Villanueva de Castellón (en valenciano y oficialmente Castelló, popularmente conocido como Castelló de la Ribera) es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Pertenece a la provincia de Valencia, situado en la comarca de la Ribera Alta, a la zona sur de la misma.
Se sitúa en la confluencia de los ríos Júcar y Albaida. El relieve es totalmente llano y apenas sobresalen algunos cerros en la parte meridional: Destacan las alturas del puerto de Cárcer (Serreta de Uchera), y la Montaña del Castillo (el Castellet), que corona los restos del antiguo castillo que dio nombre al pueblo, una fortaleza vigía que se halla adelantada respecto el castillo de Játiva. El resto del término se mantiene a una altitud media de entre 30 m y 40 m sobre el nivel del mar, cubierto por sedimentos pleistocenos y holocenos procedentes de los acarreos de los ríos Júcar y Albaida.
El clima es de tipo mediterráneo, caracterizado por inviernos templados y lluviosos, veranos secos y calurosos, así como otoños y primaveras variables, tanto en temperaturas como en precipitaciones.
Partiendo desde Valencia, se accede a la localidad a través de la autovía A-7 para enlazar con la carretera convencional CV-560 o la antigua VP-1038. También se puede acceder a la localidad a través de la línea 1 de Metro Valencia, en la estación homónima, siendo esta la última de su línea.
El término municipal de Villanueva de Castellón limita con las siguientes localidades: Alberique, Benegida, Carcagente, Gabarda, Játiva, Llosa de Ranes, Manuel, Puebla Larga, San Juan de Énova y Señera, todas ellas de la provincia de Valencia.
El municipio tiene su origen en una aldea musulmana que, tras la reconquista cristiana, pasó a depender de la jurisdicción de Játiva. En 1587, Felipe II le concedió la independencia y el título de villa con derecho a mercado. En 1708, como castigo por su participación en la Guerra de Sucesión a favor de la causa austracista, Felipe V cambió el nombre de la localidad a Castellón de San Felipe y la obligó a depender de Carcagente. En 1735 volvería a recuperar la autonomía, siendo llamada desde entonces, en castellano, villa de Castellón, o nueva villa de Castellón. Durante el Siglo XIX, algún funcionario censal utilizó el título de villa en mayúsculas, y con tal de diferenciarla de Castellón la de la Plana, eligió el nombre de Villa Nueva de Castellón, que poco a poco derivó en Villanueva de Castellón. El topónimo oficial actual es "Castelló", desde su último cambio en 2020. Las normas toponímicas elaboradas en 1929 por insignes eruditos de la comunidad para los lugares valencianos, nombraban el pueblo como Castellón de la Ribera, topónimo que fue usado con absoluta continuidad, incluso durante todo el periodo franquista.
El nombre del pueblo ha sido objeto de fuerte polémica entre sus habitantes en el último cuarto del siglo XX y principios del siglo XXI, politizándose así la cuestión toponímica y extremándose las posturas. En 1981 el alcalde José Benetó Ferrús reguló el nombre al valenciano, quedando como Vila·Nova de Castelló. El consistorio local, gobernado por EUPV, promovió el cambio del nombre aduciendo que lo más habitual era referirse al pueblo como Castelló, y siendo la Ribera su comarca, el municipio paso a nombrarse Castellón de la Ribera (por haber otros municipios con el nombre de Castellón) cumpliendo todas las normas legales requeridas para hacerlo. Sin embargo, el cambio fue denunciado en repetidas ocasiones ante los tribunales por la oposición –encabezada por opciones políticas como AP y UV– que sucesivamente perdió y recurrió los pleitos. El Ayuntamiento, como forma de ahorro local, dejó que el pleito fuese gestionado por la Generalidad.
En el año 1995 hubo un cambio de gobierno en la Generalidad Valenciana, de forma que el PSPV perdió la mayoría absoluta para dejar paso a un gobierno de coalición formado por el Partido Popular y Unión Valenciana. Al filtrarse la sentencia del juicio favorable para el consistorio local, la Generalidad se allanó del pleito ante la amenaza de disolución de las agrupaciones locales del PP en la Ribera Alta en caso de permitir el cambio de topónimo. Por su parte, el entonces alcalde, desestimó la realización de un referéndum por considerarlo ilegal. Actualmente, tras octubre de 2020 y la publicación de la BOE del cambio de nombre, el municipio recibe el topónimo de "Castelló". Esta nueva decisión cuenta con el aval de la Academia Valenciana de la Lengua, pero ha generado cierta polémica en el ayuntamiento de Castellón de la Plana.
Su economía es básicamente agrícola, aunque cuenta con una pequeña industria.
La superficie cultivada es toda de regadío, se rige por medio de un riego motorizado y a goteo en la montaña, dentro de ella encontramos naranjas y hortalizas. La ganadería ha desaparecido con los años.
El sector industrial cuenta con fábricas de conservas alimenticias y almacenes de comercialización y exportación de naranja, así como algunas otras actividades menores. Recientemente se ha creado el parque empresarial "El Pla II", con una superficie de 293 260 m² distribuidos 120 parcelas (SEPES).
También existen empresas de logística, construcción e iluminación que se han instalado allí.
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