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Villaharta



Villaharta es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía. En el año 2016 contaba con 669 habitantes. Su extensión superficial es de 11,96 km² y tiene una densidad de 55,94 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 38º 08' N, 4º 54' O. Se encuentra situado en la comarca del Valle del Guadiato, a una altitud de 580 metros y a 38 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.

Número de habitantes en los últimos años.

     Deuda viva del Ayuntamiento de Villaharta en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[1]

El origen de la localidad se sitúa en el siglo I, a partir de alguna de las múltiples ventas que, como centros de hospedaje para viajeros y mercaderes, jalonaban el camino de Córdoba a Belmez y el de Córdoba a Los Pedroches por Villaharta.

La historia del pueblo tiene relación con que está enclavado en Sierra Morena, y enraizado con la tierra y la contaminación. La villa de Villaharta o Villa-alta está situada geográficamente a 38 km de Córdoba, en Sierra Morena, cercana al río Guadalbarbo y al Guadiato, de suelos ásperos y montañosos, propicia para la encina milenaria y el altivo olivo de sierra, además de los viñedos. Su origen bien pudo ser poblado céltico o ibérico-romano de nombre Casóbriga.

Villaharta, la Alta, posee un lugar estratégico por haber sido lugar de cruce de rutas entre el norte de la provincia y Extremadura, lugar de abastecimiento y de descanso. El historiador Idrisi aseguraba, con certeza, que por aquí pasaba un camino árabe durante los siglos X y XI que desde la cuesta de la Matanza trasladaba viajeros por Los Pedroches hacia Toledo y Castilla la Vieja y que, con posterioridad, sería vía pecuaria de la Cañada Real Soriana.

La más moderna Villaharta tuvo su origen en el mayorazgo feudal de Fernández de Valenzuela, señor de Albendín, que posteriormente cedió sus derechos a su hermana María en 1380, al que se agregaron las ventas del Lopillo, que también se conocieron como las ventas de Páez, en honor de su comprador Páez de Castillejo.

El rey Felipe IV, en 1616, le hizo la merced de darle jurisdicción civil y criminal. En el año de 1630, se nombró al primer alcalde de esta nueva villa, en la persona de Miguel Molina. Esta primera villa de Villaharta estaba dispuesta de la siguiente manera: con sólo 11 casas en torno a una pequeña iglesia o ermita, con una capilla lateral y una posada, formando un eje redial alrededor del lugar sagrado.

En el Boletín de la Provincia de Córdoba de 1835 se hace una referencia a la villa de Villaharta como término de una legua, perteneciente al Ducado de Alba, que carecía de médico y de maestro de escuela, con un pósito de grano común con el de Obejo y unas excelentes aguas medicinales, las llamadas aguas de hierro de Villaharta o "aguagria", conocido vulgarmente.

Justos a menos de dos kilómetros de Villaharta está el enclave de un grupo de manantiales de agua ferruginosa, denominados Los Manantiales o Balnearios de Fuente Agria, la explotación de sus aguas ferruginosas y carbonatadas, muy beneficiosas para la salud, dio un gran impulso a la economía de la zona a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Desde el año 2009 se celebra "Aguosto", una fiesta que lleva en su nombre dos reclamos turísticos del pueblo: agua, y agosto, el mes por excelencia escogido por los veraneantes para pasar unos días de vacaciones. En este proyecto, cada día del "Aguosto", se celebra con actividades tanto para niños, como títeres y magos, tanto como para no tan niños, como Dj, verbena, senderismo, marchas nocturnas, etc.

Cerca de Villaharta existe un conjunto de fuentes de agua agria.

Todavía se pueden admirar algunos de los curiosos templetes que cobijan los manantiales mineromedicinales de fama mundial en el siglo XIX.

El Ayuntamiento de Villaharta ha rehabilitado las fuentes de "El Cordel" y de "Malos Pasos", y señalizado las rutas de senderismo por las que se pueden acceder a ellas y a la fuente de la "La boca del Infierno".

