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Vittorio Bottego



¿Dónde nació Vittorio Bottego?

Vittorio Bottego nació en Parma.


Vittorio Bottego (Parma, 01860-07-29 29 de julio de 1860 - Daga Roba, 01897-03-17 17 de marzo de 1897) fue un capitán de artillería y explorador italiano que se hizo famoso por ser uno de los primeros occidentales en entrar en la región de Jubaland, en el Cuerno de África (ahora parte de Somalia), donde dirigió dos expediciones, perdiendo la vida en la segunda de ellas.

Vittorio Bottego era el hijo menor de Maria Asinelli y Agostino, un médico que se había trasladado al Alto Valle de Taro, a San Lazzaro, antes del nacimiento de su hijo. El hermano mayor, Giambattista se trasladó a los Estados Unidos, de donde regresó después de la muerte de Vittorio con sus hijos.

Provenía de una rica familia propietaria de fincas extensas en el este de la ciudad (nieto del explorador Celestina Bottego, que fundó la congregación misionera “Società Missionaria di Maria” (Suore Bottego), instituto todavía existente y en funcionamiento, con sede en una finca rústica familiar en el entonces territorio de San Lázaro, ahora incorporada dentro de la ciudad).

Niño inquieto y aventurero, después de varias desventuras escolares, incluyendo el golpeo a un profesor, el joven Vittorio entró en la Academia Militar de Modena, donde se licenció como oficial de artillería. También se licenció en la Escuela de Equitación de Pinerolo participando y ganando numerosos concursos.

En esos años las potencias coloniales llevaban a cabo en toda África una serie de exploraciones, lo que dio lugar al renacer del mito del explorador. Atraído muy joven por ese destino, Bottego solicitó el traslado a la colonia italiana de Eritrea en 1887, con el fin de llevar a cabo expediciones científicas y geográficas.

La primera expedición se dirigió a la región conocida como la Dancalia (Danakil, 1891), un territorio desértico a orillas del mar Rojo donde desemboca el gran Valle del Rift africano, una región incluso hoy poco conocida, casi inaccesible, que alberga algunos de los reptiles más venenosos del mundo, con un clima muy caliente y seco (temperatura media 55°C). Regresó a Assab planeando expediciones en la región del río Juba (Giuba), río que nace en los altos de Etiopía y atraviesa Somalia, desaguando en el océano Índico. Mientras tanto había comenzado a recoger especímenes de animales, plantas y otros materiales científicos para enviarlos a Parma, para lo que será el Museo Eritreo Bottego, ahora incluido en el Museo di Storia Naturale di Parma.

Con una expedición patrocinada por la Società Geografica Italiana (también con una aportación personal del rey Umberto I), junto con el capitán Mateo Grixoni que financiaba en parte la expedición, se concentró en el reconocimiento y cartografía de los canales de los afluentes del río Ganale Doria. Bottego y Grixoni dejaron Bardera el 30 de septiembre de 1892, con ciento veinticuatro hombres. El 7 de noviembre llegaron al río Shebeli en Imi. Después de ocho días de cruzar el río, se adentraron en el país de los Arsi Oromo, que resultaron hostiles al grupo de Bottego. Pasaron por Arkebla y llegaron al Ganale Guracha (el Ganale Negro) el 11 de diciembre, por cuyas orillas Bottego condujo a sus hombres río arriba durante 20 días.

Concluyendo que ésta no era la corriente principal del Ganale, Bottego dejó el río en dirección oeste-suroeste hasta llegar al Ganale Doria, la rama principal del Ganale, el 16 de enero de 1893. Enfermo de fiebre, Bottego fue dejado aquí por Grixoni que marchó por la costa el 15 de febrero con 30 hombres. Cuatro días después de la partida de Grixoni, Bottego se internó tierra adentro hasta el monte Fakes, pero no queriendo encontrarse con grupos etíopes hostiles, volvió al campamento donde Grixoni lo había dejado. Bottego cruzó entonces el trecho que le separaba del río Dawa, y subió el río hasta que la falta de provisiones le obligó volver sobre sus pasos. Su partida llegó al Ganale una vez más después de seis marchas forzadas, en el curso de las cuales once hombres murieron de hambre. Dos más murieron en el campamento de agotamiento, y dos se ahogaron mientras cazaban hipopótamos.[1]

El viaje había durado 11 meses y 22 días y en él perdió el 90% de los miembros de la expedición, por abandono, enfermedad, ataques locales o de animales y deserciones. El capitán Grixoni se separó de él en el medio del viaje, dejándole a partir de ese momento sin contactos con Italia, donde se le dio por desaparecido. Al regresar a casa fue recibido por su alteza real y la Sociedad Geográfica Italiana le distinguirá con una medalla de oro.

Bottego publicó un relato de estas exploraciones en el libro Il Giuba Esplorato, proporcionando significativo material geográfico y científico. El añadido a la rama principal del río Ganale, el Ganale Doria (también escrito Dorya o Doriya), fue hecho en honor del marqués Giacomo Doria, presidente entonces de la Reale Società Geografica.[2]

Después de un breve regreso a Italia, regresó en una expedición para determinar todo el curso del río Omo (que pasará a llamarse durante el dominio italiano Omo Bottego) bajo el patrocinio nuevamente de la Società Geografica Italiana. Se aventuró en la región entonces desconocida de la parte superior del Juba, el lago Rudolf y el río Sobat, siendo el primer occidental que siguió el curso de la parte baja del río Omo, desde el lago Pagadé hasta su confluencia con el lago Rudolf (hoy lago Turkana), resolviendo al menos el misterio de la desembocadura del río. Intentó continuar con la exploración en territorio etíope, sin darse cuenta de que el país estaba en ese momento en guerra con Italia, por no hablar de que había habido una reciente victoria etíope en la batalla de Adua. Lo mataron el 17 de marzo de 1897 en la cordillera de Maji, cerca de Jellen, en una batalla con una tribu Oromo, los Galla, en Daga Roba. Su cuerpo nunca fue recuperado, y las noticias sobre su muerte llegaron años más tarde por dos de sus compañeros, Vannutelli y Citerni, que sobrevivieron a la batalla pero fueron apresados durante dos años por Menelik II, emperador de Etiopía.

El informe de esta segunda expedición fue publicado por dos sobrevivientes, el subteniente de infantería dos Carlo Citerni y el subteniente Lamberto Vannutelli en el libro: L'Omo; viaggio d'esplorazione nell'Africa Orientale.

El 2 de enero de 1898 Bottego fue galardonado a título póstumo con la Medaglia d'oro al valor militare, recogiendo la siguiente motivación:

Hay además otra publicación sobre su última expedición, escrita por los supervivientes:



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