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Vall de Laguar



Vista de la localidad

Vall de Laguart[1]​ (en valenciano y oficialmente La Vall de Laguar) es un municipio de la Comunidad Valenciana perteneciente a la comarca de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, España.

Situado a una media de 500 metros de altitud, se eleva entre dos sierras que conforman este hermoso valle. A un lado el Barranco del Infierno, maravilla natural, formada por el río Girona, que separa la Sierra de la Carrasca o de Ebo (de 1000 msnm) de la Sierra del Migdia y atraviesa todo el valle hasta llegar al embalse de Isbert. Al otro lado, como un auténtico caballo dormido, la Sierra del Cavall Verd o Sierra del Penyó (de 800 msnm de altitud), con multitud de fuentes y manantiales.

Se puede acceder a este valle a través de la salida 62 (Ondara) y salida 63 (Benisa), de la autopista AP-7 E-15 dirección Orba, Vall de Laguart.

Es uno de los valles del interior de la montaña de Alicante formado por los núcleos de Benimaurell (Poble de Dalt, «Pueblo de arriba»), Campell (Poble de Baix, «Pueblo de bajo»), Fleix (Poble d'Enmig, «Pueblo de Enmedio») —donde se sitúa el ayuntamiento— y Fontilles. Todos estos pueblos constituyen un solo municipio.

Limita con los términos municipales de Benichembla, Castell de Castells, Murla, Orba, Tárbena y Vall de Ebo.

El nombre proviene del árabe "Al-Agwar", que significa las cuevas.

La historia cristiana de Vall de Laguart se puede decir que empieza en el siglo XIII, bajo el gobierno del legendario Al-Azraq. Este caudillo se levantó en armas contra los ataques de la corona de Aragón; sublevación que supuso un gran obstáculo para las conquistas del rey aragonés Jaime I.

Al llegar las tropas de Jaime I a las puertas de su dominio, Al-Azraq firmó un tratado, por el que se acordó una tregua de tres años y el vasallaje al rey aragonés.

En otoño de 1247 Al-Azraq rompió la tregua porque las tropas cristianas presionaban los territorios de su señorío, pero a su alzamiento siguieron diez años de exilio. En 1276 encabezó de nuevo una gran rebelión. A finales de abril de 1276 y al frente de un ejército sitió la ciudad de Alcoy cuyas defensas habían sido reforzadas con un grupo de Caballeros del Rey D. Jaime. La ciudad se encomendó a San Jorge y en la batalla Al-Azraq fue muerto provocando la huida de sus seguidores. En julio del mismo año muere también Jaime I, su hijo Alfonso acabará con la rebelión entre 1277 y 1278.

Después de la pacificación de las montañas de la Marina, esta fue repartida entre los señores y guerreros catalanes y occitanos que acompañaban a Jaume I, quedando al margen del reparto los aragoneses salvo pequeñas excepciones. Pasados unos cuantos años. debido a la persecución de que eran objeto por parte de la iglesia católica, los moriscos más rebeldes levantaron los ánimos de otros moriscos más dóciles y profanaron la parroquia de Santa Ana. Por motivo de todos estos disturbios, el emperador Carlos I publicó un decreto que obligaba a todos los moriscos a bautizarse. Muchos de ellos para no salir de estas tierras y perder sus bienes, se vieron obligados a ello, lo cual provocó nuevos disturbios. Este hecho obligó a Felipe II, como medida de prevención que, por sorpresa, fuesen desarmados todos los moriscos de todos las villas y lugares del Reino de Valencia. Su hijo, Felipe III, escuchando los reclamos de los cristianos sobre los abusos y sacrilegios e indisciplina de los moriscos, dictó el famoso decreto de expulsión. De paso, debilitaba los territorios de la Corona de Aragón y su influencia en la corte, potenciando a Castilla.

Vall de Laguart fue último reducto de la sublevación de los moriscos valencianos. En noviembre de 1609, ante su debilidad se rindieron y fueron expulsados definitivamente y conducidos al norte de África. En el momento de la expulsión contaba en total con 180 casas de moriscos.[2]​ El 14 de junio de 1611, Vall de Laguart era repoblado mediante escritura de nueva repoblación, por agricultores procedentes de la isla de Mallorca, descendientes de los antiguos repobladores catalanes de las islas. En el Diccionario de Madoz (1845-1850) aparece la siguiente descripción:

Vall de Laguart alcanzó un máximo histórico en población en 1940, con 1658 habitantes, y desde entonces ha ido descendiendo.[2]​ Cuenta con una población de 846 habitantes (INE 2019).

La Vall de Laguar es un pueblo eminentemente agrícola. En algunas zonas la tierra se vuelve generosa, dotando a los bancales de gran fertilidad. En los aterrazamientos se recogen almendras, algarrobos, higos y aceitunas, pero sobre todo cerezas. En la primavera los cerezos en flor confieren al paisaje un delicado toque de color que da paso al verdor salpicado de rojo sangre de estos dulces frutos que tienen el sello de Denominación de Origen, Cerezas de la montaña de Alicante(Cireres de la Muntanya d'Alacant). Desafortunadamente, los ingresos por la venta de los frutos de la cereza y de la almendra, vienen declinando año tras año, debido a las compras en el extranjero por parte de los grandes comercios. En la última década, compensando la caída de ingresos por agricultura, ha venido tomando auge el turismo rural, lo que ha hecho que el valle se llene de alojamientos rurales de alquiler ( casas rurales, càmping, hotel) desde donde disfrutar de las maravillas que ofrece al visitante este valle morisco.

Existen numerosas fuentes naturales de aguas puras y cristalinas. Entre ellas cabe destacar Fuente del Camusot, Fuente de los Dornajos, Fuente del Hielo, Fuente de Isber, Fuente del Peñón, Fuente del Reinós, Fuente de Fontilles y muchas más.

El término dispone de diversas rutas senderísticas de gran interés. Una de las rutas más interesantes es la del mencionado Barranco del Infierno.



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