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William McDougall



¿Qué día cumple años William McDougall?

William McDougall cumple los años el 22 de junio.


¿Qué día nació William McDougall?

William McDougall nació el día 22 de junio de 1871.


¿Cuántos años tiene William McDougall?

La edad actual es 152 años. William McDougall cumplirá 153 años el 22 de junio de este año.


¿De qué signo es William McDougall?

William McDougall es del signo de Cancer.


William McDougall (22 de junio de 1871Durham, EE. UU. 1938) fue un psicólogo que escribió textos altamente influyentes y fue particularmente importante en el desarrollo de la teoría de los instintos y de la psicología social en el mundo anglo parlante. Fue un opositor al conductismo.

En cuanto a su teoría, McDougall escribe: “…hace uso de todos los conocimientos obtenidos por la fisiología, especialmente la fisiología del sistema nervioso, y la química del cuerpo. Insiste en que las actividades mentales son funciones fisiológicas del organismo total, funciones de primera importancia para la adaptación al medio”.

“La naturaleza, pues, parece presentar a nuestra contemplación acontecimientos de dos clases diferentes: los físicos y los psicofísicos. Los primeros son los del reino de lo inorgánico, que las ciencias físicas explican con éxito siempre creciente en términos de causalidad mecanicista (principio de causalidad que explica los hechos presentes en función de la influencia causal de otros antecedentes, sin referencia de ninguna clase a posibles sucesos futuros). Los acontecimientos psicofísicos, por otra parte, no pueden ser completamente explicados de esta manera; en este caso es necesario tomar en cuenta la previsión del posible curso futuro de los sucesos, y el esfuerzo orientado por tal previsión. Estos sucesos, estos esfuerzos previstos, parecen ser instancias de un segundo tipo fundamental de causalidad, ese tipo que llamamos intencionista o teleológica”.[1]

Sin duda, la conducta humana responde a una finalidad previamente aceptada, o al menos, adoptada. Sin un motivo para vivir, sin un sentido de la vida, el individuo cae en una desorientación que le impide vivir una vida plena y satisfactoria. Al considerar una causalidad de tipo teleológico, la psicología no sólo ha de describir lo que el hombre es, sino también deberá responder por lo que el hombre deberá ser.

McDougall escribe: “…los psicólogos deben dejar de aceptar la estéril y estrecha concepción de su disciplina como ciencia de la conciencia, y hacer valer audazmente su pretensión de construir la ciencia positiva de la conducta o comportamiento. La psicología no debe considerar que toda su tarea consiste en la descripción introspectiva del flujo de conciencia, porque ésta es sólo una parte preliminar de su trabajo. Tal «descripción introspectiva», tal «psicología pura» nunca puede constituir una ciencia, o, por lo menos, no puede elevarse al nivel de una ciencia explicativa; nunca podrá ser en sí misma de gran valor para las ciencias sociales. La base que todas ellas requieren es una psicología fisiológica y comparativa que repose en gran medida sobre métodos objetivos y en la observación de la conducta de hombres y animales de todo tipo, en todas las condiciones posibles de salud y enfermedad”.

“Puesto que la psicología debe estudiar al organismo como un todo, considerando las actividades conscientes como funciones del organismo total, reconociendo que el organismo es asiento de muchos acontecimientos que, aunque no introspectivamente observables, son sin embargo en muchos aspectos muy similares a los que podemos observar; y siendo que la observación de la conducta es importante en todas las ramas de la psicología, y en algunas (por ejemplo, en psicología animal) el único método de que se dispone,, puede decirse que toda la psicología es o debería ser conductista. La psicología conductista (en este sentido) es aprobada por muchos psicólogos y filósofos que no niegan el valor de la introspección ni creen en la validez de las explicaciones puramente mecanicistas de la conducta humana y animal”.[1]

El hombre actúa sobre la base de herencia e influencia. Aspectos tales como los sentimientos, que son fundamentales en nuestra conducta, son productos de la cultura y de la influencia recibida. Al respecto escribe McDougall:

“La emoción es una experiencia fugaz; el sentimiento es una disposición adquirida, construida gradualmente a través de muchas experiencias y actividades emocionales”.

“La teoría de los sentimientos es la teoría de la organización progresiva de las propensiones en sistemas que se transforman en las principales fuentes de todas nuestras actividades; sistemas que dan consistencia, continuidad y orden a nuestra vida de esfuerzos y emociones; sistemas que a su vez se organizan armónicamente en otros más amplios, y constituyen de tal modo lo que con propiedad llamamos el carácter”.[1]

Etimológicamente, el término emoción viene del latín emotĭo, -ōnis que significa el impulso que induce la acción. En psicología se define como aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, que se expresa físicamente mediante alguna función fisiológica como reacciones faciales o pulso cardíaco, e incluye reacciones de conducta como la agresividad, el llanto. Las emociones son materia de estudio de la psicología, las neurociencias, y más recientemente la inteligencia artificial.

