicaron. La presencia de los mandos militares fue habitual, siendo aquí, donde el general Ramón Cabrera se enteró de la ejecución de su madre, juró venganza y ordenó una represalia ejemplar, que finalmente quedó rebajada al fusilamiento de tres mujeres en el huerto del Martinete.

El anarquismo arraigó con mucha fuerza en Valderrobres y la comarca del Matarraña. Tanto es así que el 8 de diciembre de 1933, tras conocerse los resultados electorales de noviembre confluyeron en la localidad cientos de anarquistas de toda la zona, que neutralizaron a las autoridades, quemaron los archivos, proclamaron la revolución y colocaron la bandera roja y negra en la Casa Consistorial, tras lo cual intentaron asaltar e incendiar el cuartel de la Guardia Civil. Los incidentes finalizaron con la llegada del Regimiento "Almansa" y la detención de los miembros del Comité Comarcal.

Se entra al casco antiguo por un puente gótico sobre el Matarraña, pasando por el portal de San Roque, pieza fundamental de su arquitectura e imagen. La construcción del puente parece estar asociada a la de sus murallas, así que podríamos fechar el inicio de las obras para construir el mismo en torno a 1390, con la petición que el arzobispo García Fernández de Heredia hace ante Juan I para construir dichas fortificaciones. Mucho más difícil sería afirmar con seguridad la fecha de su conclusión, seguramente a principios del siglo XV y estando Valderrobres bajo la prelatura de Dalmao de Mur responsable también de las plantas más altas de nuestro castillo. Se trata de un puente completamente medieval, de cuatro agujeros, extremadamente sólido y provisto de tajamares en forma de cuña pensados para protegerlo de fuertes riadas y evitar la acumulación de troncos. En el siglo XVI se asienta sobre su último tramo el ayuntamiento, modificando por tanto el aspecto del puente en su tramo final al conectar con la plaza. El puente atraviesa la antigua puerta principal de acceso al recinto amurallado. A finales del siglo XVI este portal fue consagrado a San Roque, patrón de la población, quedando hoy en día como uno de los portales mejor conservados de todo el conjunto.

De finales del gótico, con la clásica logia aragonesa (galería exterior, techada y cubierta por delante) en la parte alta.

Se trata de un edificio inspirado en el ayuntamiento de Alcañiz, aunque aquí se añadiría una lonja con fines comerciales además de los administrativos y judiciales que ya poseía de por si el edificio. Se construye bajo las órdenes del maestro Antonio de Champanach dentro del estilo manierista y se termina en 1599, fecha que aparece esculpida en piedra en el escudo de la fachada.

Pese a ser uno de los edificios más antiguos de Valderrobres, esta imponente construcción situada a los pies del castillo es también uno de los que más ha sido transformado por el paso del tiempo. Los primeros documentos que lo mencionan datan del siglo XVI, pero es muy posible que estuviera en pie desde principios del XV.

Su función original era la de servir como sede para la recaudación de impuestos y era, al igual que el castillo, propiedad del arzobispo de Zaragoza. Esta relación con el castillo dio lugar a ciertas peculiaridades en su construcción, como el hecho de estar la planta baja adosada a la montaña y tener un túnel de comunicación, posiblemente secreto, para llegar hasta el mismo.

En el mismo edificio que el “palau” aunque probablemente diferenciados, se encontraba el antiguo hospital. Una suerte de albergue para pobres propiedad de la iglesia que estuvo funcionando en estas dependencias desde el siglo XVI hasta el XIX, cuando por causa de la desamortización pasa a manos del ayuntamiento perdiendo progresivamente dicha función. Con el paso del tiempo y ya entrado el siglo XX, la función del edificio sería la de albergar las escuelas municipales, lo que se mantendría durante varias décadas, quedando después como almacén municipal. Hoy en día lo que fue el edificio de “el palau” es en buena parte propiedad privada, quedando la parte de propiedad municipal a la espera de albergar proyectos de interés comunitario.

Destaca en Valderrobres la figura del castillo que lo corona, y cuya imagen se ha convertido en el rasgo más reconocible de cuantos lo definen. En 1931 fue declarado monumento nacional.

Inseparablemente unida a la figura del castillo-palacio, la iglesia de Valderrobres, levantada en honor a Santa María la Mayor es uno de los ejemplos de gótico levantino de la provincia de Teruel.

Al igual que en otras localidades de la Franja oriental de Aragón, la lengua de uso común entre los naturales del pueblo es un dialecto del catalán.[cita requerida]

Entre las festividades celebradas destaca San Antón, en honor a su patrón, el 17 de enero. El 17 de enero a las 00.00 para celebrar la festividad, se enciende una gran hoguera en la que arde el árbol de Navidad que se exponía en el pueblo. Esta fiesta es importante porque se rinde culto a los animales al bendecirlos pero también a las personas, ya que es un día para que familiares y amigos se junten y disfruten juntos de la festividad. El día está reconocido como fiesta local. Otras fiestas importantes son las fiestas de agosto.



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