Otras fuentes que se pueden visitar en los alrededores de Villaharta son las de "San Rafael", "Fuenteagria", "San Elías", "La Lastrilla", "La Lastra", "Los Angelitos" y "El Santo".

Construida en 1828, su interior, presenta una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos y por nichos laterales de medio punto, reminiscencias barrocas, en el exterior se refleja el gusto neoclásico de la época, con su torre de ladrillo rojo y la portada con pilastras toscanas. En cuanto a su ornamentación destaca el retablo barroco de la Virgen de Belén, procedente del Monasterio de Pedrique.

Tienen su origen en el año 1955. Su agua proviene, a través de una galería subterránea, de un manantial situado junto a la Plaza de la Constitución. El Ayuntamiento de Villaharta ha rehabilitado el entorno, manteniendo los azulejos originales de una imagen del Arcángel San Rafael y un azulejo con la fecha de inauguración. En su origen, cuando no existía agua corriente servía para abastecer de agua a los vecinos de la localidad.

El Ayuntamiento de Villaharta ha querido honrar a su Patrón San Rafael con un Triunfo que nada tiene que ver con otras imágenes existentes del Arcángel.

El responsable, Aurelio Teno, ha realizado un estudio minucioso del libro de Tobías en las Sagradas Escrituras y ha conseguido plasmar el carácter viajero del personaje, su extrema pobreza, rodeándolo de simbología para expresar lo que cuenta su historia. En su mano derecha bastón con el ojo de Dios, en su izquierda el pez que sanó, y obró, entre otros milagros, la ceguera de Tobías padre.

El monumento se sitúa en el Parque Elías Cervelló, a la entrada del pueblo, muy cerca de la Cañada Real Soriana y el Camino de Santiago.

Situado al suroeste de Villaharta, en el Paraje de las Lagunillas nos encontramos en un espacio, recuperado por el Ayuntamiento, para el esparcimiento y contemplación del paisaje. Denominado Las Zahurdillas por su origen, dedicado a la instalación de zahúrdas, también fue una era pública, que los vecinos utilizaban para trillar y aventar las mieses.

Debe su nombre al ingeniero valenciano que logró que las aguas de Villaharta fueran conocidas por toda España y en el extranjero. Plantas aromáticas, jardines bien cuidados, zona infantil, unas vistas panorámicas de Sierra Morena y Villaharta hacen de este parque un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.

El Monasterio de Pedrique fue desde el siglo XIII lugar de meditación y retiro espiritual para ermitaños.

Ya en el siglo XVIII, se adquirió esta finca que entonces era un olivar viejo y un huerto. La inversión en repoblar el olivar y trabajar el huerto, hizo del monasterio un lugar autosuficiente y próspero.

En la actualidad, Pedrique se ha convertido en el lugar de trabajo y descanso de Aurelio Teno, conocido escultor vallesano, del que aquí observamos una completa exposición de su obra.

El arte de Aurelio Teno se funde con la naturaleza y la arquitectura, gracias a su exposición exterior, que salpica los patios de este hermoso lugar con su serie Insectos, las Cabras y presidiendo los patios, está el gran Quijote, como símbolo de la lengua castellana y la constante lucha del hombre.

En la sala Gris situada en la planta baja del edificio, se pueden ver las esculto-pinturas. Escultura y pintura se unen para crear una obra única y mística. Un ejemplo de esto es La ofrenda a San Onofre.

También los chamanes y las brujas recrean el mundo mágico de Pedrique. En la planta 1ª están las famosas águilas de Teno, realizadas en bronce, cuarzo y geodas.

La planta baja de la sala Rosa muestra la obra cronológica del escultor Teno: desde las maquetas de los monumentos que realizó para distintas instituciones internacionales, hasta las esculturas de su época en París en la década de 1960.

La planta superior alberga la serie “Tauromaquia” como un homenaje a la bravura y el dolor del toro.

