El albarán (palabra procedente del árabe hispano albará y este del árabe clásico barā'ah, "la prueba" o "el justificante") es un documento mercantil que acredita la entrega de un pedido. El receptor de la mercancía debe firmarlo para dar constancia de que la ha recibido correctamente. Dentro de la compraventa, el albarán sirve como prueba documental de la entrega o traditio de los bienes.
En algunos países de América Latina se lo conoce como guía de remisión, y puede tener valor para efectos tributarios (fiscales) al igual que la factura.
Tiene dos objetivos diferentes:
Se extiende, como mínimo, por duplicado y conteniendo una lista de los objetos o mercaderías suministrados; aunque es práctica generalizada hacerlo por triplicado para que al transportista también le quede una constancia de la operación realizada. En los países en los que este documento tiene efectos contables es posible que también exista una copia para el organismo estatal de control tributario.
No se registra en los libros de contabilidad, dado que generalmente los remitos se emiten sin valores.
A partir del detalle de la guía de remisión se puede generar otros documentos tales como facturas, partes de entrada (notas de ingreso) a almacén.
Otra funcionalidad del albarán es a efectos inventariales pues aquella mercancía suministrada es restada del stock disponible, pudiendo quedar, según la operativa administrativa de cada empresa, como stock comprometido o bien, simplemente, restada del stock total.
Los requisitos del albarán pueden cambiar según las regulaciones de cada país y los efectos de comercio. Algunos de estos requisitos pueden ser:
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