Anabel Hernández García (1971) es una periodista de investigación y escritora mexicana Es considerada una de las mejores periodistas de investigación en materia de narcotráfico en México.
En el 2001, ganó el Premio Nacional de Periodismo de México por una investigación llamada el toallagate. Además, en el 2003 recibió un reconocimiento de parte de UNICEF por sus reportajes sobre las niñas esclavizadas en la frontera de México con Estados Unidos.
Anabel Hernández trabajó anteriormente para medios como Milenio, El Universal y su suplemento de investigación La Revista (hoy emeequis), y el portal digital Reporte Índigo. Colabora regularmente con el periódico Reforma y con la revista Proceso. Su más reciente obra, Los señores del narco (2010), detalla la complicidad del crimen organizado y las autoridades, desde el gobierno hasta la policía, el ejército y la comunidad empresarial. Tras la aparición del libro, Anabel Hernández ha sido objeto de numerosas amenazas de muerte, y como consecuencia de ello está radicando desde entonces fuera de su país.[cita requerida]
En sus comienzos como periodista en el periódico mexicano Reforma, en 1993, Anabel Hernández se encargaba de las noticias locales y aprendió a recabar información directamente desde las fuentes de la calle. Cuando empezó a trabajar en el periódico mexicano Milenio, disponía ya de suficiente información como para destapar en el 2001 el caso Toallagate, en el que ponía al descubierto los astronómicos gastos realizados con fondos públicos para la residencia del presidente Vicente Fox. La denuncia del caso le valió el Premio Nacional de Periodismo de México en 2002. Anabel exponía cómo la oficina del presidente había gastado alrededor de 440.000 dólares estadounidenses para redecorar dos habitaciones de la residencia presidencial. Esta información levantó inmediatamente una gran controversia, ya que el presidente Vicente Fox había prometido durante su campaña electoral un gobierno de austeridad. Como consecuencia, su popularidad descendió en picado y tanto su esposa, la primera dama Marta Sahagún, como otros cuatro miembros del ejecutivo perdieron sus empleos en la administración.[cita requerida]
Posteriormente, el trabajo de Hernández la llevó a destapar redes de esclavos y la explotación sexual de jóvenes mexicanas en zonas rurales de San Diego, California, por lo que Unicef le otorgó un reconocimiento en 2003. A medida que su labor la hizo más conocida, la gente empezó a ponerse en contacto con ella para proporcionarle información y posibles noticias. Así, comenzó a investigar sobre los carteles de la droga, quizás el trabajo más peligroso en México. La violencia provocada por el narcotráfico se ha cobrado miles de vidas en el país durante los últimos diez años y los periodistas, por el simple hecho de informar sobre la situación, están permanentemente en el punto de mira, tanto de las fuerzas del Estado como de las bandas de narcotraficantes.
El 3 de mayo del 2011 denunció en televisión nacional que el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, había contratado a policías federales para asesinarla, ofreciéndoles mejores puestos. Las palabras exactas de la periodista en su transmisión por el Canal del Congreso fueron estas:
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