Villaharta está situada en el pleno corazón de Sierra Morena, desde la Cuesta de la Matanza se ve anclado en la falda del cerro de la Solana. Su casco urbano, recortado sobre el Cerro, es quebrado en dos mitades por la Avenida de Andalucía de la que surgen a un lado y otro de su recorrido las calles de Villaharta, todas ellas pendientes. Sus blancas casas y sus limpias calles ofrecen al turista un lugar lleno de rincones para perderse y conocer este pueblo de sierra. Aprovechando los ensanches y las plazoletas del casco urbano surgen fuentes y pozos públicos por doquier (La Fragua, La Fuente, La Modesta, El Pilar, etc).

Al situarse Villaharta en las faldas de un Cerro, su casco urbano se configura en calles empinadas que desde las Calles San Rafael y Guadalquivir, atraviesan la Avenida Andalucía y alcanzan su mayor altura en la Carretera de Pozoblanco, son las Calles Calvario, Real, Pozo, Palacio y Antonio Machado.

En otro extremo del pueblo, al noreste, han surgido nuevas calles con la proliferación viviendas protegidas, que alcanzan el Cerro de la Solana partiendo de la Calle Virgen de la Piedad: Víctimas del Terrorismo, Séneca, Picasso, Miguel Hernández y Federico García Lorca.

La Calle Ángel, que coloquialmente es conocida como la Caseta, se convertía en otros tiempos en la Caseta de la Feria, que se celebraba en la Calle de la Iglesia (Antonio Machado).

La Calle Pilar Viejo ha mantenido su nombre, este se debía a la existencia de un Pilar en ella y hoy día es una de las calles que se han remodelado, apareciendo adoquinada y sin aceras, desapareciendo las barreras arquitectónicas.

En la Calle Eras, también remodelada, se ha ubicado una pequeña plazoleta en torno a su antiguo pozo con asientos de piedra.

Se sitúa frente al Ayuntamiento la Plaza de la Constitución, que fue rehabilitada manteniendo la peculiaridad de encontrarse elevada, albergando bajo ella locales comerciales y el Centro de Mayores. Desde esta plaza se disfrutan de unas maravillosas vistas.

El segundo día de febrero se celebra en nuestro pueblo la Festividad de la Candelaria, era entonces cuando se quemaban los tomillos en la mágica noche que transcurría entre los días 1 y 2 de cada año. En la actualidad se viene celebrando el fin de semana más próximo a la fecha del día 2.

Antes, cuando comenzaba el colegio a mediados de septiembre, se iniciaban los preparativos para formar los grupos de amigos y organizar las candelas de cada una de las calles.

Una de las tareas encomendadas en exclusiva a las muchachas era confeccionar un muñeco relleno de sal y vestido de papel, que se sería quemado en la candela meciéndolo con una cuerda y que previamente se exponía al público unos días antes, en un balcón.

Llegado el Día de la Candelaria, que solía ser un día mágico para los vecinos del pueblo, sobre todo para los más jóvenes, a media tarde se colocaban con delicadeza y ritual todos los haces de tomillos en medio de la calle. Con la llegada de la oscuridad y la noche, se encendían las candelas, se quemaba la muñeca o muñeco, que significaba la purificación de los malos espíritus, la quema de todo lo malo de la vida, era entonces el momento más estimulante cuando todos se ponían a danzar con júbilo al corro alrededor del gran fuego. Entre juegos, cantes y bailes, cada grupo recorría las restantes candelas del pueblo.

Hoy día se celebra el fin de semana más próximo al 2 de febrero. En este día, con la llegada de la noche, se encienden las candelas. La hoguera mayor es la que prepara el Ayuntamiento en un solar anejo a la casa Consistorial. Una costumbre recuperada, relacionada con las hogueras, es la confección de muñecas rellenas de sal, y sustentadas por un palo en forma de horquilla llamado "cálbiro". Colgada de una cuerda que sostienen dos personas, la muñeca se suspende sobre la hoguera, subiéndola y bajándola hasta que se prende y se quema, en medio del chisporroteo producido por la sal.

El carnaval es una fiesta popular que siempre ha gozado de una gran tradición en Villaharta, que aunque ha decaído en los últimos años se está intentando volver a recuperar.

