La batalla de Fiesole fue un suceso bélico ocurrido en el año 406. Se enmarca dentro de la invasión del Imperio romano de Occidente realizada por los godos de Radagaiso entre los años 405 y 406.
En el año 401, Radagaiso cruzó el Danubio al frente de un ejército de vándalos y alanos e invadió las provincias de Nórico y Recia. Estilicón se dirigió desde Italia para hacerle frente y pudo rechazar con éxito la invasión.
En los años siguientes, Radagaiso consiguió ser aclamado líder de un numeroso grupo de godos greutungos que huían de los hunos. De esta manera, en otoño del 405, volvió a invadir el Imperio romano de Occidente al frente de estos godos. Buscando sorprender las defensas italianas, el rey godo no perdió tiempo saqueando Nórico o Panonia, aunque los habitantes de esas zonas huyeron al sur cuando supieron de su venida. El norte de Italia fue saqueado y se dispersó una multitud de refugiados en todas direcciones. Hacia finales del año o inicios del 406, los invasores se dividieron en tres grupos de los cuales, dos parece que abandonaron Italia mientras que el tercero y mayor de ellos, cruzó los Apeninos y sitió Florencia para tomarla y poder abastecerse. La pequeña guarnición resistió heroicamente y detuvo a los atacantes, que se dedicaron a saquear el fértil campo, a apenas 231 kilómetros al norte de Roma.
La invasión fue una sorpresa para las defensas de Italia que no estaban preparadas para detenerla y Estilicón necesitó varios meses para organizar un ejército con la entidad suficiente para enfrentarla con garantías de éxito.
Para ello, se llamó a las legiones que defendían el Rin, se forzaron reclutamientos en Italia e incluso se ofreció la libertad a los esclavos que se alistaran. Además de estas tropas, se contó con la caballería alana que había luchado del lado romano durante la anterior invasión de Alarico así como con los godos que habían abandonado a este en la batalla de Verona y siguieron al caudillo Sarus. El general romano también esperó la llegada de un contingente huno al mando de Uldin quien, debido a su enfrentamiento con los godos, estaba muy interesado en destruir cualquier ejército de este pueblo que pudiese, pero siempre evitando enfrentarse a Alarico.
El ejército de Estilicón se componía de apenas 30 numeri, equivalentes quince mil soldados como mínimo o treinta mil hombres como mucho; en la práctica probablemente menos de 20 000 comitatenses, luego reforzados por auxiliares hunos, alanos y godos.
Aunque las fuentes clásicas hablan de cientos de miles de guerreros bárbaros, ese número es considerado hoy una exageración.Zósimo dice que fueron más de 400 000 celtas y germanos, mientras que Paulo Orosio habla de 200 000. Eruditos modernos reducen su número a 50 000 o 100 000 guerreros, mujeres, niños y esclavos. Se parece mucho a las afirmaciones de san Agustín de Hipona de 100 000 invasores. Téngase en cuenta que se suele estimar que el 20% de la población total de «un grupo bárbaro» estaba habilitada para luchar, aunque algunos autores elevan la proporción al 25%, todos los varones entre 15 y 50 años. Como dice un autor: «ciertamente (...) más de 10 000 guerreros».
Una vez reunido el ejército, Estilicón se dirigió desde su base en Pavía hacia el sur para liberar Florencia. Los godos, ante su llegada, abandonaron el sitio y se refugiaron en las colinas de Fiesole, cercanas a la ciudad. Según Zósimo, el general se negó a esperar el ataque enemigo, cayó sobre ellos sorpresivamente y los destrozó.
El general romano actuó con prudencia ya que quería minimizar las bajas en un ejército reunido tan dificultosamente.
Por ello, evitó un choque directo y siguió la misma estrategia que en los anteriores enfrentamientos contra Alarico: construyó un sistema defensivo que dejó rodeado a los invasores y esperó a que el hambre los debilitase. Para ello trajo a miles de lugareños para ayudar en cavar las trincheras. Las tropas de Radagaiso intentaron varias veces romper el asedio pero fueron rechazadas por el ejército romano que les infringió graves pérdidas.
Al parecer, fueron incursiones realizados por cada banda y en números pequeños. Igualmente, Estilicón permitió varios ataques de los hunos que aumentaron las bajas entre los sitiados. La batalla se convirtió en un desastre para los godos y se estima que murieron más de un tercio de sus efectivos. Finalmente, decidieron rendirse a los romanos. En definitiva, todos murieron o fueron capturados; según san Agustín, los romanos no sufrieron bajas. Radagaiso intentó escapar dejando a sus hombres, pero fue capturado. La victoria fue conmemorada con la construcción de un arco del triunfo. Estilicón fue aclamado por segunda vez como el «salvador de Italia» y una estatua en su honor se erigió en los Rostra imperiales. Sin embargo, a pesar de lograr detener la invasión y salvar momentáneamente al Imperio, el encuentro fue menos decisivo de lo que parecía, pues el ejército invasor no fue completamente destruido y sus restos se negaron en volver al norte a enfrentar a los mucho más salvajes hunos.
Unos 12 000 guerreros fueron alistados en el ejército romano y sus familias asentadas en varias ciudades de Italia. El resto fue esclavizado y Radagaiso ejecutado el 23 de agosto del 406. La llegada masiva de esclavos hizo descender el precio en toda Italia. Respecto de los guerreros reclutados por Estilicón, cuando fue ejecutado en 408, esos godos se refugiaron con Alarico, incrementando sus fuerzas.
Eruditos ilustrados como el conde de Buat y Edward Gibbon especularon, aunque sin evidencia que respalde, que una parte importante de la fuerza invasora, compuesta de vándalos, alanos, burgundios y suevos, logró retirarse al norte de los Alpes y el Danubio para reaparecer en la frontera renana, que Estilicón había desguarnecido en 401 para proteger Italia de Alarico.
Sin embargo, no hay evidencia que respalde la teoría. Lo cierto es que una horda cruzó el Rin. Aunque su invasión fue inicialmente resistida por los francos y otros foederati, pronto lograron abrirse paso y devastar la Galia. Al parecer, los desplazamientos de los godos de Radagaiso, los hunos de Udin o los burgundios indican que una masa de población se desplazó desde los Cárpatos hacia el oeste, ejerciendo una gran presión sobre las tribus fronterizas con Roma. En ese momento la región de Aquitania se perdió definitivamente del control romano. Estas invasiones marcaron el fin de las barreras bien definidas entre bárbaros y romanos y el comienzo del fin del Imperio.
Estilicón fue acusado de planear con los bárbaros la invasión de la GaliaHonorio afirmó que deseaba debilitar al Imperio para coronar a su hijo Euquerio.
y fue uno de las razones dadas para su ejecución, pues el emperadorEscribe un comentario o lo que quieras sobre Batalla de Fiesole (406) (directo, no tienes que registrarte)
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