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Vipera aspis



La víbora áspid o áspid (Vipera aspis) es una especie de víbora que se puede encontrar en Europa. En ocasiones se atribuye erróneamente este nombre a otras especies de víboras, e incluso a cualquier clase de serpiente venenosa.

Los adultos tienen una longitud de por lo menos 60 cm. Los machos alcanzan hasta 85 cm, y las hembras un máximo de 75 cm. Los machos, sin embargo, son un poco más delgados que las hembras. La cola es relativamente corta, un séptimo a un noveno de la longitud de cuerpo en las hembras, y un sexto a un octavo en los machos.[2]​ La cabeza es ancha, triangular y bien diferenciada del cuello. Las escamas del cuerpo son grisáceas o amarillas, doradas o cúpreas, con manchas negras o verdosas con borde negro, en aparente zigzag sobre el lomo.

Prefiere áreas cálidas con buena exposición al sol, vegetación estructurada y suelos relativamente secos. En Italia y Francia, se encuentra a menudo en áreas montañosas o en colinas, especialmente en regiones de piedra caliza, pero se presenta a veces en llanos bajos. Tiene una preferencia por áreas cubiertas de vegetación o por lo menos con alguna cubierta.[2]​ Puede ser encontrado en cuestas soleadas sobre colinas, pantanos, prados en las montañas, claros del bosque, en los límites de bosques, en botes de basura y en las canteras.[3]​ En Italia se encuentra en arboledas y a menudo cerca de fuentes.[2]​ Aunque no es propia de zonas elevadas, en los Pirineos se ha encontrado sobre los 2600 msnm, en la zona del pico Mulleres.[4]

Una mordedura de esta especie es muy dolorosa y puede tener consecuencias más severas que la de Vipera berus. Según Stemmler, cerca de 4% de todas las mordeduras sin tratar son fatales.[5]​ Lombardi y Bianco (1974) mencionan que esta especie es responsable del 90 % de todos los casos de mordedura de serpiente en Italia;[3]​ en las montañas italianas es la única serpiente venenosa que puede causar víctimas mortales.[3]​ En caso de mordedura es muy aconsejable la visita a un médico para que realice el tratamiento correcto, y si fuese necesario, aplique un antiveneno (suero antiofídico).

La toxicidad del veneno varía. Stemmler indica que la población en el distrito de Passwang (Suiza) tiene el veneno más fuerte.[5]​ Comparado con los venenos de otras especies, es relativamente tóxico. Brown (1973) da los valores LD50 de 1,0 mg/kg de mg/kg IV y 1,0-2,0 SC.[6]​ Tu et al. (1969) indican 4,7 mg/kg IM.[7]​ La producción del veneno es relativamente baja. Boquet obtuvo un registro diario de la extracción de 9 a 10 mg.[8]

Los síntomas de envenenamiento incluyen la rápida aparición de dolor agudo, seguido por edema y decoloración. La necrosis hemorrágica severa puede ocurrir en las inmediatas horas. La visión se puede deteriorar seriamente, muy probablemente debido a la degradación de la sangre y de los vasos sanguíneos en los ojos. El veneno tiene efectos de coagulante y de anticoagulante. La actividad del anticoagulante es al parecer más fuerte que la del Daboia russelii.[cita requerida][9]​ El veneno puede también afectar la estructura glomerular y puede conducir a la muerte debido a fallo renal.[2]

Según Cheymol et al. (1973), el veneno no produce contracciones neuromusculares en preparaciones in vitro.[10]​ La carencia de este neurotóxico indicaría que los casos fatales que implican el sistema cardiovascular son el resultado de una lesión directa del músculo o de la reducción del intercambio de oxígeno. Por otra parte, González (1991) publicó que en dos casos las víctimas desarrollaron síntomas neurotóxicos, incluyendo dificultad en la respiración y al tragar, así como la parálisis del miembro mordido.[11]



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