Los disfraces más corrientes eran para los hombres, vestirse de mujer y para las mujeres, vestirse de hombres. Otros más extravagantes, que en su día tuvieron gran éxito eran el del nevado, una persona vestida de negro que se ponía encima un algodón cosido que simulaba la nieve.

Entre las murgas cabe destacar la más conocida de todas, la de los “Los Pañeros” que surge para parodiar a unos comerciantes que vendieron a las mujeres de Villaharta unos paños que por ser de muy mala calidad se rompieron de inmediato. También ha quedado en la memoria colectiva de los villaharteños otra murga que hacía referencia a la polémica surgida con motivo de la construcción de una molina por el vertido de alpechín al arroyo. Sus componentes subidos a un burro, disfrazados de alpechineros y con las caras tiznadas formaban dos grupos. Unos decían: “Tachin, tachin, tachin por el arroyo del Lagarazo no pasará el alpechín”. Los otros le respondían: “Tachin, tachin, tachin por el arroyo del Lagarazo si pasará el alpechín.”

El Carnaval es una fiesta popular que siempre ha gozado de una gran tradición en Villaharta, que, aunque ha decaído en los últimos años, el Ayuntamiento, está intentando la recuperación de esta fiesta ayudando económicamente a los participantes en los gastos del vestuario, al igual que promoviendo los premios del concurso que se celebra en el Edificio de Usos Múltiples.

En este día se preparan diversas actividades para conmemorar la fiesta autonómica.

Entre ellas, el acto oficial para conmemorar el la Festividad andaluza, con la participación de niños y niñas, jóvenes y Adultos.

Además se celebran jornadas de convivencia vecinal en las que participan las asociaciones locales del municipio.

Conmemora Villaharta la Semana Santa con dos sencillas procesiones acompañadas por la Banda de Cornetas y Tambores, que salen el Jueves y Viernes Santo con los titulares de la Cofradía del Cristo del Perdón y la Virgen de los Dolores. La procesión del Viernes ofrece la peculiaridad de que las imágenes del Cristo y de la Virgen se separan tras salir de la iglesia, reencontrándose en el Vía Crucis, concretamente en la confluencia de las calles Calvario y Guadalquivir.

Esta fiesta se viene celebrando desde principios de los años cuarenta. Tiene su origen en una comida, consistente en una tajadita de lomo y un hornazo de pan dadas a los niños que se confesaban por hacer la comunión. Esta comida fue acogida con gran entusiasmo por parte de los padres que se fueron incorporando a la celebración aportando sus comidas. Actualmente esta celebración se hace el Sábado de Gloria. Como dato anecdótico, esta fiesta tiene un componente pagano: es una romería sin santo y consiste en pasar un día de convivencia en el campo cantando, bailando, jugando...

La festividad de Corpus Christi es una fiesta religiosa que se celebra 62 días después del Jueves Santo, fecha de la Última Cena. En ella los niños vestidos de comunión pasan en procesión junto al párroco por unas alfombras de serrín de preciosos dibujos y llenas de colorido que las vecinas se encargan de adornar.

Las semanas previas a la fecha las vecinas de cada calle eligen sus dibujos, compran los tintes y se encargan de teñir sacos de serrín de distintos colores, que guardan en alguna cochera, corral o local de algún vecino. El día anterior a la celebración del Corpus se marca en la calle con tiza el dibujo elegido y el día siguiente, de madrugada, las mujeres más jóvenes y aquellas que pueden hacerlo se encargan de rellenar con serrín el dibujo marcado.

Las personas más mayores que, por su edad, no pueden agacharse ni hacer otros esfuerzos (trasladar los sacos, agacharse, etc.), colaboran barriendo el serrín que haya podido desbordarse de los sacos, colocando las juncias y sacando sus macetas para adornar los laterales de la alfombra, etc. También colaboran adornando los altares, que son vestidos con preciosos manteles de encajes o con dibujos referidos a la festividad, en los que presiden imágenes de santos pequeños y algunos muy antiguos, acompañados por el aroma de un ramo de flores. Al pie del altar, normalmente, se coloca un reclinatorio. Otras vecinas, colaboran aportando un suculento desayuno a las madrugadoras, basado en chocolate o café caliente con dulces típicos.

