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Vuelo 811 de United Airlines



El vuelo 811 de United Airlines (UA811/UAL811) era un vuelo regular programado entre Los Ángeles y Sídney, con escalas en Honolulú y Auckland. El 24 de febrero de 1989, el Boeing 747-122 operando el vuelo experimentó una falla en la puerta de carga. La descompresión explosiva resultante rompió el fuselaje, desprendiendo varias filas de asientos, resultando en la muerte de 9 pasajeros. El avión retornó a Honolulú y aterrizó de forma segura.[1]

El avión despegó del aeropuerto de Honolulu, Hawaii, desde donde volaría a Australia haciendo una escala en Auckland, Nueva Zelanda.

El 747 despegó de Honolulu a medianoche con 355 personas a bordo. Durante el ascenso, la compuerta de carga del avión se abrió y se desprendió.

La descompresión hizo un enorme agujero en el costado de la aeronave, y fueron succionados 9 pasajeros. Algunos de ellos cayeron al Océano Pacífico y otros a los motores 3 y 4 provocando un incendio en este último.

Los pilotos apagaron el motor 3 ya que estaba dañado. Luego, el ingeniero de vuelo bajó para ver qué ocurría avisándoles a su regreso a los otros pilotos del gran agujero en el fuselaje.

Los pilotos informaron la situación al Control de Tráfico Aéreo y deciden volver a Honolulú. También deben descender a una altura respirable, ya que el suministro de oxígeno resultó dañado por la violenta explosión.

A continuación, los pilotos apagaron el motor 4 que también había resultado dañado. Debían aterrizar pronto ya que un jumbo muy cargado no puede volar con 2 motores por mucho tiempo.

Finalmente, el jumbo aterrizó en Honolulú sin estrellarse. Se evacuaron 346 personas, los cuerpos de los pasajeros eyectados no pudieron ser encontrados.

La NTSB concluyó al principio que la puerta de carga no se había cerrado bien antes de despegar. Lee Campbell, un joven universitario, que volvía a casa a Australia a ver a sus padres, fue una de las víctimas. Luego del accidente sus padres viajaron a América y comenzaron a investigar por su propia cuenta descubriendo que Boeing había hecho un mal diseño de la puerta. Esto lo comprobó el Señor Campbell al construir una réplica de los seguros que utilizaba la puerta y, accionándolo manualmente y sin hacer mucha fuerza, se veía cómo la pieza que debía trabar se corría abriendo el seguro.[2]

Boeing diseñó la puerta para que se abriera hacia afuera. Al cerrarse podía ocurrir un cortocircuito que la abría en pleno vuelo. Ya habían ocurrido incidentes y accidentes similares antes.

En 1972, el vuelo 96 de American Airlines, un McDonnell Douglas DC-10, experimentó algo similar sin fallecidos. En 1974, el vuelo 981 de Turkish Airlines se estrelló bajo circunstancias similares, matando a 346 personas. Finalmente en 1987, un 747 de Pan Am no logró presurizarse bien y volvió al aeropuerto. Descubrieron que la puerta de carga se había abierto 4 cm

Después de la investigación de los Campbell, la NTSB concluyó que la puerta de carga tenía defectos de diseño. Boeing ya había advertido a las aerolíneas que tenían que reforzar los seguros de la puerta en un plazo de 18 meses.

Esto requería que los aviones se quedaran 10 h fuera de servicio; un costo muy alto para una aerolínea. Inmediatamente después del incidente del vuelo 811 el plazo se redujo a 30 días.

Las nacionalidades de los 337 pasajeros y 18 miembros de la tripulación incluyeron 6 países diferentes:

Los eventos del vuelo 811 están representados en el primer episodio de Mayday: catástrofes aéreas, titulado «Desastre en la cabina», con recreaciones y entrevistas a los sobrevivientes, investigadores y a los Campbell.[2]​ El incidente se reexamina también en la temporada 6, en el especial titulado «Sin presión en las alturas», donde se examinaron varios accidentes involucrando pérdidas de la presión en cabina.[3]



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