El retablo de la Asunción es una obra escultórica religiosa realizada entre 1657 y 1658 por Mateo de Prado y Bernardo Cabrera. Está ubicado en la capilla homónima de la Catedral de Orense, en Galicia (España). Esta capilla, también denominada Capilla de Argiz y situada en uno de los extremos del deambulatorio, constituye uno de los lugares más destacados de la catedral por la riqueza de su retablo así como por albergar una pequeña capilla donde se conserva una talla del Cristo de los Desamparados.
El 18 de agosto de 1647, el regidor y alguacil de Orense Pedro Álvarez de la Cruz expresó a sus hijos su deseo de ser enterrado en una capilla en la Iglesia de San Bernabé en La Valenzana (Barbadás, Orense), requiriendo que junto a los suyos trasladasen los restos mortales de su esposa ya fallecida. Pedro Álvarez ordenó que la capilla se dedicase a la Virgen y advirtió que de no ser factible su petición, se buscase una capilla en la Catedral de Orense puesto que en aquel entonces el deambulatorio ya estaba terminado, siendo uno de sus hijos quien compró al cabildo la actual capilla el 28 de junio de 1652. La primera dotación fue una reja fechada en 1657 que la familia encargó a Simón Fernández, siendo las partes de madera que completan la misma obra de Antonio de Freiría. Por su parte, el retablo ubicado en la pared frontal, en el cual se halla la imagen de la Virgen de la Asunción, fue encargado a los artistas Mateo de Prado y Bernardo Cabrera, mientras que la policromía corrió a cargo de Martín López Gayoso.
A ambos lados del retablo se hallan escenas alusivas a San Antonio de Padua y a San Pedro a derecha e izquierda respectivamente. El relieve de San Pedro muestra al santo vestido con el hábito de los dominicos en el momento en que es asesinado por un sectario de los cátaros o maniqueos. En su mano derecha muestra una palma, uno de sus atributos personales, circundada por tres coronas en alusión a su predicación, martirio y castidad, portando en su mano derecha un bastón en el cual se apoya. En adicción a lo anterior, la figura del santo tiene clavada en el pecho una espada hasta la empuñadura. Por su parte, el relieve de San Antonio de Padua muestra al santo luciendo el hábito de su orden y acompañado por sus atributos: el Niño Jesús y un libro abierto. En lo que respecta a la talla de la Virgen, ésta figura rodeada de un coro angelical desde la peana hasta la parte superior, habiendo dos ángeles a cada lado portando instrumentos musicales y dos en la parte superior sosteniendo una corona sobre la cabeza de la Virgen. Sumado a lo anterior, el hijo de Pedro Álvarez añadió una escena del seráfico Francisco de Asís, en cuyos extremos se pueden contemplar también los emblemas heráldicos del fundador, quien pertenecía a la Inquisición, la cual tenía al príncipe de los apóstoles como su patrono. Respecto a la escena del ático del retablo, ésta representa a San Francisco en el monte Alverna pidiendo al caballero Orlando una celda junto a un haya, donde el seráfico oraba, yéndose a otro lugar más solitario a medida que se acercaba la festividad de la Asunción. A ambos lados se observan dos pares de columnas salomónicas enmarcando el retablo, el cual posee tonos dorados, rojos, azules y verdes. A la izquierda de la capilla figura S. Rosendo y la llave de Celanova, cuadro de 1977 obra de José Antonio Ocaña Martínez, mientras que bajo el mismo se ubica una lámina de bronce realizada en Barcelona en 1851 la cual cubrió en su momento el sepulcro del deán Juan Manuel Bedoya. A la derecha, a través de un arco, se puede acceder a una pequeña capilla, lugar de enterramiento de la familia Álvarez de la Cruz en el que se muestra una escultura de madera la cual representa al Cristo de los Desamparados, obra de principios del siglo XIII. La talla, de tamaño natural, muestra a Jesús clavado en una cruz con forma de tronco de árbol con los ojos abiertos y portando una corona real sobre su cabeza, siendo considerada esta escultura como una de las más antiguas realizadas en madera que se conservan en Galicia. Así mismo, de las cinco capillas existentes en la girola, la de la Asunción es la única, junto con la Capilla de Santa Isabel, que está permanentemente abierta al público.
En 2016 el retablo fue objeto de una labor de restauración. La obra, con un presupuesto de 12.342 euros aportados por la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural (Dirección General del Patrimonio Cultural), fue realizada por el Centro de Conservación y Restauración San Martín S.L.U. Respecto a los trabajos de reparación, se llevaron a cabo labores de limpieza superficial y fijación de la policromía así como trabajos de consolidado y saneado de la madera, la cual padecía un ataque de xilófagos. Asimismo, se procedió a desmontar la predela y la hornacina central para luego efectuar una reintegración volumétrica, siendo necesario instalar nuevos anclajes. La imagen de la Virgen, de gran tamaño y peso, estaba mal asegurada y con peligro de desprendimiento. También se realizaron labores de limpieza química, estucado, reintegración cromática, montaje de las piezas desarmadas y protección final. Pese al trabajo de restauración, aún pueden observarse algunos de los defectos que ya se apreciaban anteriormente, como la falta de parte del dedo meñique de la mano izquierda de la talla de la Virgen y la ausencia de casi la mitad superior de la figura del Niño Jesús en el relieve de San Antonio de Padua, a cuya escultura le falta además la mano izquierda. Sumado a lo anterior, puede apreciarse una profunda grieta en la talla de la Asunción la cual asciende desde la cabeza del ángel situado en la base de la escultura hasta aproximadamente la rodilla de la pierna derecha de la Virgen, junto a la cual se halla otra grieta de menor longitud.
Talla de la Virgen de la Asunción
Relieve de San Pedro
Relieve de San Antonio de Padua
Cristo de los Desamparados
S. Rosendo y la llave de Celanova, por José Antonio Ocaña Martínez (1977)
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