Finalmente, cuando todo está listo, los balcones se visten de gala con mantones que adornan el paso de la procesión. En algunas calles destacan los pétalos de rosa esparcidos sobre la alfombra, haciendo recordar la técnica anterior al serrín para el adorno de las calles. Esta tradición, que siempre ha sido sostenida por mujeres, en los últimos años también ha recibido la ayuda de algunos hombres que, aunque son pocos, es un hecho loable que merece la pena de destacar.

La Feria de Villaharta, se celebraba el día 7 de mayo hasta 1967, por ser esta la fecha de la aparición de San Rafael al padre Róelas.

Entonces la Feria se ubicaba en la calle principal, la de la iglesia, en la que se montaban las casetas y los puestos de turrón. El baile se situaba al principio de la calle Guadalquivir, o en la calle Ángel (por eso es conocida por los mayores como la caseta).

Actualmente la Feria se celebran honor a Nuestra Señora del Carmen es una de las fiestas mayores que hay en el municipio. Durantes estos días el Ayuntamiento de Villaharta organiza diversas actividades deportivas y culturales para niños, jóvenes y mayores que ocupan la mayor parte del el día y por la noche la fiesta continua en la Caseta Municipal con un gran baile amenizado por diversas orquestas. El Sábado de feria, al mediodía tiene lugar la actuación de un Grupo Rociero, donde la gente se divierte comiendo y bailando.

Villaharta, es un pueblo conocido por ser un lugar de vacaciones y descanso, ligado a sus balnearios y fuentes de aguas minero-medicinales Agua-vacaciones-descanso, desde el Ayuntamiento queremos recuperar estas señas de identidad potenciando las actividades culturales, recreativas, deportivas y de ocio durante el periodo estival, de forma que tanto los propios vecinos como los visitantes puedan disfrutar de un verano agradable y divertido.

Con este fin hemos elaborado un programa de actividades de calidad, variado y dirigido a todos los públicos, un programa hilvanado por una serie de personajes: el aguaor, que distribuirá agua por las calles del pueblo, Rafalito Paniagua que contará historias de Villaharta y el Balneario, el Aguafiestas, que con alguna travesura animará la espera hasta el comienzo de los actos y la sequía que será perseguida por las calles del pueblo para acabar con ella y con ello dar lugar a un periodo de fecundidad y esplendor: AGUOSTO, un nuevo mes que se añade al calendario de Villaharta.

Esta festividad se celebra el 7 de mayo y el 24 de octubre, siendo este último el día en el que se procede a la elección de un nuevo hermano mayor. Tras la elección, los cofrades de San Rafael celebran una comida de hermandad. Antiguamente la fiesta grande de San Rafael en Villaharta era el 7 de mayo, fecha en la que se apareció en Arcángel en Córdoba. Por esa fecha se celebraba la feria en Honor al Arcángel Custodio ( posteriormente trasladada a julio por el mal tiempo). El día 24 de octubre no pasaba desapercibido para los villaharteños, se hacía misa y procesión como el día 7 de mayo, y tras la celebración religiosa los hermanos se invitaban a una chocolatada con churros en un local cercano a la iglesia. Actualmente, el día grande de San Rafael ha pasado a ser el día 24 de octubre mientras que el día 7 de mayo nos hace recordar una tradición.

El día de San Diego era costumbre celebrar la llamada fiesta del café, en la que las muchachas casaderas se reunían para invitar a los jóvenes, no sólo a cafés, sino a chocolate con churros y otros manjares; los chicos solían corresponder con bebidas y caramelos. Era una forma de relacionarse ambos sexos en tiempos de menos permisividad, que favorecía el inicio de noviazgos. Hoy se mantiene esta tradición gracias al Ayuntamiento y a algunas asociaciones como el AMPA, que cuando llega la fecha hacen por revivir la tradición y enseñárselas a las nuevas generaciones.



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