Al no expresarse como una teoría deductiva, K. B. Madsen propone el siguiente fundamento para la descripción establecida por McDougall:

William McDougall (22 de junio de 1871 en Chadderton, Lancashire, Inglaterra28 de noviembre de 1938 en Durham, Estados Unidos) fue un psicólogo de principios del siglo XX que pasó la primera parte de su carrera en el Reino Unido y la segunda parte en los Estados Unidos. Escribió una cantidad de libros de texto altamente influyentes, y fue particularmente importante en el desarrollo de la teoría del instinto y de la psicología social en el mundo anglo parlante. Fue un oponente del behaviorismo y se mantuvo algo apartado del mainstream del pensamiento psicológico anglo-americano en la primera mitad del siglo XX; pero su trabajo era muy conocido y respetado entre los legos.

McDougall estudió medicina y fisiología en la Universidad de Cambridge y en Londres, y la Universidad de Göttingen. Después de enseñar en la University College London y la Universidad de Oxford, fue reclutado por William James a Harvard University, donde sirvió como profesor de psicología desde 1920 a 1927. Después se pasó a la Duke University donde permaneció hasta su muerte. Era un Fellow de la Royal Society. Uno de sus estudiantes fue Cyril Burt.

Los intereses y simpatías de McDougall eran amplios. Estaba interesado en la eugenesia, pero se apartó de la ortodoxia de darwiniana al afirmar la posibilidad de la herencia de características adquiridas, como fue sugerido por Jean-Baptiste Lamarck; llevó a cabo muchos experimentos diseñados para demostrar este proceso. Oponiéndose al behaviorismo, defendió que la conducta está en general orientada a un objetivo (goal-oriented and purposive), un enfoque que él llamó psicología hórmica (hormic psychology); sin embargo, en la teoría de la motivación, defendió la idea que los individuo están motivados por un número significativo de instintos heredados, cuya acción pueden no entender en forma consciente, de forma tal que no siempre entienden sus propios objetivos. Sus ideas sobre el instinto influenciaron fuertemente a Konrad Lorenz, a pesar de que Lorenz no siempre lo reconoció. McDougall underwent psicoanálisis con C. G. Jung, y estaba preparado para estudiar parapsicología; en 1920 sirvió como presidente de la Society for Psychical Research, y al año siguiente de su contraparte en los Estados Unidos, la American Society for Psychical Research.[1]

Por su interés en la eugenesia y su posición heterodoxa sobre la evolución, McDougall ha sido adoptado como una figura icónica por proponentes de la fuerte influencia de características heredades en la conducta, alguno de los cuales son considerados por la mayor parte de los psicólogos mainstream' como racistas científicos. Mientras McDougall fue ciertamente una figura heterodoxa y siempre dispuesta a tomar una postura minoritaria, no hay razón para suponer que a la luz conocimiento psicológico moderno y los desarrollos políticos, hubiera apoyado la posición tomada por estos grupos. A pesar de que escribió: "...; the few distinguished Negroes, so called, of America - such as Douglass, Booker Washington, Du Bois - have been, I believe, in all cases mulattoes or had some proportion of white blood. We may fairly ascribe the incapacity of the Negro race to form a nation to the lack of men endowed with the qualities of great leaders, even more than to the lower level of average capacity" (McDougall, William., The Group Mind, p.187, Arno Press, 1973; Copyright, 1920 by G.P. Putnam's Sons).

McDougall se casó a la edad de 29 ("against my considered principles", informa en su ensayo autobiográfico, "for I held that a man whose chosen business in life was to develop to the utmost his intellectual powers should not marry before forty, if at all"). Tuvo cinco hijos.

'....I am one of those who cannot find reason to believe in the existence of panaceas, elixirs of life, and philosopher's stones, one of those who believe rather that the price of liberty and human dignity is unceasing vigilance and perpetual struggle with the infirmities of our own nature. ....surely, if we would form some useful notion of what human beings may and should become under intensive cultivation, and, still more, if we would know how to conduct the process of cultivation so as to make some progress toward that ideal, we must start with some notion of the raw material provided by Nature for us to work upon! ....If I have a religion, its first precept is that we shall seek truth faithfully; and I would say this with Emerson: "God offers to every mind its choice between truth and repose. Take which you please. You can never have both."' William McDougall, 1927, Character and the Conduct of Life. London : Methuen.




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